Justo Sierra
Enviado por dmorenoa2005 • 12 de Marzo de 2015 • 1.659 Palabras (7 Páginas) • 138 Visitas
Justo Sierra Méndez nació en el puerto de Campeche, estado de Campeche, el 26 de enero de 1848. Fue hijo del abogado yucateco don Justo Sierra O'Reilly, (1814 - 1861), eminente jurisconsulto, novelista, historiador y escritor, y de doña Concepción Méndez.
Principió sus estudios en la ciudad de Mérida, estado de Yucatán y los terminó en México a donde se trasladó su familia a la muerte de su padre, en el Liceo franco-mexicano, y más tarde en el Colegio de San Ildefonso, donde realizó brillantes estudios y se reveló su vocación literaria. Se recibió de abogado en 1871.
Publicó sus primeros ensayos literarios a partir de 1868, y poco después entró en la vida pública. Probó suerte en el drama con su obra "Piedad" y en la novela con "El ángel del provenir".
Fue varias veces diputado al Congreso de la Unión, y magistrado de la Suprema Corte de Justicia. Se da a conocer en 1868 con "Playera" y las "Conversaciones del domingo" que aparecen en El Monitor Republicano. Ocupó durante algunos años la cátedra de Historia en la Escuela Nacional Preparatoria, para la que escribió un libro de texto bien conocido. Fue uno de los directores de la Revista Nacional de letras y Ciencias (1889-1890) y colaboró en las principales publicaciones periódicas de su tiempo.
Ejerció una influencia muy grande en los medios intelectuales y una vez muerto Ignacio Manuel Altamirano (1834-1893), fue el maestro que orientó a las nuevas generaciones. En la antigua Secretaría de Justicia e Instrucción Pública y Bellas Artes (1905) fue nombrado titular de ella, cargo que desempeñó hasta 1911, cuando fue designado Ministro Plenipotenciario de España. A él se debió el establecimiento del primer sistema de educación pública en México, y la reorganización de la Universidad Nacional (1910). Dirigió la publicación de México, su evolución social (1900 -1902) y de la Antología del Centenario (1910). Presidió la Academia Mexicana correspondiente de la Española desde 1919. Murió en Madrid el 13 de septiembre de 1912. Su cadáver fue traído
a México y sepultado con grandes honores públicos.
En el primer centenario de su nacimiento la Universidad le declaró Maestro de América y sus restos fueron trasladados a la Rotonda de los Hombres Ilustres.
La obra de Justo Sierra es una de las más ricas y caudalosas de su tiempo. Registra las manifestaciones espirituales y culturales más significativas de la época de grandes cambios que le tocó vivir. Narraciones, poesías, discursos, doctrinas políticas y educativas, viajes, ensayos
críticos e historia, forman el valioso material de la obra de Sierra. Se reúne con los poetas de la Revista Azul y de la Revista Moderna e influye en sus discípulos como Urbina, González Obregón, Urueta. Comenzó a escribir poesía desde 1868, ésta, el teatro y la prosa narrativa, son obras
de su juventud; la historia y la educación de su madurez; el periodismo político y la prosa literaria, ejercicio constante a lo largo de toda su vida.
Obra educativa de Justo Sierra
Abarcó todos los niveles del quehacer escolar y los más variados rumbos y perspectivas de la cultura, desde una educación para la libertad hasta la pedagogía social, pero su mejor contribución fue el plan de una educación al servicio del pueblo.
La educación de la mujer, patente en las escuelas de labores femeniles, como La Corregidora y la Lerdo; " La inferioridad de la mujer es una leyenda que ha concluido hace mucho tiempo" dijo Don Justo.
Los grandes educadores de la época porfiriana, los Rébsamen, Carrillo, Martínez, Chávez, Menéndez y Torres Quintero aprovecharon para formar las nuevas generaciones de reformadores y revolucionarios. Empeñados estos sabios educadores en extender al máximo posible la educación del pueblo, proyectaron el poder renovador de la inteligencia hacia los nuevos objetivos.
El flamante ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes tiene la difícil misión de salvar lo que aún sobrevive en la Constitución y en el ánimo de los viejos liberales.
Logra entrever un nuevo liberalismo educativo y ponerlo en marcha; se trata de restaurar la tradición liberal por la enseñanza de la historia y la formación de un civismo constitucionalista, también la preocupación por incorporar a todos los mexicanos en un noble propósito de unidad nacional.
La instrumentación de un nacionalismo liberal educativo viene a ser la línea política de Justo Sierra en la secretaría a su cargo. Refleja de un modo tan competo las largas etapas de la historia de México, que van del liberalismo a la Revolución Mexicana con su intermedio el Porfirismo.
Don Justo vivió estas etapas, participó en ellas, les prestó el apoyo de su clarividente pensamiento y recibió la influencia positiva y negativa de sus aciertos y sus desaciertos y supo expresarlos constantemente en su amplia labor literato, historiador y maestro.
En materia educativa propugnó por la autonomía de los Jardines de Niños, el progreso del magisterio y a nivel superior, la reorganización de las carreras de Medicina, Jurisprudencia, Ingeniería, Bellas Artes y Música, así como la promoción de la Arqueología, de un sistema de
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