La Mesa Del Comedor

La Mesa del Comedor

La historia comienza con su llegada a la casa de dos jovencitos recién casados, Hilda y Poli. Pasó infinitos momentos de felicidad: nacimientos, cumpleaños, bautismos, reuniones familiares, los domingos con sus riquísimos merengues de La Europea, muchas navidades y cenas de año nuevo. Qué lindo fue verte con hermosos manteles, desde los de papel crepe hasta los amarillos y blancos, o rojos y verdes. También de colores ocres para tomar el té. Pero ojo, nunca ni flores ni cuadros.

También hubo mucho estudio: bioquímica con su biología, odontología con su biología, nutrición con su biología, medicina y su biología, ciencias políticas, computación, leguajes de ciegos-sordos, publicidad ingeniería, estadísticas, y muchas cosas más.

Pasaste momentos tristes: cuando los brazos cruzados sobre la cabeza mojaron con sus lagrimas tu superficie por algún aplazo y recibiste palmaditas cariñosas cuando salía todo bien. No nos olvidemos de la diversión: truco, canasta y el famoso estanciero, las obras de arte con el mecano, y los ladrillitos de goma.

Por abajo tuyo muchas veces pasó el tren, los famosos escaletric con su pista negra.

Te mudaste muchas veces, estuviste en casa pequeñas como en el Alas, o en Olivos, en grandes como en Bedoya o en la Escuela de Aviación, en medianos como en Rosedal, pero el más elegante fue en la Colón, porque por tu trayectoria tenías compañeros de porcelana y copas de cristal, que te los ganaste con el tiempo.

Por estos recuerdos y por los que vendrán nadie te venderá. Seguirás en la familia y todos te podrán visitar hasta el fin de tus días. Te queremos. Anahi.

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