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INFORME BANCO DE LA REPUBLICA


Enviado por   •  30 de Julio de 2012  •  3.714 Palabras (15 Páginas)  •  859 Visitas

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La Moneda Signo: del trueque originario a la intangibilidad de la moneda; algunas puntualizaciones en torno a cambios formales.

Por LIBORIO

Mitú, Mayo de 2004

CONTENIDO

Introducción

1) Controversia liminar

2) Construyendo el significado de Signo

2.1) Vygotzky y su definición de signo

2.2) Cole y su definición de signo

2.3) Definición general del concepto guía

3) Escuchemos a Marx

4) Algunas puntualizaciones

INTRODUCCION

En la actualidad la tesis más difundida en relación a la tendencia general de la evolución monetaria es aquella referida, a lo que desde la perspectiva de la Escuela Neoclásica se ha venido denominando como la desmaterialización creciente de la moneda. Con posterioridad al trueque originario, la moneda sería el instrumento fundamental del facilitamiento de los intercambios mercantiles, sin embargo, paradójicamente con la cada vez mayor creación de nuevos instrumentos monetarios, la evanescente corporeidad de la moneda pareciera situarnos en un estado similar al trueque originario. Baste citarse el caso del Derecho Especial de Giro, DEG, un asiento contable en la cuenta especial de giro de los países miembros del FMI, como representante de una moneda desmaterializada, según la perspectiva de la Escuela en mención.

La práctica monetaria que se deriva de esta tesis ampliamente difundida, se ve en la actualidad cuestionada en la medida en que la recurrente utilización de la moneda desmaterializada, en el sentido neoclásico del término, está lejos de ser la panacea de las sociedades que aspiran a llamarse desarrolladas, puesto que obviamente; no sólo basta con un cambio formal de la moneda. No nos debemos extrañar al ver dichas sociedades acudir igualmente a las llamadas monedas paralelas, y en tiempos recientes inclusive, retomar de nuevo el trueque originario a manera de replanteamiento de la práctica monetaria convencional.

En el presente ensayo se enunciarán los aspectos controvertibles de la tesis en mención, señalando que la utilización del término desmaterialización se presta para confusiones de índole gnoseológica y epistemológica.

En tal sentido, es el interés del presente ensayo resaltar la actualidad que tiene la concepción de la moneda como signo, enunciada originalmente en el famoso debate entre Platón y Aristóteles, discrepancias de interpretación que suscitan por primera vez en la historia económica la discusión que nos ocupa. Para tal efecto se quiso reforzar la definición de signo. Fue así como se revisaron los trabajos de L. Vygotzky y M. Cole quienes aportan elementos interesantes desde una perspectiva gnoseológica. Igualmente se realizó una definición general del concepto guía centrada particularmente en aspectos ontológicos. Posteriormente estas definiciones se contextualizan con las observaciones que hace Marx, para finalizar luego con algunas puntualizaciones sobre el tema.

1) Controversia liminar

En la historia del pensamiento económico, el inicio de la polémica sobre la moneda se sitúa normalmente en las discrepancias de concepción entre Platón y Aristóteles.

Platón, inmerso en su teoría de las ideas a través de las cuales accedía al conocimiento, propuso que el dinero fuese utilizado para facilitar el intercambio mercantil, pero consideraba irrelevante el uso del oro y de la plata ya que, según él, la moneda podría ser un signo adoptado por convención, puesto que la función valorativa de la moneda, función puramente ideal, tenía que ser independiente de las características intrínsecas de la moneda y por consiguiente, del material con el que se fabricaran.

Por su parte Aristóteles quien secundó a Platón al considerar que el conocimiento abstracto es superior a cualquier otro, discrepó en cuanto al método apropiado para alcanzarlo. Fue el padre de la siguiente reflexión:

“…el trueque es natural hasta cierto punto, a saber, en la medida en que es la adquisición de alguna cosa realmente necesaria para los fines de la vida. Otro modo de adquisición de riquezas, innatural, se tiene cuando las mercancías comienzan a ser cambiadas, no por mercancías sino por moneda. Los caracteres intrínsecos de la moneda que revela Aristóteles son: 1) que es más manual que las mercancías, y 2) que tiene una utilidad propia, además de la comodidad para el cambio. Esto es propio de la moneda metálica…”

Extractado del Libro “ Aristóteles” escrito por W.D. Ross

En resumen, éstas son las dos posiciones sobre las que, a lo largo de los siglos, en Occidente, se ha venido edificado la interpretación de la naturaleza de la moneda.

Schumpeter en su monumental obra sobre la historia del análisis económico, reconoce que

«cualesquiera que sean sus debilidades, esta teoría -de Aristóteles- aunque siempre fue discutida, predominó substancialmente hasta finales del siglo XIX e incluso más tarde. Es la base del núcleo de todo trabajo analítico realizado en el terreno de la moneda».

La concepción aristotélica ha sido tan influyente, que hoy en día el ciudadano corriente sigue pensando que el papel moneda que se emite corresponde a una cantidad de oro encerrada en los sótanos del banco central, desconociendo, el aspecto valorativo inherente a la existencia de la moneda y en particular, por supuesto, la creación bancaria de la misma.

Las teorías monetarias actuales reconocen y aceptan los cambios realizados en el sentido de la progresiva imposición de la concepción monetaria entendida como signo, pero a pesar de que muchas de ellas describen una realidad monetaria totalmente desvinculada de la concepción metalista, continúan estando, en general, bloqueadas para imaginar un sistema monetario diferente. El sistema monetario se convierte, así, en el aspecto convencional impuesto por las potencias económicas, y en el resultado de los fracasos de las autoridades monetarias mundiales, tentadas siempre a arrastrar el peso de la magia de una moneda escindida de la sustancia del valor, que el sistema bancario ha creado y que no se sabe controlar.

Este es un ejemplo del peso de la inercia de los paradigmas que constituyen, guían y encajonan nuestra visión de la realidad. Cuando en 1919 se empieza a aceptar el papel moneda y a superar la necesidad de su convertibilidad en oro, ya se iba de nuevo con retraso. La extensión de las cuentas corrientes y de los cheques, con la correspondiente expansión del crédito y la invención de dinero bancario, comenzaba a hacer insuficiente el uso del papel

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