Gadamer. Contra el enfoque metodológico y el psicologismo
Enviado por Leemluc • 18 de Septiembre de 2014 • Tutorial • 2.322 Palabras (10 Páginas) • 186 Visitas
Gadamer. Contra el enfoque metodológico y el psicologismo.
Dilthey, en su esfuerzo por rescatar de la acientificidad a las ciencias sociales, propuso la diferenciación metódica. La hermenéutica sería el método de las ciencias del espíritu cuyo objetivo era la comprensión, frente a las ciencias naturales que pretendían la explicación y la obtención de leyes científicas. Respecto a las ciencias históricas, estaríamos ante el hecho histórico y su carácter individual a diferencia de la generalidad de los enunciados en las ciencias naturales. Gadamer ve en la propuesta diltheyana y su posición historicista un intento de insertar a las ciencias del espíritu dentro del paradigma científico de las ciencias naturales al pretender recuperar la objetividad de los hechos. Gadamer no entenderá la hermenéutica como un método, un conjunto de técnicas para interpretar y diferenciar a las ciencias sino como una transversalidad, una generalización de la hermenéutica que deviene filosófica y da cuenta de la estructura misma del ser. La tarea hermenéutica no hay que entenderla como un procedimiento o un método, “El comprender debe pensarse menos como una acción de la subjetividad que como un desplazarse uno mismo hacia un acontecer de la tradición, en el que el pasado y el presente se hallan en continua mediación.” El plano de la comprensión no es, pues, metodológico sino que designa un momento estructural y ontológico, “Se trata del giro ontológico operado en el seno de la hermenéutica, en donde la comprensión aparece como el movimiento fundamental de la existencia y la interpretación como la articulación de ese movimiento”
Diferenciándose de la hermenéutica clásica como pura técnica de la interpretación, Gadamer va a poner a la hermenéutica como el ser propio de la filosofía, una filosofía heredera del planteo heideggeriano. Luego de señalar el olvido del ser Heidegger plantea una dirección al mismo posibilitada por la apertura al ser que significa el Dasein. Parte de esta apertura tiene una dimensión hermenéutica ya que a través del existenciario de la comprensión el Dasein proyecta sus posibilidades. La comprensión, que es un existenciario, adopta la forma de un círculo hermenéutico. El comprender implica también un comprenderse. De este modo, se pone en juego la autocomprensión en la que aparece la propia dimensión del sujeto para diferenciase de las posiciones psicologistas que veían en la relación intérprete autor una relación de afinidad. Comprender no sería una noción psicológica centrada en una conciencia extraña cuyos estados mentales deben ser interpretados sino que formaría parte de un proceso histórico junto con la interpretación.
Tradición, lenguaje y prejuicio
La comprensión aparece ligada al problema del lenguaje, en tanto medio universal en el que se despliega toda experiencia de sentido. El hombre interpreta su situación y sus proyectos en articulación con el lenguaje ya que, según Gadamer, la orientación en el mundo se realiza con el aprendizaje del habla que funda la lingüisticidad de nuestro ser-en-el-mundo. “Una de las tesis fundamentales señala que no solo el objeto preferente de la comprensión, que es la tradición, es de naturaleza lingüística, sino que el proceso de la comprensión misma es un hecho lingüístico…El lenguaje es así el medio universal en el que se realiza la comprensión misma.” La comprensión se da necesariamente en forma lingüística ya que el lenguaje es el medio en el que se realiza el acuerdo entre los interlocutores y el consenso sobre la cosa. Este acuerdo que se da entre dos interlocutores en una conversación, entre el lector y el texto, entre el intérprete y la tradición es posible mediante la conversación que habilita el acceso a la comprensión. “Es forzoso reconocer que toda comprensión está íntimamente penetrada por lo conceptual, y rechazar cualquier teoría que se niegue a aceptar la unidad interna de palabra y cosa.” Vemos una unidad de pensamiento y palabra y la conversación como acceso a la comprensión. El lenguaje reúne a los productores e intérpretes de un texto y vehiculiza una herencia, una tradición que no es otra cosa que lenguaje. “…la tradición deviene texto para quien se esfuerza en comprenderla y desvelar su sentido…La “lingüisticidad” es, pues, un elemento tanto de la tradición como de la comprensión.” La tradición es lenguaje y estamos ligados a ella en tanto alteridad, como si se tratase de un tu. Lo transmitido habla una determinada lengua, una tradición que es el punto medio entre la familiaridad y la extrañeza, es la espacialidad en donde reside la tarea hermenéutica. En palabras de Grondin: La historia de la transmisión no está bajo nuestro poder o nuestra disposición. Al contrario, estamos sometidos a ella hasta un extremo que escapa a nuestra conciencia.” En todo acto de comprender opera la tradición como soporte y horizonte de sentido del acto hermenéutico.
Gadamer rehabilitó el papel de la tradición como el lugar desde el que se sitúa el intérprete incluyendo en esa restitución a los prejuicios. La determinación del prejuicio está vista como la acción de la autoridad sobre la conciencia ya que “De este modo el reconocimiento de la autoridad esta siempre relacionado con la idea de que lo que dice la autoridad no es irracional ni arbitrario, sino que en principio puede ser reconocido como cierto.” La autoridad principal sería la tradición, determinante previo de toda vivencia de una subjetividad, de las valoraciones y juicios del sujeto. En abierta oposición a Dilthey, la subjetividad no sería sino un espejo deformante “La autorreflexión del individuo no es más que una chispa en la corriente cerrada de la vida histórica. Por eso los prejuicios de un individuo son, mucho más que sus juicios, la realidad histórica de su ser.” La historia ejerce pues su influencia aún a pesar nuestro, es así que el hombre vive en un medio cultural construido con saberes heredados y no puede desconocer este punto. Aquí reside el carácter circular del comprender, partiendo de un saber previo para luego volver sobre él en la experiencia del conocimiento. La tarea de establecer una urdimbre de sentido en el texto, en lo transmitido como lenguaje de una tradición, no la realiza un sujeto como individualidad sino que la determina la comunidad a través de los prejuicios fundamentales y sustentadores que conforman una tradición en continua formación.
Para Gadamer, toda comprensión histórica parte de una pre-comprensión, que son los esbozos de sentido con los que el intérprete se enfrenta al texto, y termina en una aplicación de lo comprendido como momento fundamental de la interpretación. En esta restitución de la tradición la comprensión delo pasado no es posible sin referencia al presente.
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