La Responsabilidad Ciudadana

Nuestra responsabilidad:

Me da pena el significado que tiene la democracia en esta sociedad moderna, un valor que se resume en depositar cada dos años un papel dentro de una urna, siempre y cuando, la playa no invite o si la resaca de la noche anterior tercia la visita al colegio electoral. Me da pena toda la sangre que ha sido derramada, todas las ilusiones que fueron ahogadas y todas las ideas que llenaron de ilusión a millones de corazones que lucharon de diferentes formas por hacer un mundo más justo. Me da pena ver como muchos de nuestros ayuntamientos están llenos de caciques reconocidos, corruptos habituales y corazones llenos con el único ideal del poder. Me da pena que la gente siga apoyándoles porque reparten con su sonrisa maquillada de demagogia, migajas insulsas del gran pastel que degustan en sus manteles de seda. Las cosas van mal por su culpa, pero nos debemos preguntar de quién es la culpa. De quién lleva años limpiándose su ombligo en nuestras narices, cobrando comisiones, alimentando el amiguismo y dilapidando a manos llenas nuestro dinero; o de nosotros, silentes aliados que con síndrome estocolmiano apoyamos a aquellos que se mofan de nosotros. Aceptemos responsabilidades y aprendamos a ser personas con pensamiento propio y no ovejitas al servicio del poder casi siempre corrompido.

Soñaban los sueños lejanos

Con enredar tu cuerpo entre mi manos.

Buscando la música escondida

En la soledad amarga que me abriga.

Los recuerdos que se callan hablando

Las olas que se alejan silbando

Tu noche que me acerca a tu vida

Tus soles que desnudan mis días

Destronando a príncipes encantados

que se rinden a la luz de tus ojos

destronando a princesas sibilinas

que amortajan su fruta prohibida.

La luna entonando en lo alto

Su sempiterna canción suena bajo

Porque solo una letra suena viva

Tu corazón latiendo bajo mi cara dormida.

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