La Creación Artística: Solo Una Imitacion Sutil

La creación artística: solo una imitación sutil

Uno de los eternos debates en el medio artístico es si la creación es una simple imitación a partir de modelos convencionales ya incorporados en la sociedad, o si hablar del concepto creación implica necesariamente algo totalmente nuevo y único.

Platón afirma que necesariamente el único creador es dios y que el humano solo fabrica artefactos para atender a su idea, pero no para crear la idea misma ya que esto es imposible.

Un acercamiento diferente es el de Aristóteles, que postula que dado que el humano aprende y se desarrolla desde su nacimiento en la imitación, es natural que se regocije en tareas de este tipo, aceptando la mímesis como parte de la evolución creativa.

El desacuerdo se desarrolló porque nunca hubo un consenso en la definición del concepto obviamente más importante de esta disputa: creación. A mi parecer el error de Platón radica en abordar este concepto desde un punto de vista religioso, elevándolo a lo utópico, y no de la manera humana que es como finalmente se percibe en la práctica.

Para Platón la palabra “creación” conlleva una forma de expresión completamente nueva, que no tenga apoyo en ningún convencionalismo tradicional, de lo contrario sería solo una imitación, es decir, un desarrollo de un concepto ya establecido.

La manera acertada de abordar la palabra “creación” es entendiéndola como el desarrollo de convenciones ya establecidas expresadas de una manera personal y privada. Creer en que podría existir una creación plenamente nueva sería algo ficticio, inhumano, imaginario, utópico, por lo tanto, contraproducente.

El modo Aristotélico de enfrentar este concepto me parece mucho más acertado ya que, al igual que yo, Aristóteles no niega la imitación en el proceso creativo y lo entiende como parte esencial en el objetivo de expresar una idea, cualquiera que sea.

Si aceramos esta forma de entender la palabra creación al teatro probablemente se entenderá de mejor manera.

Desde el punto de vista Platoniano, una creación dentro del teatro, sin importar belleza, trascendencia o logro que implique, simplemente no podría existir, dado que el teatro es un convencionalismo ya establecido y crear algo desde aquella base sería de alguna manera volver a la imitación.

Ahora, si aceptamos la imitación –y en consecuencia, las influencias- de modelos ya establecidos y sus convencionalismos como parte del desarrollo de una creación teatral, el concepto se vuelve práctico nuevamente y podemos trabajar de nuevo.

El teatro se trata de poner en escena una situación del vivir y lograr expresarse mediante gestos y movimientos corporales, diálogos, personajes que generen conflictos, con personalidades humanas, mezclar quizás con música y generar una idea homogénea en donde coexistan todas las ideas anteriores sin fronteras perceptibles.

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