La Ilustración

Llamamos al siglo XVIII el siglo de las Luces o de la Ilustración porque una minoría de bienintencionados intelectuales se empeñó en construir un mundo mejor sobre la base de que todos los hombres son libres e iguales (pensamiento que hoy puede parecernos obvio, pero que entonces resultó de lo más revolucionario: de hecho, provocó una revolución).

Kant, como uno de los mayores representantes de esta época, aspiraba liberar a la sociedad de la ignorancia; sin embargo, Kant comprendía el tiempo en el que vivía y se desenvolvía, entonces reconocía, no sin pesar, que era una época de ilustración mas no una época ilustrada, es decir, que la sociedad de entonces estaba pasando por un proceso para llegar a ilustrarse. Kant comprendió también que es por medio de la educación que se puede llegar a la meta de una sociedad ilustrada, pero era una época y una sociedad complicada y no toda la población tenía acceso (o derecho) a recibir una educación adecuada para lograr la tan anhelada libertad por medio de las luces.

Las ideas ilustradas lesionaban los intereses de dos clases privilegiadas: aristocracia y clero, justificados hasta entonces por la existencia de un Dios que delega sus paternales funciones en los monarcas y en la Iglesia (Altar y Trono). La razón esgrimida por los ilustradores ponía en duda incluso la propia existencia de ese dios tan arbitrario.

Las ideas de los ilustrados se impusieron lentamente entre la burguesía acomodada de Europa (especialmente en Francia e Inglaterra) y después llegaron al pueblo. A esa irradiación social siguió otra geográfia: desde Europa la Ilustración alcanzó a sus colonias, que ya ocupaban buena parte del mundo.

Comenzaba una nueva era de la humanidad. La principal consecuencia del triunfo de las ideas ilustradas fue la Revolución francesa con sus tres avanzados ideales de libertad, igualdad y fraternidad que hoy ya nadie discute, en el mundo libre, al menos.

...