La Redefinición De La Estética

La redefinición de la estética

• ¿Cómo entender hoy la estética? A pesar de que disponemos de una gran cantidad de definiciones, todavía no tenemos conceptos precisos. Admitimos que la estética parece haber existido siempre y que, por tanto, se trata de un fenómeno universal, pero al mismo tiempo nos encontramos con demostraciones de que a pesar de tener una esencia común, las definiciones de lo bello son cambiantes en cada época y en cada sociedad.

• (…) lo que permanece es la idea de la estética como “teoría de lo bello”.

• “La actividad artística constituye un juego donde las formas, las modalidades y las funciones evolucionan según las épocas y los contextos sociales, y no tiene una esencia inmutable” (Borriaud, 2008: 4).

• La tecnología y la estética dan la apariencia de estar en armonía, definitivamente reconciliadas.

• Particularmente, se trata del surgimiento y desarrollo de un nuevo tipo de arte: el arte digital.

• Según la argumentación de Havelock, antes de Platón los seres humanos, de acuerdo con su tradición oral, pensaban no con conceptos sino con imágenes. La oralidad se sostenía no en la mente sino en el cuerpo.

• Derrik Kerckhove, señalan que con el advenimiento de la Internet disponemos del primer medio que es al mismo tiempo oral y escrito, mental y corporal, público y privado.

• Los autores que sostienen una interpretación opuesta argumentan que si bien es innegable que estamos ante una nueva realidad, sin embargo no debemos olvidar que la tecnología no es un agente moral autónomo y que todo uso de ella depende de quién o quiénes la controlan.

• Desde una mirada de la evolución de la estética y del arte, lo que debemos entender es el cambio o transformación basada en la interactividad y la participación.

• No se puede negar el impacto tecnológico que produce placer en el cuerpo. El problema es más bien de que así se debilita el pensamiento por ideas. Las imágenes por sí mismas sólo producen sensaciones pero no ayudan a la reflexión.

• Según Nicolás Bourriaud, es posible incluso plantear un ethos nuevo del arte que sustituye a las formas fijas por eventos-instalaciones. Se trataría de un arte fundamentalmente relacional en la medida en que intenta conectar la experiencia estética con la trama urbana, en parques de diversión o en medios electrónicos.

• Estamos entonces más allá de la idea del arte como espacio simbólico privado.

• Si no hay esta integración ¿cómo podría sostenerse la tesis de la necesidad de la obra abierta y por tanto la extensión del arte fuera del museo?

• ya no podemos seguir concibiendo las experiencias artísticas solamente con relación a los museos o al simple repertorio de obras por superar.

• Para que la obra de arte produzca una relación social necesariamente debe ser abierta.

• Para Sánchez Vázquez la estética relacional o participativa sólo tiene sentido si en el contexto de la nueva realidad electrónica (el nuevo entorno tecnológico) se transforma la organización política y social. Tal vez así sea posible postular una nueva estética basada en relaciones de interactividad verdaderamente democráticas. Para Bourriaud en cambio, las acciones artísticas no tienen una orientación específica. Su objetivo no es ampliar la creatividad ni cambiar la sociedad haciéndola más justa.

• las nuevas tecnologías han des-artistizado el proceso creador al poner en crisis la idea de la obra de arte como original o única.

• Victor Tupitsyn señala que el arte contemporáneo debe ser analizado como “un espectáculo global para turistas” debido a que los museos han sido desintimizados, y los artistas junto con los directores se han vuelto hombres de negocios internacionales que ofrecen servicios para millones de japoneses, chinos y otros que visitan los museos sin creer en el arte.

• Todo se complica aún más cuando comprobamos que ya no se puede hablar del arte en abstracto, sino siempre

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