La Vigencia De Un Pensamiento Negado: Arturo Jauretche Por Juan Carlos Salazar
Enviado por jucar61 • 6 de Junio de 2014 • 4.131 Palabras (17 Páginas) • 297 Visitas
La vigencia de un pensamiento negado: Arturo Jauretche
“No es lo mismo un país independiente que un país
in the pendiente”
(Mafalda, Quino)
Juan Carlos Salazar
Facultad de Filosofía y Humanidades
Facultad de Derecho y Cs. Sociales
Universidad Nacional de Córdoba
Introducción
Arturo Jauretche, bonaerense nacido a principio del siglo XX, en Linconl, formado en el derecho, y activo participante del movimiento de la Reforma Universitaria del `18, reconocido hombre de acción política. Junto con otros intelectuales militantes como Raúl, Scalabrini Ortiz y Homero Manzi forma una institución señera en la política argentina como FORJA (Fuerza de orientación radical para la joven Argentina).
Arturo Jauretche es un pensador comprometido con su tiempo, un ensayista agudo, plasmar su obra es ir al encuentro de un pensamiento objetado pero vigente, un intelectual que se concretó a partir de paradigmas distintos a los imperantes en su época.
Se considerarán en este trabajo dos aspectos que podríamos denominar como básicos en su desarrollo teórico. El primero denominado por él mismo “colonización pedagógica”, el segundo concerniente al análisis socio económico de la realidad.
Para acercarnos a estas problemáticas hemos acudidos a algunas citas del autor que pueden introducirnos en estas problemáticas, la primera es el referida a la importancia de la educación popular, y por lo tanto su ruptura epistemológica con lo que el llamaba “intelectuales puros”, que se consideraban los únicos habilitados para interpretar la realidad, defendiendo los grandes valores universales, y su distancia con el hombre concreto, el hombre de la calle, lo que puede verse en afirmaciones como:
"Hay dos modos de dominar un país: en las colonias directas, la encargada de persuadir a los colonos de las conveniencias del imperio es la artillería, pero, en las semicolonias, con apariencia de independencia política, la persuasión se hace pedagógicamente, dominando los instrumentos de formación de la inteligencia".
O esta otra que realiza en Los Profetas del Odio:
“A la estructura material de un país dependiente corresponde una superestructura cultural destinada a impedir el conocimiento de esa dependencia, para que el pensamiento de los nativos ignore la naturaleza de su drama y no pueda arbitrar nuevas soluciones, imposibles mientras no conozca los elementos sobre los que debe operar”
Y si el hombre de la cultura es incapaz de analizar esa realidad y mostrar la realidad particular de forma concreta, y la explica a partir de parámetros ajenos, está actuando acorde a la distorsión habitual de los espacios colonizados; lo que revela el alejamiento entre la forma de pensar “culta” de la “academia” y la forma de ver el mundo realista de aquellos que no son letrados. Lo que no implica “alpargatas si libros no”, sino como también lo explica el intelectual bonaerense:
“al hombre que no es un intelectual y por eso razona según el orden de la naturaleza se le ocurre que en el orden de las demandas humanas, que es el mismo, están primero las alpargatas que los libros. El fuego debe calentar de abajo, dice Fierro, y la cultura debe ir precedida de zapatos, ropa, frazadas y pan. Pero la tradición de la intelligentzia argentina es al revés”
El segundo hace alusión a su claridad para visualizar y explicar la situación económico- política y social, tanto de su momento como del futuro, de manera tal que podemos encontrar textos que explican claramente y en no muchas líneas la situación de las décadas del `80, `90, y comienzo del nuevo siglo, con términos muy simples y al alcance de cualquier lector, por ejemplo en 1955 escribía:
“El plan Prebisch significará la transferencia de una parte substancial de nuestra riqueza y de nuestra renta hacia las tierras de ultramar.
Los argentinos reduciremos el consumo, en virtud de la elevación del costo de vida y del auge de la desocupación. De esta manera, no solamente aumentarán nuestros saldos exportables, sino que serán más baratos, lo que será aprovechado por el consumidor inglés que ensanchará su cinturón a medida que nosotros lo vayamos achicando.
La mayor parte de nuestra industria, que se sustentaba en el fuerte poder de compra de las masas populares, no tardará en entrar en liquidación. Los argentinos apenas si tendremos para pagarnos la comida de todos los días. Y cuando las industrias se liquiden y comience la desocupación, entonces habrá muchos que no tendrán ni para pagarse esa comida. Será el momento de la crisis deliberada y conscientemente provocada.
Los productores agrarios, que en un momento verán mejorar su situación, no tardarán en caer en las ávidas fauces de los intermediarios y de los consorcios de exportación, que muy pronto absorberán el beneficio de los nuevos precios oficiales. Para entonces, ya no existirá el I.A.P.I. (Instituto Argentino de Promoción del Intercambio) ni habrá defensa posible. Exportaremos más, pero percibiremos menos por esas exportaciones en razón de la caída de nuestros precios como efecto directo de la reforma cambiaria.
Luego, a medida que se destruya el sistema de comercio bilateral y entremos en la zona de la libra esterlina, tendremos que comenzar a ceder a la presión del "único comprador". Llegado ese momento, no habrá más remedio que aceptar sus imposiciones porque estará cerrada toda otra posibilidad. Se cumplirá así una clara sentencia de Prebisch: "las economías débiles no colaboran, se subordinan fatalmente". ("El patrón oro y la vulnerabilidad económica de nuestros países"). Mientras tanto nos iremos hipotecando con el fin de permitir que falsos inversores de capital puedan remitir sus beneficios al exterior. Y como nuestra balanza de pagos será deficitaria, en razón de la caída de nuestros precios y de la carga de las remesas al exterior, no habrá más remedio que contraer nuevas deudas e hipotecar definitivamente nuestro porvenir. Llegará entonces el momento de afrontar las dificultades mediante la enajenación de nuestros propios bienes, como los ferrocarriles, la flota (mercante) o las usinas.
Poco a poco se irá reconstruyendo el estatuto del coloniaje, reduciendo a nuestro pueblo a la miseria, frustrando los grandes ideales nacionales y humillándonos en las condiciones de país satélite.”
En este pequeño párrafo, escrito en
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