La definición o el concepto de la felicidad es muy difuso
Enviado por Nathan Quinto • 14 de Septiembre de 2018 • Ensayo • 14.232 Palabras (57 Páginas) • 128 Visitas
La OMS estableció el día 20 de marzo del 2012 como el Día Mundial de la Felicidad. ¿Pero realmente sabemos qué es? ¿Realmente sabemos cómo conseguirla o qué necesito para serlo? La definición o el concepto de la felicidad es muy difuso, pues se puede percibir desde distintos puntos de vista, algunos de ellos son: el psicológico, el religioso, el filosófico, etc. En lo personal yo logro definir la felicidad cuando me encuentro en un estado mental de bienestar compuesto de emociones positivas, y que varía desde la alegría hasta el placer.
Es cierto que para muchas personas la felicidad radica en pasarlo bien, sin embargo, eso solo define lo que es el placer. Entonces si la felicidad no es lo mismo que el placer ¿Qué es entonces?
Según Martin Seligman (psicólogo, educador y escritor norteamericano, conocido por su teoría de la indefensión aprendida) la felicidad es cuando nuestra vida satisface plenamente sus necesidades, en otras palabras, es cuando nos sentimos satisfechos y realizados. ¿Pero qué necesidades son las que tengo que cubrir para ser feliz? Pues resulta que nuestras necesidades individuales varían en función de: nuestra genética, la forma en que fuimos criados y nuestras experiencias de vida. Esa combinación completa es la que hace que cada uno de nosotros seamos únicos, y con necesidades distintas. Acorde con la definición de felicidad ofrecida por el Dr. Seligman y las necesidades que se proponen en la pirámide de Maslow (explica el comportamiento humano según nuestras necesidades) hay una lista de las principales necesidades esenciales que puede tener el ser humano:
Tener bienestar. No podremos sentirnos bien si no satisfacemos nuestra primera y esencial necesidad, la fisiológica, por ejemplo: comer, beber agua, dormir, etc.
Vivir en un medio ambiente adecuado: eso quiere decir que el ser humano necesita sentirse protegido para ser feliz, y ello implica factores externos como: la seguridad, la disponibilidad de alimentos, la libertad, el clima, etc.
Placer. Todos los seres humanos sin excepción viven experiencias temporales para sentirse bien.
Flexibilidad. De manera casi obligatoria tenemos que poseer la capacidad de adaptarnos a los cambios que la vida nos propone y superarlos de forma positiva.
Éxito y logro: Toda persona necesita establecerse metas con las que perseguir sus sueños, además sentirse competente y autónomo.
Concuerdo con que cada ser humano tiene necesidades esenciales diferentes y únicas; y un ejemplo de ello puedo ser yo mismo, pues mis necesidades no son iguales a las del vecino. Según estudios científicos nuestra felicidad varía según nuestra genética (ver más en el punto de vista neurocientífico), lo cual considero totalmente cierto, pues aquella afirmación se basa en estudios científicos y eso lo respalda al 100%. La forma en la que fuimos criados también es otro punto importante, pues existen diferentes factores que determinan nuestras necesidades esenciales, como: quién se encarga de tu crianza, tus posibilidades económicas, etc. Las experiencias de vida muchas veces logran que redefinas lo que es la felicidad, siempre va a haber cambios y tendrás que ser flexible para subsistir y así hallar la felicidad.
Para David Lykken - genetista conductual y profesor de psicología de la Universidad de Minnesota en Minneapolis - nuestros genes determinan nuestra felicidad en un 50% sobre 100. Por otro lado, el 10% está determinada por las circunstancias que nos rodean y el 40% restante está desencadenado por las actividades que realizamos a diario. En los experimentos los investigadores hallaron que las mujeres con una versión de baja expresión del gen MAOA (Monoamino oxidasa A, que se encuentra en el cromosoma X) eran mucho más felices que el resto de las féminas. En el sexo opuesto, aunque muchos hombres aportaban la versión de expresión baja de aquel gen, no eran ni más ni menos felices que el resto de sus compañeros. Entonces no somos tan libres para elegir nuestra felicidad como creíamos. ¿Debemos dejar que la genética decida nuestro grado de felicidad?
Las conexiones neuronales, neurotransmisores y el funcionamiento del cerebro humano cobran mucha importancia a la hora de entender la felicidad. Por ejemplo, la serotonina, que es un neurotransmisor sintetizado en el sistema nervioso central es de vital importancia para la obtención del bienestar y la estabilidad emocional. El aumento de esta sustancia produce una sensación de bienestar, incremento de autoestima, relajación, etc. Lo opuesto, es decir déficits de serotonina se asocian a la depresión, los pensamientos suicidas, insomnio, etc. Además del MAO-A también existe el 5-HTTLPR, este gen codifica la distribución de serotonina en las células cerebrales y ello conduce a la regulación del ánimo.
Luego siguen los complejos circuitos cerebrales, éstos involucran estructuras que trabajan juntas y se encuentran en la corteza prefrontal: donde se encuentra la amígdala, el hipocampo, la corteza cingulada anterior y la corteza insular. Por ejemplo, los individuos con un estilo emocional positivo muestran niveles más altos de activación prefrontal izquierda que derecha en reposo, y aquellos con un estilo emocional negativo tienden a mostrar lo opuesto.
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