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La episteme psicoanalítica


Enviado por   •  23 de Mayo de 2016  •  Ensayo  •  5.965 Palabras (24 Páginas)  •  281 Visitas

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JAIME ANDRES BAUTISTA

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOLMBIA

MAESTRIA PSICOANALISIS SUBJETIVIDAD Y CULTURA

SEGUNDA TENTATIVA

Relación psicoanálisis estructuralismo:

El Ser del lenguaje, el renacimiento de la palabra

Si bien existen algunos pensadores que han sido catalogados con el titulo de estructuralistas como lo son Claude-Levi Strauss, Roman Jakobson, Louis Althusser y el mismo Jacques Lacan, nos preguntamos cuales son esos rasgos que los identifican como tales, y aun mas, si es que habrían ciertos supuestos que a manera de armazón fundamental identificarían los procedimientos psicoanalíticos con una forma de producción de saber particular llamada el estructuralismo.

Este escrito busca generar relaciones entre las posiciones lingüísticas de Ferdinad de Saussure y la naturaleza del registro simbólico en algunos textos lacanianos, para señalar que en Lacan existe una manera particular en la cual el ser es concebido, deducida de la episteme lingüística.

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En función y campo Lacan caracteriza “La palabra como una presencia hecha ausencia” (F&C) ahora bien, ¿cual es el modo ontológico particular que este enunciado otorga la palabra?, o ¿Podría responderse con un algo concreto a lo cual pueda llamarse el ser de la palabra?. El contexto de la cita nos abre a una posible interpretación: líneas antes Lacan ha señalado que el ser de la palabra no se encuentra relacionado con las sonoridades concretas de la vasta diversidad de palabras, es decir, con nada de su materialidad, sino más bien con “su ser evanscente donde el símbolo encuentra la permanencia del concepto”.

De primera mano, el planteamiento nos presenta una especie de disyuntiva, disyuntiva que por supuesto ya da luces sobre una posible respuesta: o bien la estructura o bien el ser, dicho de otra manera o bien la red de significantes o bien las cosas mismas, y ya puesto así la pregunta por el sentido de las cosas se abre en su problemática textura, porque ¿para que entender la palabra fuera de su referencia a la cosa? Advertimos pue que existe una suerte de contradicción en la tentativa de hacer surgir una ontología en el sentido de la cosa en si en el lenguaje; la llamo una suerte de contradicción en tanto que si bien este concepto se instala en el terreno de la insoslayable oposición entre el ser y el no ser, justamente lo que buscamos al poner en cuestión la relación del campo del ser-cosa con el del lenguaje es establecer si existe engranaje o muesca alguna entre estos dos.

Ahora bien, ¿cuál es el contexto general en el que se está abriendo el problema de la naturaleza de la palabra en este texto? La mención del ser de la palabra viene con respecto a:

  1. Por un lado el inconciente como una instancia transindividual, en palabras de Lacan  “El inconsciente es aquella parte del discurso concreto en cuanto transindividual que falta a la disposición del sujeto para restablecer la continuidad de su discurso consciente”.

Por otro, inconciente como un lenguaje, según lo dicho por el psicoanalista: “Vuélvase pues a tomar la obra de Freud en la Traumdeutung, para acordarse así de que el sueño tiene la estructura de una frase, o más bien, si hemos de atenernos a su letra, de un rébus, es decir de una escritura”.  

  1. La conceptualización del deseo en relación con el inconciente y sus productos:

“Para decirlo todo, en ninguna parte aparece más claramente que el deseo del hombre encuentra su sentido en el deseo del otro, no tanto porque el otro detenta las llaves del objeto deseado, sino porque su primer objeto es ser reconocido por el otro.” (elemento da discutir mas tarde donde y por que)

  1. El cuestionamiento del inconciente como un suceso conductual (ver el supuesto “experimento” en el cual se evidencia la naturaleza de la neurosis)
  2. El cuestionamiento del símbolo como un elemento inarticulado en el caso de las golondrinas y el pez a manera de símbolo fuera de un campo del lenguaje

Todas las anteriores señalan en diferentes sentidos la naturaleza de la palabra a la que apunta Lacan: Las dos primeras la introducen en la noción de inconciente, una con relación a su definición y la otra en relación al deseo, y las dos últimas objetan conceptualizaciones erróneas a la perspectiva lacaniana, una por remitir a un campo que no da cuenta del devenir del inconciente optando equívocamente por la búsqueda del mismo en el ámbito de la conducta positiva y observable al suponer la palabra como un hecho de reproducción mecánica, que por lo demás peca por pobre en sus aplicaciones a la realidad del sujeto hablante, y la ultima por suponer la posibilidad de un elemento simbólico fuera de un campo de lenguaje, por mostrar un suceso que no necesariamente se articula dentro de una realidad simbólica.

Este contexto perfila la propuesta lacaniana: el registro simbólico y sus efectos en el sujeto como el campo del psicoanálisis, en palabras del autor en lo simbólico estaría contenido el obrar psicoanalítico en tanto que “sus medios son los de la palabra en cuanto que confiere a las funciones del individuo un sentido, y su dominio es el del discurso concreto en cuanto campo de la realidad transindividual del sujeto” (F&C). El campo del psicoanálisis es el campo de lo simbólico

Resalta entonces a partir de lo anterior la relevancia del ser de la palabra; según lo enunciado tiene que ver con una evanescencia, ésta quedando explicada como una presencia que se hace ausencia, pero ¿ausencia de qué?, continuemos con el texto, la palabra es “aquello que no toma cuerpo sino por ser el rastro de una nada” una nada que es la cosa en la palabra, “Es la idea fenomenológica hegeliana de que la palabra es la muerte de la cosa”[1] dirá Zizek explicando a Lacan. Es así que para ir de la cosa piedra a la palabra piedra encontramos algo que deja vacía a la cosa en el momento en el que la nombramos, y sin embargo para entender qué es la cosa debemos recurrir a la palabra, esto es al concepto de la piedra, y allí nos encontramos nuevamente con la ausencia de la cosa misma, ahora bien ¿Queda algo de la cosa en la palabra? O mejor, ¿subyace alguna forma de relación entre los términos?

¿Pero que pasa aquí? ¿Cómo esta relación entre la palabra y la cosa se muestra vacía? En lugar de ir en un continuo de la palabra a la cosa tenemos que replegarnos al campo de la palabra (el campo de lo simbólico) para poner allí significado? Nos topamos, pues con la relación entre el significante y el significado, relación que si bien se plantea como existente en el plano del lenguaje, resulta imposible en el ámbito de lo real-sustancia. ¿Que entraña esta “relación vacía”? y mi pregunta va  a encontrar los presupuestos teóricos sobre los cuales se funda esta distopia  del significante frente a lo real[2].

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