LA EDUCACIÓN CRISTIANA PRIMITIVA Y LA PATRÍSTICA

LA EDUCACIÓN CRISTIANA PRIMITIVA Y LA PATRÍSTICA

En la segunda mitad del siglo I la Educación Helenística clásica había dado un vuelco total, la educación cristiana había propiciado la sustitución de la polis cambiando la filosofía hacía la sabiduría del alma individual por una doctrina de amor claridad fraternidad, abnegación y amor al prójimo como centro idealista de la unidad divinidad, los evangelios cristianos anunciaban la renovación bajo el principio de justicia, amor y ruptura de ataduras terrestres.

La personalidad de Cristo entonces se interpreta con el término Logos, sabiduría entendimiento y la imagen de Jesús resalta a los ojos de la comunidad como el mediador ante Dios que permite a los hombres renacer en espíritu y renacer más allá de la muerte carnal, se ve al hombre como un ser espiritual más que como un hombre corpóreo como lo hacía la cultura Helenística.

El evangelio paulino es clara muestra de esta revolución en la educación, el cual representa el ideal pedagógico del hombre espiritual y nuevo miembro del reino de Dios, en esta etapa sobresalen las imágenes ricas en plástica pero al mismo tiempo con una simplicidad lineal aunque con una significación simbólica muy rica y retórica, dirigida a los adultos y fieles delegados a la gracia por lo que fue llamado el Didaskalos que tenían como requisito del saber el bautismo aunque también se preparaba a los catecúmenos que eran sacerdotes especializados a lo largo de tres años bajo saberes como historia sagrada hebrea, la predicación de Cristo y los preceptos humanos, teniendo como característica clave la no especulación.

El catecúmano recibía solo instrucción solo religiosa aún cuando su instrucción era normal a la de los fieles, su preparación evitaba lecturas paganas o clásicas y hacían hincapié al desapego mundano aprovechando el ambiente social inculto bajo el cual la biblia se convirtió un elemento vulgo de expansión al traducirse en griego latín y muchas otras lenguas.

Surgieron así los misioneros Helenísticos-cristianos en Etiopía, Armenía, Giorgia, y países eslavos fortaleciéndose así en el siglo IV las escuelas de arte y religión o escuelas senóvicas dando paso a la formación de la primera orden monástica (impartida en monasterios) “la de los Benedectinos”, también llamadas escuelas conventuales que formaban clérigos doctos para el pueblo y laícos pertenecientes al pueblo ignorante.

Sobresale la escuela monástica en Alejandría con Clemente, en Roma con Hipólito, en Cesárea y Antioquía con Crisóstomo.

A finales del siglo III y principios del IV aparece la llamada escuela Patrística, donde los padres de la Iglesia se convierten en escritores generando un disputa sutil de orden teológico, se sistematiza lo doctrinal y se justifica con la relevación de Dios frente al Paganismos clásico, así en el primer periodo la escuela patrística explicita defensa del cristianismo, paganismo y el gnosticismo aproximadamente en el año 200 y del 200 al 450 enfatiza su formación doctrinal y su expansión para que a partir del 450 se dé la relevación de sus doctrinas hacia oriente y occidente.

Sin embargo apologetas como Agustino, Irineo y Apolineo, Tertuliano de Cartago, Minusio Filos empiezan a desarrollar y participar en sus apologías sobre el BIEN Y DIOS, Agustino entre el 163 y 167 lo hace con sus obras diálogos con Tritón y la verdadera filosofía es el Cristianismo,

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