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Doxa Y Episteme


Enviado por   •  7 de Octubre de 2011  •  10.048 Palabras (41 Páginas)  •  1.756 Visitas

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1. La teoría de las Ideas.

Platón (-427 - -347) afirma que hay una dualidad ontológica y gnoseológica fundamental. Hay dos órdenes ontológicos diferentes por completo y por tanto, dos órdenes gnoseológicos también igualmente diferentes por completo: el kosmos noetós o mundo inteligible y el kosmos aisthetós o horatós o mundo visible o sensible.

El mundo inteligible consta de esencias eidéticas o Ideas. Las Ideas son esencias, esto es, aquello que hace que una cosa sea lo que es, la determinación en sí de cada cosa. La Idea de Belleza es aquello por lo cual las cosas son bellas.

El mundo sensible, por el contrario, es mudable, es el lugar del nacimiento y la corrupción, del devenir, es el mundo de la contingencia, del cambio.

Las Ideas existen trascendentemente, son sustancias separadas de los objetos que percibimos sensorialmente. Son entidades que poseen existencia real e independiente: cada Idea es una "substancia" (ousía), algo que existe en sí como realidad trascendente y no inmanente a las cosas.

La teoría implica una duplicación ontológica.

Cada Idea es única, eterna e inmutable, atópica y acrónica. Las realidades no son corpóreas ni tampoco pueden ser conocidas por la percepción sensorial. Sólo pueden ser conocidas por la inteligencia o por intuición intelectual (noesis).

Se plantea siempre en Platón el problema de la relación entre las Ideas y los objetos sensibles de nuestra experiencia cotidiana. La relación puede ser de participación o de imitación.

La relación entre las Ideas puede ser de comunicación (koinonía) y combinación o ensortijamiento (symploké). Esta comunicación no es de todas con todas. Ni todas las Ideas están en conexión con todas ni todas están desconectadas respecto de todas.

2. Reminiscencia y amor.

¿Cómo es posible el conocimiento si vivimos en lo sensible? Si lo sensible nada tiene que ver con lo inteligible ¿Cómo se puede mediar entre ambas realidades? Hay tres puntos que pueden ayudar a entender y solucionar este problema:

a) La relación de mímesis o methexis entre lo sensible y lo inteligible. b) El alma y su carácter intermedio entre ambos mundos. c) Las Ideas y su dialéctica eidética. Las Ideas tienen symploké entre sí.

En el diálogo "Menón" aparece el tema de la reminiscencia y se afirma la tesis de que aprender es recordar. Esta teoría de la reminiscencia vuelve a aparecer de nuevo en el "Fedón" y en el "Fedro". En estos dos últimos diálogos se añaden dos precisiones importantes. 1ª El alma conoció las Ideas en una existencia anterior separada del cuerpo y que ese conocimiento fue posible porque el alma es ideal, pertenece al mundo de las Ideas, 2ª que dado que las cosas "imitan" a las ideas, el conocimiento sensible sirve como ocasión para el recuerdo (anámnesis), el cual sirve, a su vez, para reducir a la unidad de la Idea la multiplicidad de las sensaciones.

Como conocer es recordar, de aquí se derivan las siguientes consecuencias en materia de educación: "hemos de rechazar la concepción de la educación profesada por aquellos que dicen que pueden introducir en la mente un conocimiento que antes no estaba allí...nuestra argumentación indica que esta capacidad [de llegar a las verdades últimas] es innata en la mente de todos los hombres."

La dialéctica se convierte en la "República" en la ciencia suprema. En el libro VII de la República aparece la exposición platónica de los grados de conocimiento en relación con los grados del ser. Platón allí distingue entre doxa/episteme. La doxa es opinión, conocimiento superficial, empírico, engañoso e incluso falso. La episteme es la ciencia, versa sobre lo inteligible. La doxa comprende dos grados: eikasia y pistis o imaginación y fe o creencia.

La eikasia es un conocimiento que descansa sobre analogías superficiales y metáforas. La pistis se ocupa de los objetos de la imaginación.

La episteme comprende dos grados: la dianoia o conocimiento racional discursivo y la noesis o intuición intelectual. La dianoia es el conocimiento hipotético, mediato que procede por demostración. La noesis es el conocimiento intuitivo por visión directa de las Ideas, es la dialéctica, un saber anhipotético. Es un conocimiento inmediato y directo de las Ideas. Las matemáticas son un ejemplo de dianoia, emplean un método racional, lógico, método discursivo descendente, deductivo: parten de una hipótesis y deducen conclusiones. En cambio, la dialéctica emplea un método discursivo ascendente. El dialéctico rebasa y supera las hipótesis y llega a un principio no hipotético. El dialéctico parte de una Idea y asciende hasta la Idea suprema. Ello presupone que el mundo de las Ideas se encuentra jerarquizado y que la Idea suprema es el primer principio cuyo conocimiento hace verdaderamente inteligibles las demás Ideas. Esta Idea es la Idea del Bien. Finalmente, el dialéctico emprende el camino inverso: desciende desde la Idea suprema encadenando con ella todas las demás Ideas. De este modo, el dialéctico consigue establecer la comunicación (koinonía) y trabazón (symploké) entre las Ideas, adquiriendo una "visión sinóptica" del Mundo inteligible.

El amor es también una vía de acceso a lo inteligible, un medio de ascender a las Ideas. Se trata de una dialéctica pasional. En el amor se produce una ascensión desde las cosas sensibles hasta la Idea de la Belleza. El amor platónico es ascensión hacia la Belleza. El Fedro desarrolla el mismo tema que el Banquete en el mito del carro alado y con referencia directa a la reminiscencia. El alma que ha caído a la tierra ha olvidado todo y y perdido sus alas; pero "viendo la hermosura de este mundo y acordándose de la verdad, toma alas y, una vez alada, desea emprender el vuelo". Por ello el amor es filósofo. La razón de ese amor por las Ideas es la afinidad del alma con las Ideas.

Antropología.

3. El alma.

Platón distingue entre cuerpo (soma) y alma (psyché). Igual que el Mundo inteligible es el auténtico y verdadero mundo, el alma es el auténtico y verdadero hombre. El hombre es el alma.

Platón establece una división tripartita del alma:

Están las siguientes partes o almas:

Inteligible.

Irascible

Concupiscible.

Platón sostiene la eternidad e inmortalidad del alma y su posibilidad de reencarnación.

El cuerpo es la cárcel del alma, un estorbo para ella y la arrastra con sus pasiones y por tanto le impide la contemplación de las Ideas. Por eso, lo mejor que le puede pasar al filósofo es morir, y la filosofía no es sino una "preparación para la muerte".

El alma es la esencia humana, el principio y el fundamento del

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