La Casa Verde
Enviado por ViaNeyRau • 22 de Agosto de 2014 • 846 Palabras (4 Páginas) • 219 Visitas
Quizá no lo sepan, o mejor dicho no logren darse cuenta, pero en algún momento somos poderosos, tenemos esa fuerza que nos hace superiores a los demás, eso que nos hace sentir un dominio ante determinadas situaciones, pero ¿Cómo saber que somos poderosos? O algo más importante, ¿Qué es el poder? “El término poder, como sinónimo de fuerza, capacidad, energía o dominio” en http://es.wikipedia.org/wiki/Poder el 18 de noviembre de 2013 a las 7:57 pm.
No solo en estos tiempos, si no desde épocas muy remotas en asuntos personales se le da a las opiniones externas más importancia de la que merecen. Vemos esto reflejado en que si los demás creen que somos superiores en realidad lo somos, pero si piensan lo contrario nos convencemos nosotros mismos de que el juicio de las personas es el correcto, aunque sea totalmente opuesto al nuestro, pues si toda la vida nos inculcaron algo que la sociedad demanda como incorrecto, públicamente lo modificaremos, pero quizá en nuestra vida íntima lo sigamos ejerciendo, aunque claro, con el temor de que eso se sepa. “Aquí no es como en lima, no hay donde divertirse, la gente diurna no es mala, pero que austera, qué diurna” (Vargas Llosa, 1965, p. 45.)Aquí un claro ejemplo en el que las apariencias mandan, pues no importara que en cada casa por individual hubiera vida o familias con grata alegría, mientras esta alegría no se hiciera visible ante los visitantes ese lugar permanecería con fama de gris y aburrido.
¿Por qué ahora hay más homosexuales? Al encontrarnos continuamente con esta pregunta la necesidad de saber la respuesta es más grande, y quizá esta sea muy sencilla.
Es bien sabido y bastante notorio que el machismo ha disminuido gradualmente desde épocas remotas a la actualidad, y esto se debe a que se le da un poco de menor importancia a la opinión pública sobre alguna persona.
Por consiguiente, ya no es necesario demostrar la hombría con altas jornadas laborales, con incontables mujeres e hijos sin reconocer, o incluso con fama de violencia o excesivo gusto por el alcohol. Pues la apariencia era lo único que importaba realmente, demostrar su hombría o en todo caso, su dominio.
El poder se debía demostrar desde la cantidad de tierras que se tenía, hasta el número de mujeres que se poseía. No importaba amaba a su mujer, si estaba satisfecho con lo que su mujer le daba en casa, si no acudía a una casa de citas era un afeminado sin duda alguna, pues seguramente no deseaba saber que no podía mantener una erección al contacto físico con una mujer. He aquí la importancia que se tiene desde tiempos remotos la profesión más antigua de todas, la de la prostitución.
“Tanto deseaban mujer y diversión nocturna estos ingratos, que al fin el cielo acabó por darles gusto. Y así fue que apareció, bulliciosa, frívola, nocturna, la Casa Verde” (Vargas Llosa, 1965 p. 45.) En esta
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