La Escuela De Frankfurt Y La Industria Cultural
Enviado por cele1983 • 4 de Noviembre de 2014 • 3.147 Palabras (13 Páginas) • 500 Visitas
Estética y Teoría del arte
Glosario
La Escuela de Frankfurt y la industria cultural
La escuela de Frankfurt se identifica a un grupo de intelectuales de izquierda, interesados en una nueva lectura del marxismo. El término “teoría de la crítica” acuñado por Max Horkheimer 1895-1973 era el que mejor lo definía.
Marco ideológico
Considera Horkheimer que al teórico crítico le importa acelerar el desarrollo que conduce a una sociedad sin explotación. Los dos puntales de su posición ideológica son la renovación del marxismo y el cuestionamiento del positivismo, a la existencia de hechos objetivos exentos de manipulación. Se opusieron a una especulación filosófica-sociológica que no engarce con los problemas concretos. Sus investigaciones son entonces muestras de crítica concreta.
La idea inicial fue crear un Centro para el estudio de problemas socioeconómicos, políticos y psicológicos que plantea la sociedad moderna fue de Horkheimer y Friedrich Pollock. Se concretó en 1923 Con la fundación del Instituto de Investigación social.
En 1933 se produce el cierre de la institución por el nacional socialismo y se abren distintas filiales en ginebra, parís, NY.
En 1950 Adorno y Horkheimer regresan a Alemania y restablecen el Instituto de Investigación Social. Con la muerte de Horkhrimer 1973, el Instituto deja de existir.
Un texto clave de la escuela de Frankfurt es Dialéctica del iluminismo de Horkheimer y Adorno. Escrita en 1942-44 en USA., publicada en 1947.La razón lejos de haber liberado al hombre lo ha sumergido en una nueva barbarie, quedan atrás los ideales del iluminismo.
Según Horkheimer y Adorno, cuando los hombres dicen querer aprender de la naturaleza, lo que persiguen, en realidad, es dominarla: a ella y al hombre. En ese sentido la actitud de la ilustración es hacia las cosas es la misma adoptada por los dictadores hacia los hombres. Quieren conocerlos, pero sólo para manejarlos mejor. Por lo tanto lo que se llama progreso no es sino ruina.
Benjamín y el arte posaurático
Reproductibilidad y aura.
En la obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, Benjamín se propone estudiar los mecanismos productivos de dos nuevos lenguajes del s. XX, así como la fotografía y el cine y también la influencia de estos lenguajes en los cambios operados en la difusión y recepción de la obra de arte en general.
Fotografía y cine tienen como rasgo específico de producción su “reproductibilidad técnica” es decir, su existencia en múltiples ejemplares. La obra de arte observa Benjamín “ha sido siempre fundamentalmente susceptible de reproducción”. Tanto la fotografía como el film no han sido pensados para existir en un ejemplar, siendo la multiplicidad condición misma de existencia de la obra, la copia se encuentra necesariamente legitimada. Algo semejante ocurre con el grabado.
Toda obra puede ser reproducida, lo que no puede ser copiado es el momento preciso – día u hora- en que fue producida. El aquí y ahora del original constituye el concepto de autenticidad, confirma Benjamin. Si no podemos copiar la autenticidad de una obra tampoco su aura. Del aura no hay copia.
El aura es definida como “la manifestación irrepetible de una lejanía”. El aura se “atrofia” en la reproducción.
La obra reproducible no hace perder la idea de su origen, mientras que la autenticidad de la obra singular es una adjudicación de origen que requiere de un experto capaz de garantizarlo. Sólo unos pocos pueden determinar su una obra es original o copia.
Autenticidad- aura-culto son términos íntimamente asociados. La definición de aura como la manifestación irrepetible de una lejanía reformula el valor cultural de la obra artística. En su origen.
Desligada del ritual, la obra de arte adquirirá un nuevo valor – exhibitivo- y un nuevo fundamento: la política.
La pérdida progresiva del aura que acompaña a la des-ritualización de la obra de arte tiene un aspecto positivo y otro negativo, permite al arte mostrase, exhibirse, y así convertirse en medio para la emancipación de las masas, pero también podría sufrir el control de los políticos.
El Actor, el cine, el Dictador
El culto a la obra emigra, como en el cine y pasa a estar del lado de las estrellas, divo o diva- El culto a las estrellas fomentado por el capital cinematográfico.
La personality intenta conservar la magia de lo irrepetible, pero su magia está dañada. Se construye la imagen del actor, también se construye la del político.
En el cine el aura desaparece a diferencia de lo que encontramos en el teatro, donde se mantiene viva la presencia del actor, un aquí y un ahora del cuerpo real en movimiento.
La fotografía
En la fotografía el poder de exhibición comienza a reprimir en toda la línea cultural, pero éste no cede resistencia. Advierte benjamín que el valor cultural de la imagen tendrá su último refugio en el culto al recuerdo de los seres queridos, lejanos, desaparecidos. El rostro humano, en esto es lo que constituye su belleza melancólica e incomparable.
Recuerda la política sobre su verdadera artisticidad, no deja de tener actualidad si pensamos en el arte digital, el net art o el multimedia art.
Singularidad, originalidad, irrepetibilidad, todos términos del paradigma anterior no sirven para explicar las nuevas formas de arte.
La cuestión no es tanto si las fotografías o el cine siguen siendo arte sino como sus condiciones particulares de producción han modificado la misma noción de arte, como han ampliado su campo tradicional y cómo han influido en sus manifestaciones institucionalizadas. La aparición de la pintura ha producido importantes cambios en la pintura.
Acercamiento de lo lejano en la cultura de masas.
Destaca Benjamín que “acercar espacial y humanamente las cosas es una aspiración de las masas actuales”. Existe en ellas la necesidad de adueñarse de los objetos en la más próxima de las cercanías. El público se maneja con desenvoltura de propietario.
En Teoría del arte José Jiménez explica porqué La Gioconda se convirtió en una de las obras más populares, en el paradigma de una proximidad desacralizada. Observa Jiménez “se le pierde el respeto, la obra se acerca tanto al espectador que pasa a estar en su mismo nivel.” De este modo se lo domestica.
La reproductibilidad técnica de la imagen ha promovido en muchos casos el humor y a ironía.
La desaparición del aura trae consigo la disolución de la figura del experto. Ahora, el público que se aproxima al arte se siente experto,
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