La felicidad, un tema complejo, pero un estado ideal

LA FELICIDAD

Un tema complejo, pero un estado ideal.

Por

Ivette Vilches Solis, Windmill C.

Filosofía, Carmen Veliz.

                    La Felicidad

                                            Dirigido a las personas infelices y en busca de ella.

La felicidad, un tema bastante más complejo de lo que parece, es una emoción, sensación y estado de ánimo de cada ser.

La felicidad es el bien objetivo al que tiende el ser humano como ser racional

Aristóteles relacionaba la felicidad como un bien supremo. Decía que el bien sólo debe de buscarse por sí mismo, pero nunca buscarse en busca de otro bien.

Pero, ¿Cómo encontrarlo?, ¿Cómo encontrar la felicidad? Agárrese a su asiento, porque en las próximas páginas comprenderemos y reflexionaremos sobre este estado tan importante.

Ser feliz puede ser emocionante pero para muchos es algo muy difícil de lograr, ya que se encuentran en una lucha constante para llegar a esta emoción. La verdad es que no hay una manera específica de encontrarla, ya que cada quién la encuentra a su modo. Algunos son felices cuando tienen una carrera exitosa, otros cuando tienen a una persona a su lado, o por el simple hecho de sentirse vivos. Sin duda ‘La felicidad’ es un concepto bastante subjetivo.

La felicidad debe de nacer de nuestro interior. Para alcanzarla primero debemos de estar a gusto con nosotros mismos, a partir de ahí podremos propiciar este estado a todo aquello que queramos. Es un sentimiento tan importante para el ser humano, que gracias a ella, podemos lograr nuestras metas y propósitos. Esta nos lleva a la vitalidad y el positivismo del ser, por otro lado también nos ayuda a surgir de nuestras caídas y fracasos, más bien del caos.

Tanto el Positivismo, como el bienestar, la paz y el equilibrio de nuestro ser conforman la felicidad en su más pura expresión.

Esta consta de lapsos y momentos de nuestra vida, gracias a que vivimos, podemos ser      felices a nuestra manera, por lo que es claro decir que la felicidad no es permanente. Hoy en día la felicidad es reconocida como el bien más escaso del siglo XXI desde el día en que la sociedad nos metió en la cabeza que necesitamos ser y tener más para ser alguien en la vida, no hemos parado de intentarlo y cansarnos constantemente. Las personas viven corriendo de un lado a otro, de una relación en otra, de un trabajo en otro…y ¿Qué han conseguido? Siguen sin haber encontrado la felicidad.

Tanto en la escuela, como en la universidad o en un simple trabajo, si fracasamos sentimos que estamos rotos y debemos de arreglarnos, nos entra la ansiedad y la angustia, comenzamos a buscar una solución en un sitio tras otro, en una persona tras otra, en una cosa u otra, teniendo en cuenta que cuando encontremos la solución, nos arreglaremos de una vez por todas, para luego por fin poder descansar, pero en ese lapso nos la pasamos mal. ¿Qué pasa si no encontramos una solución? Viviremos angustiados toda la vida?

El problema ocurre cuando nos convencemos de que necesitamos una razón para ser felices, que la felicidad depende de factores externos que tenemos que alcanzar, a esto hago énfasis en el materialismo.

Todo este proceso de buscar algo más para ser felices es realmente interminable, y honestamente ‘NO sirve’, buscar algo, es precisamente lo que nos aleja de ella, ya que la felicidad debe de nacer de nosotros mismos, de nuestro ‘Yo’, esa es nuestra naturaleza, pero no nos damos cuenta, ya que como sociedad tenemos una visión errónea de esto. Esto sucede porque al pasar el tiempo vivimos pensando que necesitamos algo para lograrlo, ya que en nuestra vida hemos experimentado momentos en los cuales nos habremos emocionado con un regalo, una sorpresa, o solo porque tenemos más dinero que el mes pasado para darnos gustos, por lo que cuando estamos solos, sentimos la necesidad de que llegue alguna ‘cosa’ que nos ponga de buen humor, sin darnos cuenta de que no es necesario el materialismo para que este sentimiento nazca, al contrario,debe de ser  natural e  innato, y no es muy difícil, solo necesitamos concentrarnos, querer, sentirlo, y lograrlo en vez de esperar a que caiga algo del cielo para sentirnos bien.

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