LOS FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS DE LA EDUCACIÓN COMO RECONSIDERACIÓN CRÍTICA DE LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN
Enviado por viby_m • 18 de Febrero de 2014 • 3.504 Palabras (15 Páginas) • 527 Visitas
El esfuerzo impostergable y conciente por elevar la calidad de vida en la actualidad, así como por
propiciar un desarrollo verdaderamente sostenible para la mayoría de la sociedad supone, entre otros
elementos, atender y perfeccionar a la educación en tanto componente indispensable y factor catalizador de
los fenómenos señalados.
El mejoramiento práctico de los procesos educacionales, incluyendo los de nivel superior, posee
como importante precedente la reflexión crítica y el asentamiento sobre sólidas y multidisciplinarias bases
científicas de la labor de los profesores, directivos y del resto de los sujetos implicados en dicho proceso.
El estudio y la fundamentación científica de la práctica educativa puede tener lugar a partir de
diversas ópticas y perspectivas disciplinarias, como son la economía de la educación, la psicología
educativa, la sociología de la educación, la didáctica educativa, la historia de la educación, la metodología
de la investigación educativa y la filosofía de la educación, entre otras.
Muy variadas, y no siempre adecuadas, son las formas de concebir en interpretar a la filosofía de la
educación en el transcurso de su larga historia. Entre ellas podemos encontrar su comprensión como la
enseñanza del pensamiento filosófico en el contexto de la educación en general o en los cursos que
preparan a profesores, como sistema teórico o escuela de pensamiento que reflexiona acerca de las bases
o significados formativos y/o existenciales de la educación, como modo de vida o comportamiento al interior
de la escuela o del proceso docente, como disciplina sobre la apreciación de valores en la educación, como
las asunciones o creencias que concientemente o no se encuentran presentes en el proceso educacional,
como análisis lingüístico o conceptual de la educación, como estudio de carácter ya sea empírico y/o lógico
del fenómeno educativo, como filosofía moral en el contexto educativo, como teoría de la educación, como
disciplina acerca de los fines y funciones de la educación, como forma de reflexión crítica y justificación de
los propósitos de la educación, como base o instrumento del establecimiento de políticas educacionales a
diferentes niveles, como disciplina que vincula la educación con el sistema social en que se desenvuelve,
como metadiscurso de análisis de la actividad educacional, como instrumento para perfeccionar la
formación del individuo, entre otras muchas.
Así, por ejemplo, en la actualidad se muestran posiciones que consideran que la filosofía de la
educación ha dejado de ser una reflexión dentro de la filosofía sobre la educación o una aplicación de la
primera sobre la segunda para convertirse en estudio desde el interior de la práctica y la investigación de la
educación hecha por los educadores mismos (Follari, 1996, 76); que ella “examina el aparato conceptual
utilizado por maestros y teóricos, a fin de descubrir el significado exacto del lenguaje educativo” (Moore,
1998, 22), que: “La filosofía de la educación hoy, en los Estados Unidos y en cualquier otro lugar, es
realmente un híbrido de filosofías educacionales y de aquellas teorías ... que argumentan que la filosofía y
la teoría no pueden ni deben estar separadas” (Burbules, 2002, 352); que la misma constituye “una manera
Ramos, G.: Los fundamentos filosóficos de la educación cpmo reconsideración crítica...
Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681-5653)
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de mirar, pensar, percibir y actuar en y sobre el mundo, así como de ayudar a superar las formas de
desigualdad y opresión estructural” (Beyer, 2003, 13); o también que dicha disciplina es la brújula
orientadora y la guía teórica necesaria que ofrece “la unidad de pensamiento que tiene que dar coherencia a
las diferentes respuestas que se ofrezcan a todas las esferas del proceso educativo” (Chávez, 2003, 10).
No podemos dejar de coincidir con las valoraciones críticas que plantean que frecuentemente “la
filosofía de la educación maneja categorías y conceptos filosóficos sin el nexo intrínseco entre el cuerpo
teórico de la filosofía ... y la educación” (Saviani, 1998, 9), así como que “los filósofos de la educación no
nos han dado una cuenta clara de cómo su disciplina realmente se supone que trabaja : de los tipos de
argumentos que ella usa, de la evidencia que ella toma para ser pertinente, sus pruebas para la verdad y
falsedad, sus criterios para el éxito o el fracaso, el estatus de sus propias proposiciones y declaraciones, y
su lógica interna en general (Wilson, 2003, 282).
Todo ello sirve de presupuesto también para el debate y la toma de partido en relación con lo que
puede ofrecer esta disciplina y su grado de validez teórica y/o práctica.
Para algunos : “La filosofía de la educación parece estar experimentando una marginalización
creciente hoy .... El dilema central que enfrenta este campo es encontrar la forma de ser tanto
académicamente buena como importante para los practicantes... “ (Bredo, 2002, 263), mientras que otros
aseveran que : “Hoy por hoy la filosofía de la educación goza de reconocimiento mundial, lo que no excluye
que exista un fuerte debate en torno a esta disciplina teórica” (Chávez, 2003, 7).
En el contexto de este debate consideramos que es necesario e indispensable no abandonar la
reflexión filosófica sobre la educación, ya que esta perspectiva teórica de analizar dicha forma de actividad
social de los hombres puede y debe contribuir al perfeccionamiento tanto de su armazón teórica como de
su accionar práctico; más para ello se precisa superar aquellas formas tradicionales y declarativas de
asumir a la filosofía de la educación y concebir dicho estudio como un instrumento efectivo de la
comprensión y transformación de la actividad educacional desde el enfoque filosófico, a lo cual hemos
llamado los fundamentos filosóficos de la educación, entendidos como el análisis filosófico de la educación,
y en particular del proceso de enseñanza-aprendizaje que allí tiene lugar, que ofrece un conjunto de
instrumentos teórico-prácticos que permiten desenvolver la actividad educacional de un modo más
conciente, óptimo, eficiente, eficaz y pertinente.
Esta comprensión de los fundamentos filosóficos de la educación posee varios presupuestos
teórico-metodológicos de
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