Industria Cultural
Enviado por GustavoAriel91 • 9 de Noviembre de 2013 • 401 Palabras (2 Páginas) • 825 Visitas
Theodor Adorno y Max Horkheimer conceptualizaron a la Industria Cultural como un sistema en el cual los productos culturales se fabrican bajo procesos industrializados de producción. La industria cultural se encuentra por supuesto inmersa en la poderosa economía capitalista. El arte se toma como una mercancía preparada, asimilada a la producción industrial, adquirible y fungible; incluso hay obras de arte que son adaptadas por la industria cultural. La técnica de la industria cultural consiste en la producción de bienes culturales y artísticos en serie e igualación. La utilización del cliché es una de las características fundamentales de la industria cultural. Es decir, la inclusión de elementos repetitivos en dicha producción. La universalización de lo particular se enumera como otro componente del sistema: lo particular y novedoso se subyugue ante lo universal. Los productos culturales, por lo tanto, terminan pareciéndose unos a otros; los detalles se adaptan tanto al esquema, que terminan siendo el esquema mismo y vuelve a los productos repetitivos. La industria cultural absolutiza la imitación. Pero todos estos conceptos (estereotipación, repetición, cliché, universalización) no tendrían sentido sin algo central en la teoría crítica: el amusement (palabra inglesa que significa diversión). La industria cultural es, ante todo, la industria de la diversión, el entretenimiento. Ella genera necesidades de consumo, para que los hombres sean productivos aun cuando terminan su jornada laboral. El amusement consiste en la prolongación del trabajo. Es buscado por quien quiere sustraerse al proceso del trabajo mecanizado para ponerse de nuevo en condiciones de poder afrontarlo. Pero al mismo tiempo la mecanización ha conquistado tanto poder sobre el hombre durante el tiempo libre y sobre su felicidad, determina tan íntegramente la fabricación de los productos para distraerse, que el hombre no tiene acceso más que a las copias y a las reproducciones del proceso de trabajo mismo. El supuesto contenido no es más que una pálida fachada; lo que se imprime es la sucesión automática de operaciones reguladas. Sólo se puede escapar al proceso de trabajo en la fábrica y en la oficina adecuándose a él en el ocio. De ello sufre incurablemente todo amusement. El placer se petrifica en aburrimiento, pues, para que siga siendo placer, no debe costar esfuerzos y debe por lo tanto moverse estrechamente a lo largo de los rieles de las asociaciones habituales. El espectador no debe trabajar con su propia cabeza: toda conexión lógica que requiera esfuerzo intelectual es cuidadosamente evitada.
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