Ilustracion

La Ilustración refiere al movimiento cultural, político, social e intelectual europeo desarrollado en el siglo XVIII, cuyo centro fue Francia, marcando una etapa fundamental en la historia del pensamiento burgués, que permitió tomar conciencia de sí a esta clase y del papel político que debía desempeñar, conforme a su poder económico y a su importancia social.

La filosofía de la Ilustración tiene sus orígenes en la filosofía barroca, pero no fue creativa y sistemática como ésta, sino divulgadora, en correlación con el creciente aburguesamiento de la vida. La evolución del pensamiento ilustrado fue paralela al crecimiento económico protagonizada por la burguesía.

El mundo dejó de ser un cosmos necesitado de la ayuda divina para convertirse en un conjunto reglamentado de átomos, sustancia y fuerzas. Se proclama la fe en el hombre y en la razón, único medio para desterrar la ignorancia y la superstición. Los ilustrados se mostraron muy críticos con la religión cristiana, a la que acusaron de esclavizar a los hombres con temores infundados.

Sin embargo, la Ilustración no era atea, trató de sustituir el cristianismo por pensamientos deístas, para incorporar una religión natural que uniera al hombre con la naturaleza. El principal medio de difusión fue la Enciclopedia, publicada en 28 volúmenes entre 1751 y 1772 y estaba constituida por las distintas formas de pensamiento ilustrado. Su fin era divulgar las ciencias y los nuevos conocimientos, así como criticar las instituciones en nombre de la naturaleza, la razón y la humanidad.

Algunas figuras importantes que influyeron y participaron en este movimiento fueron J. Locke, D. Hume, J. St. Mill, J. Bentham, Voltaire, D'Alembert, Diderot, Kant y Montesquieu, entre otros. Las consecuencias de este movimiento no fueron sólo ideológicas sino que sirvieron de base para la praxis política, siendo un claro ejemplo, la Revolución Francesa.

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