Kant y Georg Friedrich Hegel, la base para estructurar las normas y leyes (naturales y positivas) que permiten la convivencia de los sujetos
Enviado por david900226 • 7 de Noviembre de 2015 • Resumen • 685 Palabras (3 Páginas) • 322 Visitas
INTRODUCCION
Desde sus inicios, el hombre se ha catalogado como un ser racional, dominante y especialmente social. Dichas características han contribuido en el desarrollo de la especie humana y es lo que ha facilitado y propiciado la vida en comunidad. Sin embargo, y pese a sus cualidades y a la cantidad de logros alcanzados a través de su historia, el hombre siempre ha cuestionado su existencia, su comportamiento y la forma en que se desenvuelve con sus semejantes. En este orden de ideas, es necesario resaltar la participación y posteriores aportes de grandes pensadores y filósofos, cuyo objetivo estuvo permanentemente ligado a dar respuesta a todos y cada uno de los interrogantes propios de la existencia humana. De esta manera, surgen dos figuras trascendentales y necesarias para definir lo que hoy conocemos como derecho. Immanuel Kant y Georg Friedrich Hegel, ambos con posturas totalmente diferentes y dispersas para con el otro, pero que fueron la base para estructurar las normas y leyes (naturales y positivas) que permiten la convivencia de los sujetos.
Kant fue un filósofo prusiano, conocido como el padre del Iusnaturalismo (derecho natural). Además, fue declarado como uno de los hombres más influyentes en la Europa moderna, en base a sus aportes con respecto a la razón y su impacto en la conducta del ser humano. A lo largo de su vida, Immanuel elaboro un sinfín de escritos, dentro de los cuales se destacó “La Crítica de la Razón Pura” (ediciones 1781-1787). En estas plasmo su forma de percibir el derecho, definiéndolo bajo tres aspectos, el formal, el racional y el a priori. Kant pensaba que el derecho se originaba gracias a las ideas y a la reflexión que el hombre realizaba de su propia existencia, creía que la razón se encontraba intrínsecamente ligada a la moralidad, y esto por sí mismo, condicionaba al sujeto a tener un comportamiento pacifico, bondadoso y ajustado a las reglas naturales para una sana convivencia. Sumado a esto, Immanuel consideraba que el derecho no requería de una experiencia previa para su estructuración, por el contrario, pensaba que el derecho se fundaba previo a la experiencia o a los acontecimientos de la vida (a priori). Por tanto, el derecho no necesitaba de conductas específicas para su origen, ya que este yacía en la razón de todo individuo. De esta forma, toda persona sabia diferenciar lo correcto de lo incorrecto, lo malo de lo bueno, lo ajeno de lo propio. En este punto, Kant plantea un elemento denominado “el imperativo categórico”, esta figura, pretendía ser un mandamiento autónomo, mediante el cual el hombre se viera comprometido a ejercer el bien (deber ser), y ello, lo lograría cumpliendo todas y cada una de sus obligaciones (hacer lo correcto). Gracias a esto, el sujeto alcanzaría la libertad y podría convivir debidamente con sus congéneres.
Por su parte, Georg Hegel, reconocido filósofo Alemán, revolucionario de la dialéctica y figura esencial en la creación de lo que hoy conocemos como derecho positivo (Iuspositivismo), tenía una concepción contraria a la de Kant, pero no por ello menos importante o útil. Hegel consideraba al derecho como una creación humana que se representaba a través de El Estado y que era a su vez plasmada o concebida en textos (derecho material). De esta manera, Hegel planteaba el derecho bajo tres variantes, la material, la empírica y la a posteriori. Es así, que la conformación del derecho desde el punto de vista Hegeliano, precisaba de la experiencia, gracias a la cual se podían crear o formular las normas que iban a regular los comportamientos futuros del ser humano. Esto, facilitaría el control por parte de El Estado frente a los individuos que representaran un peligro con lo que respecta a los intereses de la sociedad.
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