Justo Sierra
Enviado por Oronegro14 • 4 de Febrero de 2014 • 1.011 Palabras (5 Páginas) • 275 Visitas
INAUGURACIÓN DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL (JUSTO SIERRA)
El fondo de todo problema social o político implica necesariamente un problema pedagógico, un problema de educación.
La universidad no puede ser una educadora en el sentido integral de la palabra, sino una simple productora de ciencia, es una intelectualizadora, solo sirve para formar cerebrales.
La universidad se propone adquirir los medios de nacionalizar la ciencia, de mexicanizar el saber.
Las leyes de la naturaleza constituyen dentro del inmenso imperio del conocimiento, una provincia no autonómica, porque toda la naturaleza cabe dentro de la cuadrícula soberana de la ciencia; pero si distinta, pero si característica.
El hombre es un átomo que no solo refleja al universo, sino que además piensa.
Realizando esta obra inmensa de cultura y de atracción de todas las energías de la República aptas para la labor científica, es como nuestra institución universitaria merecerá el calificativo de nacional que el legislador le ha dado; a ella toca demostrar que nuestra personalidad tiene raíces indestructibles en nuestra naturaleza y en nuestra historia.
La universidad no podrá olvidar que sus métodos, que sus investigaciones, que sus conclusiones no podrán adquirir valor definitivo mientras no hayan sido probados en la piedra de toque de la investigación científica que realiza nuestra época principalmente por medio de las universidades.
La acción educadora de la universidad resultará entonces de su acción científica.
El interés de la ciencia y el interés de la patria deben sumarse en el alma de todo estudiante mexicano.
La educación difusa y penetrante del ejemplo y la palabra toca a la universidad concentrarla, sistematizarla y difundirla; se debe recibir en los umbrales de la escuela al niño que va a hacer de sus instintos los auxiliares de su razón en su etapa juvenil.
Toda contemplación debe ser el preámbulo de la acción; no le es licito al universitario pensar exclusivamente para sí ya que no se puede moralmente olvidar nunca de la humanidad y de la patria.
La Universidad tendrá que proyectar sus rayos en todas las tinieblas desde el faro ideal de salud, verdad, bondad y belleza.
La Universidad mexicana naciente no tiene árbol genealógico, tiene raíces pero no tiene antecesores.
Cuando pedimos a la ciencia la ultima palabra de lo real nos contestara siempre con la penúltima palabra dejando entre ella y la verdad absoluta toda la inmensidad de lo relativo.
La mente armada del hombre es un instrumento superior a la brújula para encontrar nuevos mundo: esta arma es el método.
La educación jesuita hizo del conocimiento de los clásicos latinos la parte principal de la enseñanza, sin poder penetrar en la verdadera alma clásica que fue la del renacimiento.
La Universidad Pontificia no supo abrir una puerta al espíritu nuevo y renovar su aire y reoxigenar su viejo organismo que tendía a convertirse en piedra; no lo supo y fueron los seminarios los que prepararon el espíritu de emancipación filosófica, obligando a sus alumnos a conocerlo en las refutaciones que de él se hacían.
Fueron los seminarios y no la Universidad Pontificia, los que cultivaron silenciosamente
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