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La Conformación Social Del Gusto. Autor: Lilia Herlinda Mendoza Roaf


Enviado por   •  23 de Octubre de 2014  •  2.048 Palabras (9 Páginas)  •  240 Visitas

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Cuando adquirimos algún objeto, cualquiera que éste sea, lo hacemos la mayoría de las veces pensando en su utilidad, esto es, deberá satisfacer una necesidad. Sin embargo, el mercado nos ofrece distintas maneras de presentar el objeto para satisfacer también nuestro gusto, pues si sólo pensáramos en la utilidad, por ejemplo, al comprar una chamarra ¿por qué simplemente no elegimos la primera que encontremos de nuestra talla?, ¿por qué escogemos la de un determinado color y estilo y no otra? pues se supone que sólo la necesitaremos para abrigarnos y estos aspectos debieran, en todo caso, ser irrelevantes.

Esto mismo ocurre con cualquier otra elección; personas con las cuales nos relacionamos o el consumo que hacemos del arte, en donde se habla ya de necesidades más complejas. En el caso del arte, se cubre además una necesidad estética, pero al igual que con los objetos, también encontramos múltiples manifestaciones artísticas y, casi siempre, gustos para cada una de ellas.

Es así, a manera de ejemplo, que cabe preguntarse: ¿por qué hay quienes prefieren escuchar a la Banda del Recodo o la de Cuisillos? y por el contrario, los hay quienes sienten preferencia por Pink Floyd, Therion o por algún grupo de música electrónica. Otros a diferencia de los demás prefieren la música de Mozart y Beethoven. Podemos preguntarnos también, ¿por qué hay personas que les gusta el teatro y a otras no?, ¿por qué a algunos les agrada asistir a exposiciones de artes visuales y hay quienes jamás en su vida han acudido a ninguna? ¿Por qué existen personas que prefieren ver telenovelas y leer revistas de moda y quienes, por el contrario, les agrada la literatura o el cine crítico? Por los ejemplos anteriores, podemos hablar entonces de que al momento del consumo entran en juego dos acciones: elegir y descartar, pero entonces cabría preguntarse ¿cómo es que realizamos estas acciones?; ¿ya nacemos con determinadas predilecciones?; ¿qué factores las determinan?; ¿tienen que ver con la forma en que somos educados?; ¿nuestro entorno cultural influye?; ¿los medios masivos de comunicación tienen que ver con lo que yo decido consumir? o ¿la elección la hacemos siempre de forma libre y consciente? El gusto, es decir, lo que nos mueve a elegir o descartar, en este caso los productos culturales que consumimos, no sólo es resultado de una acción aislada, libre e individual; que, si bien pueden existir ciertos factores genéticos que ejerzan alguna influencia en nuestros gustos, ¿cómo nos explicamos que éstos se van modificando con el transcurrir del tiempo?, incluso hay cosas que antes nos desagradaban y ahora nos fascinan o viceversa. Por tanto, si el gusto no es algo propiamente con lo que se nace y queda decidido e inalterable por el resto de nuestras vidas, sino por el contrario, es cambiante de una generación a otra, de un país a otro, de una cultura a otra, entonces, podemos hablar de que hay factores externos que influyen de manera más determinante en él. El gusto se construye social e históricamente, esto es, la época en que se nace, generación a la que se pertenece, la cultura, la ideología, la posición económica, la política, la religión y el desarrollo tecnológico son, entre otros factores, los que van a influir y determinar nuestros gustos, guiarán nuestra elección hacia cierto tipo de música, de danza, vestimenta, alimentos, y viviendas. Por ejemplo, la música que escuchaban los

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jóvenes hace dos siglos es diferente a la que actualmente escuchan; de igual forma, lo que consume el adulto en materia de arte no es igual a lo que consume el joven.

Si nacemos en un medio donde predomina la música de banda, o la ranchera, lo más probable es que esa sea la música que consumiremos; que no quiere decir con esto que no podamos elegir otro tipo, como veremos más adelante. Lo que se intenta explicar es que, efectivamente, recibimos del medio en que nos desenvolvemos una fuerte influencia en nuestra elección.

Es importante considerar que en nuestras elecciones de consumo del arte también interviene el artista, dice Borudieu que: “Los gustos, como conjunto de las elecciones que realiza una persona determinada, son pues producto de confluencia entre el gusto objetivado del artista y el gusto del consumidor.”1, es decir, es la identificación que las personas hacemos hacia determinados manifestaciones artísticas, ya que estos creadores lograron traducir en lenguaje estético los valores, pensamientos, sentimientos que nosotros queríamos expresar, “…lo que uno tenía que decir y no sabía cómo”2 son, digámoslo así, nuestros interlocutores y por lo tanto nuestra referencia de qué productos artísticos adquirimos.

Es necesario igualmente considerar, como dice Bourdieu, que: “…el artista es alguien que reconocemos como tal al reconocernos nosotros mismos en lo que hace, al reconocer en lo que él hace lo que nosotros hubiéramos querido decir”3 en otras palabras, el artista interpreta una realidad determinada y para ello elige un lenguaje estético, por lo que el público o consumidor se identificará o no con la temática y con la forma estética.

En la actualidad y con el desarrollo de la tecnología, existe otro factor que determina nuestros gustos, y se refiere a los medios de comunicación masiva, principalmente la radio y la televisión. Según cifras del INEGI, en el 2007 se contabilizaron 25, 037,949 hogares con televisión; esto es, un 93. 3 % de los hogares en México cuentan con televisión4. Estos medios de comunicación, primordialmente la televisión, vienen a ejercer una fuerte influencia en lo que vamos a consumir en materia de arte o de lo que ellos dictan que es “arte.” En teoría, los medios masivos de comunicación (MMC) deberían fungir como un instrumento social que brinde información verás y objetiva respecto al acontecer local, nacional e internacional; aportar los suficientes elementos para que el público, además de informarse, pueda formarse una opinión de su realidad social y acceder a espacios de discusión y análisis de la misma en dichos medios. Asimismo, ofrecer el sano entretenimiento, orientado a la conformación crítica y libre del gusto. De acuerdo a la Ley Federal de Radio y Televisión, estos medios deben ser transmisores de la herencia social

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