Guion De La Miniserie El Guacho Montero

Guion de la Miniserie El guacho Montero

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Capítulo 1 - Gerardo Montero, el guacho mexicano.

En el año 2015 en México, en su cabaña de descanso se encuentra Gerardo Montero, soldado mexicano con habilidades sobrehumanas adquiridas gracias a la inyección en su cuerpo de potentes sueros diseñados con alta tecnología, todo esto como parte de un plan secreto del gobierno mexicano para desarrollar soldados extraordinarios para defenderse o ayudar a los países aliados. Montero se encontraba en un largo periodo de descanso después de participar en una misión de 2 años realizada en África, pero un día llegó un emisor del gobierno mexicano con una nueva misión de ejecución inmediata: el arresto de Alejandro López, alias “el Metrallo”, líder del cartel más grande de México con sede en Tijuana, dedicado al narcotráfico y a acciones terroristas. Montero recuerda la promesa que le hizo a su padre, Gaspar Montero, de buscar la justicia a toda costa, y decide acudir a la guerra para liberar a México de la oleada terrorista que está atravesando. Lo que el gobierno mexicano no sabía al acudir a Montero, es que las secuelas de la muerte de su familia habían vuelto, y hacía justicia sin importar el precio, asesinando a su enemigo si lo requería. Montero es el nuevo antihéroe mexicano. En una secuencia rápida de imágenes se muestran imágenes importantes de segmentos de toda la historia, generando intriga en el usuario.

Capítulo 2 – El antiguo pelotón

Después de haberse unido a la misión, Montero emprende el viaje a su antiguo batallón con algunos objetos personales, como la foto de su familia y un cuchillo con la palabra “Justicia” grabada en la hoja, el cual había sido un regalo de su padre momentos antes de morir. Al partir vía aérea hacia el batallón, un misil derriba el helicóptero en el que se transportaba junto con el piloto y el emisor del gobierno. El helicóptero sucumbió y se estrelló estrepitosamente entre la selva. Montero quedó inconsciente y con serias heridas en su cuerpo. Al despertar encontró el cadáver de los otros dos pasajeros, y se preguntaba si el cartel de “el Metrallo” había sido el responsable del atentado. Debía dirigirse al batallón solo, con heridas mortales, luchando contra cualquier amenaza de la selva y atento a cualquier movimiento del responsable del misil. Duró tres días en la selva, luchando contra animales salvajes y tempestades climáticas, demostrando sus habilidades sobrehumanas como una fuerza desmedida, poderes de regeneración, súper inteligencia y una percepción extrasensorial. Al cuarto día se cruzó con un asesino enmascarado que tenía como plan asesinarlo, tuvieron un combate mano a mano extraordinario, lo cual fue extraño para Montero, debido a que el asesino tenía cualidades sobrehumanas parecidas a las suyas. Al final del combate ninguno salió vencedor, y el asesino huyó de la escena, dejándole innumerables dudas a Montero. Al quinto día logró salir vivo de esa selva, pero su mente estaba confundida, alterada por aquél encuentro con el asesino. Arribó al antiguo batallón donde había trabajado durante muchos años, y allí se encontró con el general Federico Tobón, a quien conocía hace más de una década. Montero preguntó por el escuadrón de guachos con el que había trabajado en innumerables misiones por el mundo, Tobón miro al suelo, y reveló que todos habían muerto. Montero había quedado anonadado.

Capítulo 3 – El escuadrón de metahumanos

Después de la revelación del general Tobón, Montero se sumió en la incertidumbre, y empezó a recordar a cada uno de los 4 soldados que trabajaron junto a él, y reveló que ellos también habían sido parte del plan secreto del gobierno mexicano para desarrollar soldados extraordinarios, es decir que los 5 conformaban el escuadrón secreto de metahumanos. Recordó a todos los guachos, quienes compartían sus mismas habilidades sobrehumanas, pero que también poseían habilidades diferentes. Primero recordó a su mejor amigo, José Pedraza, quién era uno de los mejores espadachines de todo el mundo. Luego menciono a Roberto García, el cual era uno de los velocistas más sobresalientes, seguidamente rememoró a Felipe Vargas, el cual tenía una precisión infalible con cualquier tipo de arma, y por último recordó a Pablo Martínez, quien era el soldado mejor preparado del mundo para el combate cuerpo a cuerpo.

Tobón le mencionó a Montero que todos ellos habían muerto de formas extrañas y en un lapso de un mes, y que sus cuerpos nunca habían sido identificados por diferentes razones como quemaduras, huellas de tortura o desmembramiento, pero que habían asumido que eran ellos por sus vestimentas y símbolos militares, los cuales eran únicos. Todo el batallón responsabilizó al cartel de Alejandro “el Metrallo” López de todos los asesinatos, lo cual motivó a Montero a jurar la venganza de todo su equipo.

Capítulo 4 – En búsqueda de “el Metrallo”

Una vez hecho el juramento de venganza, Montero se puso al tanto de la operación contra el cartel de “el Metrallo”. El general Tobón lo informo de los datos conocidos, de hipótesis y de estrategias de ataque. Así mismo le designó un escuadrón para la misión, a lo que Montero se negó profundamente y puso la condición de que él trabajaría solitariamente; Tobón tuvo que aceptar porque Montero, con todas sus súper habilidades, era pieza fundamental para desmantelar el cartel. Esa noche Montero diseñó un plan en búsqueda de pistas del paradero de “el Metrallo” López, y a la mañana siguiente dio inicio a su misión. El Guacho Montero estaba de nuevo en acción.

Visitó varias fábricas de drogas, en búsqueda de rastros, pero en cada fábrica solo encontraba esclavos quienes elaboraban las drogas forzadamente, y empleados de “el Metrallo” quienes emprendían el tiroteo en contra de Montero, quien como única opción debía asesinarlos.

En la última fábrica que visitó encontró la máscara metálica que llevaba aquél asesino que intentó matarlo en la selva, con lo cual especuló que el Metrallo López también contaba con un escuadrón de asesinos.

Capítulo 5 – Frente a frente con el patrón del caos.

Montero contaba con una pista, pero no podía conectarla con ninguna otra, así que siguió en búsqueda de más fábricas. Se dirigió en su helicóptero a muchos puntos de producción de cocaína, asesinando a todos los hombres del cartel, porque ninguno habló para delatar a su patrón. Liberó a todos los trabajadores de las fábricas, y detonó todos los laboratorios, pero no conseguía nada que lo acercara al paradero de “el Metrallo”. Lo único que tenía era esa máscara de aquél asesino. Decidió volver al batallón para replantear ideas sobre una nueva estrategia,

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