Humanismo Médico, Educación y Cultura

Ignacio Chávez: Humanismo Médico, Educación y Cultura

La ciencia sola, no basta para llenar la actividad del científico, sino que debe completarla con la cultura humanística. De ella dependerán sus valores éticos, su capacidad de comprensión y simpatía y su espíritu de cooperación social.

El Dr. Ignacio Chávez nos inspira con sus discursos, nos habla de la elección de la carrera de como algunas personas eligen la medicina por diversas causas que no son precisamente las mejores, como para complacer a los familiares, a los amigos, etc.

Es necesario saber si se tiene la natural inclinación para seguir los estudios de la medicina y para vivir la vida intensa y a veces trágica del médico. Ninguna carrera exige más obstinada constancia en el trabajo, ni más rudo tesón en el estudio, ingrato y árido, ni más ferviente sacrificio, las horas del día no bastan, los libros y las prácticas arrebatan buenas horas del día y por lo tanto, del sueño.

El Doctor Chávez nos advierte sobre los “peligros” de estudiar medicina, nos dice que la carrera, aunque es de 6 años, no tiene fin, siempre debe haber un constante estudio. La carrera solo terminará cuando el agotamiento haga del médico un inútil.

La medicina cura unas veces, alivia otras y consuela siempre, el médico es un hombre que tiene el privilegio de las dioses, de trocar su vida en una dádiva eterna de consuelo; En lo personal, esta última frase me pareció muy emotiva y me ha ayudado a entender que aunque, no leí el discurso en el momento en que tenía que tomar la decisión más importante de mi vida, ahora me doy cuenta que no erré en mi decisión, la vida del médico es lo que me atrae. El Dr. Chávez nos dice que, si a pesar de todos los inconvenientes que presenta la carrera de medicina, sentimos que bulle en lo hondo el noble afán de una vida espiritual y nos atrae el noble deseo de hacer el bien, pensemos entonces en la carrera de medicina.

Los estudios médicos no son a base de memorismo, pero sí reclaman la aplicación en cada caso concreto de lo aprendido. La medicina es diosa que solo se entrega al hombre que pone en conquistarla su constancia, su pasión y su fe; de nuevo recalco que esta frase me pareció igualmente, muy emotiva.

También, se nos habla de la especialización, es cierto que esta, trae en su interior una enorme fuerza expansiva de progreso, también contiene el germen de una regresión en el orden intelectual y espiritual.

Especialización quiere decir fragmentación, visión parcial, limitación de nuestro horizonte.

La ventaja no puede ya discutirse ni en el aspecto programático de la profesión como factor de avance en el conocimiento.

El Humanismo no es un lujo ni un refinamiento de estudiosos que tienen tiempo para gastarlo en frivolidades disfrazadas de satisfacciones espirituales. Humanismo quiere decir cultura, comprensión del hombre en sus aspiraciones y miserias, valoración de lo que es bueno, lo que es bello y lo que es justo en la vida.

El médico no es un mecánico que deba arreglar un organismo enfermo, como se arregla una máquina descompuesta, es un hombre que se asoma a otro hombre, en un afán de ayuda, ofreciendo un poco de ciencia y mucha comprensión y simpatía.

Deberes y responsabilidades del Médico de hoy frente a la sociedad del futuro:

No ha habido un papel mejor definido que el del médico. Lo fue desde el nacimiento de la medicina hipocrática, cuando el empirismo cedió el paso a la observación clínica y a los primeros balbuceos de la interferencia científica y cuando quedó plasmada hace 24 siglos la ética de nuestra profesión.

Su deber esencial es: Cuidar con devoción al hombre enfermo para devolverle la salud o cuando menos, mitigarle el sufrimiento.

La preparación del médico: (Verdades Fundamentales)

1.- Llamado de la vocación, para el estudio científico, serio y sistematizado, impregnado de curiosidad intelectual.

2.- La carrera es larga y dura, no hay año fácil de estudios, la clave del avance está en saber cómo estudiar, poner el afán de comprender.

El deber Profesional del Médico:

Atender al enfermo en sus males, y cuidar la salud del sano, son dos caras de un mismo deber profesional. La primera responsabilidad del médico es prestar un servicio eficaz, de acuerdo con los conocimientos de nuestro tiempo.

La atención fría, impersonal, no basta en nuestra relación con el enfermo, por mucho que sea científica y que sea eficaz.

El médico debe tener siempre presente ese componente espiritual y no olvidar que una palabra de esperanza puede hacer más que una droga y que los sufrimientos se calman y a veces se corrigen por virtud de la fe.

La medicina sería la más bella de las profesiones si fuera ejercida sin cobro de honorarios. El cobro de estos, la priva de la mitad de su nobleza al convertirla en actividad lucrativa. Se habla del cobro razonable, justificado, en consecuencia

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