La indiferencia pura

La indiferencia pura

En este informe se pretende plantear y contrastar la posición de Gilles Lipovetsky con la de autoridades en el tema, todo esto con el fin de llegar a una conclusión sobre qué se puede considerar como indiferencia, y si en la sociedad postmoderna el hombre, un ser social, llega a experimentarla.

Introducción

En este trabajo se tratará la indiferencia de ser, lo que plantearon diversos autores del tema y como esta afecta a la sociedad actual, resolviendo así la cuestión de si vivimos en una sociedad que se ha sumido en la indiferencia o si por el contrario esta no esta presente.

Gilles Lipovetsky sostiene que la era postmoderna trae consigo un desierto, haciendo una crítica a la constante actitud de lo que él llama indiferencia evidente en la sociedad actual, además de la constante falta de interés que presenta el hombre ante los sucesos que ocurren en su diario vivir;  por ello, toma como ejemplo catástrofes como las bombas nucleares en Hiroshima y la autodestrucción del hombre. Gilles argumenta que el vacío de los valores fundamentales en la sociedad ha conllevado al nihilismo, que se entiende como la imposibilidad del conocimiento, y la negación de  la existencia y el valor de todas las cosas; del mismo modo, al evidenciarse la constante pérdida de valores, el hombre, sostiene Gilles, emprende una búsqueda a favor de su propio ego, por lo cual aquellos comportamientos de obsesiones sexuales y con el cuerpo, se convierten los principales y únicos valores. Por último,  Gilles define el “Flip” como una expresión de abandono  e indiferencia, donde a la final pueden producirse una gran serie de comportamientos y acciones porque al no poseer unos valores bases o fundamentales se carece de todo sentido.

Del  mismo modo, se puede identificar como Nietzsche, comparte un pensamiento con Gilles. Principalmente al sostener que los valores fundamentales de una u otra forma al presentar cierta ausencia en el hombre, producen que este sea indiferente, más no por elección del todo propia del hombre, ya que Nietzsche sostiene que proviene de la voluntad del ser, aunque el hombre debe  poseer la disposición para expresar esta indiferencia, que para Nietzsche significa el hacer que las cosas que se creen conocer y aplicar se olviden o dicho en otras palabras pierdan su valor, para que así el hombre deje fluir y expresar libremente lo que es en realidad.

―”Originariamente, acciones no egoístas fueron alabadas y llamadas buenas por aquellos a quienes se tributaban, esto es, por aquellos a quienes resultaban útiles; más tarde ese origen de la alabanza se olvidó, y las acciones no egoístas, por el simple motivo de que, de acuerdo con el hábito, habían sido alabadas siempre como buenas, fueron sentidas también como buenas –como si fueran en sí algo bueno”^[1]

En contraste, el escritor Elie Wiesel, premio nobel, sostiene que la indiferencia no debe estar presente en el ser, y que esta es peor que el odio, no trae respuestas a los problemas, sino que hace más fácil la vida de quienes, por decirlo así, la practican. Además dice que las sociedades no deben poner en práctica esta, colocando como ejemplo La Segunda Guerra Mundial, donde uno de los factores que primó no sólo en Alemania, sino también en gran parte del mundo, durante años fue la indiferencia dejando de lado la vida que llevaban los judíos. Sostiene que esta es de las peores enfermedades que puede tener de cierta manera el hombre, que los valores fundamentales se pierden al combatir contra la indiferencia, ya que todo aquello que nos hace humanizarnos, según Wiesel, es destruido por la indiferencia, más que por el odio o las mentiras.  

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