Juan Salvador Gaviota
Enviado por HeyKerstin • 25 de Febrero de 2013 • 2.611 Palabras (11 Páginas) • 633 Visitas
II. Juan Salvador Gaviota
Este ensayo relata la vida cotidiana de las gaviotas, que puede ser comparada con la vida de muchas personas resignadas a su suerte, incapaces de romper su costumbre. Una excepción es Juan Salvador, quien se sentía insatisfecho con lo que hacía, por ello decidió tomar otro rumbo y así ser libre de ataduras.
Por lo general tenemos miedo a lo desconocido, sentimos dudas si será para bien o para mal. Estos mismos sentimientos invadieron a los padres de Juan, por lo que insistieron que abandone su sueño, para volver a formar parte de la bandada.
A través de este escrito estaré analizando aspectos de la obra tales como: los problemas sociales y políticos tocados en el texto, las ideologías presentes en el libro, una breve explicación de la época en que aparece, el lenguaje utilizado por el autor y la importancia de la propia superación así como también la de enseñar a otros aquellas cosas buenas que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida. Por ultimo presentaré mi opinión acerca de cada tópico mencionado.
Juan Salvador era una gaviota revolucionaria que no respetaba las leyes que el régimen político de su sociedad imponía. Él tenía una forma de pensar contraria a los miembros de su bandada, ya que éstos encasillaban a los integrantes de la misma obligando al grupo a mantenerse en la rutina. Es por esto que ellos se dedicaban solo a vivir y a luchar por la comida. Harto Juan de hacer siempre lo mismo decidió aislarse y experimentar distintas formas de volar, que le producía un inmenso placer, aunque durante sus prácticas de vuelo sufría caídas muy dolorosas, pero no por estas se rendía, más bien se fortalecía a si mismo e intentaba mejorar cada vez más.
Jamás entendió como las demás gaviotas sobrellevaban una vida egoísta, ya que solo les importaba de que se alimentarían y pelear para conseguirla. Mientras que Juan era conocido en la bandada como el de plumas y huesos, porque para él no era muy importante nutrirse, más bien se enfocaba solamente en mejorar su marca y hacer lo que más le gustaba, volar.
Por estos diferentes comportamientos, su grupo cerrado e intolerante decidió llamarlo a juicio, para ver si de esta manera cambiaba su actitud; pero lejos de renunciar a su sueño y de ser feliz, se negó a cumplir las reglas de su sociedad, por lo que fue exiliado. Ni aún sus padres pudieron persuadirlo de que tomara otra decisión. ¿Por qué Juan, Por qué?- preguntaba su madre-. ¿Por qué no puedes ser como los demás? ¿Por qué no dejas los vuelos rasantes para los pelicanos albatros? (Bach. R, 1986:13)
No fue fácil para Juan Salvador resignarse a la decisión de su comunidad, de abandonar la bandada, pero fue gracias a esto que llegó a los “Lejanos Acantilados” (zona aislada). Esta experiencia despertó en él sentimientos de temor, duda y miedo, a un nuevo comienzo, que, traía consigo cosas desconocidas y desafíos a los que debería enfrentarse sin saber como lo lograría.
A pesar de los distintos retos que tuvo que pasar, pudo perfeccionar sus habilidades para volar. El progreso que tuvo, en cada una de sus prácticas, fue su aliento principal para poder seguir resistiendo a las pruebas de la nueva vida.
Alejado de la sociedad, descubrió que también existe la posibilidad de encontrarnos con otras personas que piensan igual que uno mismo, como ocurrió con él, cuando conoció a otras gaviotas que tenían su misma pasión. Éstas le dijeron que siguiera esforzándose en aprender a volar cada vez mejor, ya que así pasaría a una nueva etapa. Tomando en cuenta lo que estas gaviotas le dijeron y así su afán de seguir mejorando cada día lo llevó al cielo, en donde formó parte de una nueva bandada quienes disfrutaban planear alto. Esto lo logró gracias a su perseverancia en superarse cada vez más.
Al ingresar en este cielo, el autor describe a través de Juan una metempsicosis cuando este pasa al paraíso. Él se percata de la trasfiguración que se produce cuando el traspasa de la tierra al cielo. Ve un nuevo Juan Gaviota que estaba escondido entre huesos y plumas, es ahí en donde nota a una joven y resplandeciente Gaviota. Este era un nuevo Juan que volaba mucho mejor que en los tiempos en que vivía en la tierra. Para él en el cielo no existían las limitaciones.
Allá, era diferente a su vida anterior, porque existían gaviotas que pensaban como él; ya que todas querían alcanzar la perfección de lo que más amaban hacer. Es así como se percató de que aún tenía mucho por aprender y durante varios tiempos se dedicó a formarse y a ejercitarse en volar cada vez mejor, hasta incluso llegó a tomar clases de aeronáutica avanzada.
Su nueva vida en el paraíso, traía preguntas a su mente, y es así como preguntó a su entrenador Rafael, porqué habían tan pocas gaviotas iguales a ellos. Este contestó, que la mayoría de ellas, progresan con mucha lentitud y éstas no se preocupan a donde irán, solo viven el presente.
Estos hechos que sucedieron me lleva a pensar que hoy en día la mayoría de nosotros estamos tan sumergidos en nuestra rutina, que no vemos lo que está más allá de nuestro horizonte. Incluso, hasta somos influenciados por personas, a seguir siempre en las mismas sin mirar para adelante. Y así en cada ámbito en que nos desarrollamos, no nos dedicamos a seguir aprendiendo hasta llegar a la perfección.
A pesar de que Juan se encontraba en un lugar privilegiado (el cielo), en donde las gaviotas tardaban años en llegar, no descansó en su aprendizaje, más bien siguió perfeccionándose en el vuelo.
Esta obsesión por mejorar cada día más, lo lleva a conocer a Chiang, la Gaviota Mayor, quien era considerada, el Dios de las gaviotas, el Gran Maestro. Éste explicó a Juan que el verdadero cielo consistía en alcanzar la perfección. Chiang le advirtió que si quería llegar a volar como él, debía imaginarse el lugar a donde quería ir, antes de llegar al mismo. Para volar tan rápido como el pensamiento y a cualquier sitio que exista -dijo-, debes empezar por saber que ya has llegado. (Bach, R. 1986: 80)
Esta frase me hace reflexionar bastante, porque siempre que tenemos algún sueño, hay que vernos a nosotros mismos lográndolo y a pesar de las trabas que podríamos encontrarnos en el camino, como nuestra sociedad negativa, la cual experimentó el protagonista, jamás debemos bajar los brazos.
Gracias a las enseñanzas del Gran Maestro, Juan Gaviota se desempeñó también como instructor de nuevas gaviotas que ingresaban, en su gran mayoría exiliados al igual que él. Su primer alumno fue Pedro Gaviota, a quien aclaró que para llegar a la perfección tal como su maestro Juan lo hizo, debía perdonar a cada uno de los miembros de su bandada. Y así con el correr de los tiempos fue convirtiéndose
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