La Necesidad De Argumentación Y Reflexión ética En La Escuela

LA NECESIDAD DE ARGUMENTACIÓN Y REFLEXIÓN ÉTICA EN LA ESCUELA

Por: Víctor López Ortiz

“Si queremos ciudadanos adultos que sean racionales con respecto a los valores, deberíamos introducir a los niños en la investigación en valores de tal manera que puedan descubrir por sí mismos que aquello que posee un valor genuino no es el objeto de un deseo cualquiera, en todo caso trivial e inmaduro, sino que más bien es aquello cuya pretensión de ser algo de valor está apoyada por la reflexión y la investigación”

Mathew Lipman (1)

El docente de hoy debe preocuparse por hacerle ver a sus estudiantes cómo la sociedad colombiana ha sufrido constantes transformaciones que el pueblo las ha recibido pasivamente, y en otros casos se ha dado como imposición. Esta situación ha llevado a las personas a desinteresarse de la parte moral. Poco interesan los comportamientos de las personas, lo importante es sobrevivir. Esta mentalidad llega a los estudiantes y de alguna manera el aprendizaje se convierte en otro elemento más de supervivencia, donde sólo importa el salvarse como se pueda y no la proyección que el estudiante tenga para su vida. Un estudiante sin proyección, sin futuro, no tiene valores para defender o vivir.

Por tal motivo se hace indispensable que en las Instituciones educativas más que cualquier conocimiento, sea prioritario el enseñarles a construir su propio plan de vida, para que ellos tengan ganas de vivir, por quién vivir, le encuentren sentido a lo que piensan, dicen, sienten y hacen. En este caso son valiosos los aportes de Dewey quien propone una educación activa teniendo un profesor que aporte a la construcción de un hombre en la sociedad. (2) Esta educación moral despertará en ellos su capacidad crítica, porque sólo es posible la crítica cuando se tienen razones para vivir, principios y valores qué defender, de lo contrario sería una vida vegetativa, carente de sentido

Por consiguiente, es en la escuela donde el niño aprende a argumentar para que con la razón, en sus relaciones con sus compañeros y profesores, consiga acuerdos y no maneje relaciones de poder. Según Lipman, para educar ciudadanos que puedan participar en una sociedad democrática, que se guíen por la razón, que piensen por sí mismos para tomar decisiones acertadas y en consenso es necesario que las aulas se conviertan en verdaderas comunidades de investigación, de búsqueda, donde la tolerancia, la comprensión del punto de vista de los demás, la responsabilidad solidaria por buscar hábitos y criterios de reflexión sean llevados a la práctica.(3)

También esta propuesta se da en la línea de Paulo Freire, quien dice que la educación ha de proporcionar al hombre medios para lograr una conciencia crítica y que para ello es necesario un método activo y dialogal. EI diálogo es, para Freire, una relación horizontal que "se nutre del amor, de la humildad, de la esperanza, de la fe, de la confianza. Por eso sólo el dialogo comunica. Y cuando los polos del dialogo se ligan así, con amor, esperanza y fe uno en el otro, se hacen críticos en la búsqueda de algo. Se crea, entonces, una relación de simpatía entre ambos. Sólo ahí hay comunicación." (4) Para lograr este objetivo es preciso elaborar herramientas de pensamiento crítico, pues solo quien está en capacidad de pensar de forma crítica estará también en capacidad de comprender las situaciones que vive y de buscar en ellas nuevas alternativas de acción.(5)

Por lo tanto la investigación ética basada en la argumentación, no es puramente cognitiva, no basta saber unas reglas de razonamiento o elaborar conceptos para ser personas éticamente formadas; no basta sólo saber qué es el bien, sino comprender cómo nos hacemos buenos; es decir, los problemas éticos cuando son examinados por la argumentación deben ser tanto teóricos como prácticos, pues estamos acostumbrados a negar nuestros comportamientos para acomodarnos a lo que mejor nos convenga, es lo que comúnmente se llama “la moral del camaleón”, y de esta manera buscamos todos los medios posibles para aparecer ante los sectores sociales como “buenos” y en consecuencia se populariza frases con las que se quieren adoctrinar

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