Karl Marx

ACTIVIDAD DE METACOGNICION

Antes de exponer su máxima del viraje de la filosofía, Schlick busca en qué situación se encuentra la filosofía y para ello indica que, hay hasta en los filósofos una resignación en el destino de la filosofía de tal magnitud, que difícilmente podrían llegar a pensar que la filosofía pueda tomar un rumbo distinto al que ha llevado por más de dos milenios. Postula que desde algún tiempo es común intentar identificar progresos en la filosofía en algún período de tiempo determinado, y que ese período de tiempo se mide desde el nombre de un gran pensador hasta el presente. Pero detrás de esto dice que esa forma común de medir los períodos y los progresos de la filosofía es, de cierta manera, una subvaloración del pensamiento filosófico en la contemporaneidad, y también indica que un posible factor causante de esto, es que al abordar algo que tenga un lugar consagrado en la historia, se estará ungido de esa sinergia histórica y esto desembocará una predisposición a la hora de abordar otras cosas. Luego de enseñar este contexto, Moritz emprende a explicar en qué consiste lo que para él es el cambio definitivo de la senda por la que camina la filosofía, ese viraje en el cual, dice estar convencido, se encuentra la filosofía. Para ello, señala que un buen comienzo, es comprender las nuevas sendas, los métodos que se han ido desarrollando inadvertidos. Pero según Schlick, quien más avanzó hasta el punto decisivo del viraje fue Ludwig Wittgenstein en su Tractatus Logico-Philosophicus. Aclara pues, que no quiere decir que las formas comunes de utilizar la lógica sean lo que desencadena el viraje, pues esto sería indicar únicamente un progreso gradual en las formas tradicionales de la actividad filosófica. Por eso dice que el gran viraje se debe atribuir, no a la lógica misma, sino a algo que sólo fue posible gracias a la lógica y es algo mucho más profundo, esto es: el conocimiento de la naturaleza de lo lógico mismo. Es decir que la solo por medio de la lógica podemos llegarverdaderamente a desentrañar la naturaleza de las formas puras, y en esta retrospección podemos darnos cuenta de que todo conocimiento tiene origen en una expresión, una representación y esto ocurre gracias a cualquier sistema de signos, que a su vez también tienen una forma lógica. De esta manera, podemos decir que todo conocimiento es tal por virtud de su forma. Según Schlick, esto que parece sencillo, tiene consecuencias sumamente importantes, tanto que nos permite librarnos del problema tradicional de la teoría del conocimiento. Dice que la capacidad humana de conocimiento está basada en la naturaleza de la expresión, es decir, acerca de todo lenguaje posible. Es por ello que bajo esa lógica, toda pregunta que pueda surgir tiene consigo sentido y consecuentemente pueda ser resuelta, al menos en principio. La verificación que se sigue de la resolución del problema es, sin duda,

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