La absurda utopía de la igualdad

La absurda utopía de la igualdad

Actualmente hablamos de vivir en una sociedad en la que prepondere la igualdad como base fundamental pero ¿no es acaso que la romantización de la igualdad dificulta el libre desarrollo de la personalidad? Evaluemos.

En primer lugar definiré la romantización como el acto de enaltecer o poner en un pedestal en este caso a la igualdad como si fuera lo más importante del mundo sin embargo nuestra realidad no es esta y es que vivimos en un mundo donde no somos iguales en primer lugar porque ha quedado claro de que somos seres individuales ya que nuestras características físicas y psicológicas no las puede tener nadie más porque aunque bien puede llegar a haber un parecido como es en el caso de los gemelos, una de nuestras particularidades como seres humanos es justamente que somos seres individuales, a partir de esto podemos ahora si hablar sobre la romantización y es que está es tomada como una verdad inalterable; En la actualidad somos oyentes de miles de personas que hablan sobre una igualdad, que luchan por ella y que absurdamente están en oposición a posturas de las cuales plantean que “una mujer no es igual a un hombre” o a la inversa “un hombre no es igual a una mujer” y es totalmente correcto ¿por qué la ofensa cuando una persona plantea un comentario de este tipo? Y ese es justamente el problema, estamos tan acostumbrados a escuchar la típica frase “todos somos iguales” pero claro que no y lo vuelvo a establecer “somos seres individuales” así como también “una mujer no es igual a otra mujer” como “un hombre no es igual a otro hombre”, La idea de romantizar la igualdad causa conflictos dentro del marco que la utopía establece, lo cual, obviamente conlleva a la supresión de ideas y formas de expresión que forman parte del libre desarrollo de la personalidad ya que no te permite pensar más allá del límite de lo establecido, la igualdad romantizada ha traído como consecuencia una inclusión opresora, que te obliga a ser políticamente correcto, se han visto innumerables casos de violencia de colectivos hacia individuales que lo único que hacen es expresar una opinión diferente a la esperado, claramente esto es un acto de violación de su derecho al libre desarrollo de la personalidad. La inclusión es algo bueno, pero no va más allá de reconocer al otro como igual ante la ley, el problema empieza cuando la igualdad se romantiza y la inclusión deja de permitir el desarrollo de ideas y comentarios que no sean políticamente correctos a los esperados por la población, siendo que esto, provoca la pérdida de ideologías, dificulta el desarrollo de la personalidad y limita a la autonomía.

El reconocer que todos somos iguales de una manera tan radical, hace que se pierda el sentido mismo de la personalidad humana, de la diversidad y de las diferentes perspectivas de cada uno, por ello, aunque no la imposibilita, la romantización de la igualdad sí que dificulta en gran medida el desarrollo a libre personalidad del individuo.

Judith Mendiolea Lelo de Larrea 501-1

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