"La Imaginación Es más Importante Que El Conocimiento

"La imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento se limita a todo lo que ahora conocemos y comprendemos, mientras que la imaginación abarca al mundo entero, todo lo que en el futuro se conocerá y entenderá" (Albert Einstein).

Para situar en su contexto esa reflexión de Albert Einstein, hay que valorar algunos datos de su biografía que comúnmente no son conocidos. El joven Einstein, durante su estancia en Zurich para cursar estudios de física en la Escuela Politécnica Federal, se interesó y profundizó sobre la obra de diversos filósofos, como Baruch Spinoza, David Hume o Emmanuel Kant. Esta curiosidad natural de alguien tan inteligente, volcado en mayor medida y durante toda su trayectoria en trabajos científicos, nos da la referencia de una persona inquieta por encontrar el sentido de la vida desde los enfoques que a veces se contraponen: la investigación empírica apoyada en el cálculo incuestionable y la reflexión puramente especulativa. La física ante la metafísica.

Es muy posible que su percepción sobre la inviabilidad para el ser humano, al menos en su época, para explicar científicamente todos los fenómenos desde el origen del universo hasta cuanto sucede ahora o sucederá, condujera a Einstein -aunque era quien más conocía de todo ello- a apostar por la capacidad de las personas para crear, para relacionar pensamientos hasta componer esas explicaciones, indemostrables pero reales como producto de la mente. Todo con el fin de encontrar el porqué y de cuanto ocurre y ocurrirá.

Al fin y al cabo no todo tiene una razón de ser que podemos controlar con nuestro conocimiento, pero esa misma incapacidad para comprender fue la que dio nacimiento a otras formas de imaginación como son los mitos, la magia, las leyendas e incluso las religiones: creer o conocer lo que no se ve y así justificar lo que no entendemos.

Es indudablemente una necesidad del ser humano que no sabe sobrevivir en la permanente incertidumbre sin dar cuenta a sus semejantes de los motivos de cada acontecimiento y también de las expectativas. Una necesidad que en el caso de muchas personas, incorpora otro ingrediente: la negativa (aunque no sirva el ejemplo de Einstein, cuya modestia esta acreditada) a aceptar la pequeñez y debilidad de la humanidad frente a la fuerza del universo o en ocasiones, del destino.

Por lo tanto, cabe preguntarse si la imaginación de los seres humanos tiene la potencia y la fiabilidad para cubrir todo el déficit de su conocimiento como, en principio, aparenta afirmar la cita de Einstein.

Con espíritu crítico, una frase de tal rotundidad y pronunciada por una referencia mundial, debe contener al menos una parte de acierto y otra en la que probablemente no acabamos de aproximarnos a su significado verdadero. En este último aspecto, es lógico sostener que toda imaginación se fundamenta en el conocimiento. Dicho de otro modo, es imposible que una persona pueda siquiera imaginar aquello que no sabe sino que nuestro raciocinio se

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