La metafísica, ciencia libre y liberadora
Enviado por Luis Fuentes • 16 de Diciembre de 2021 • Ensayo • 1.100 Palabras (5 Páginas) • 112 Visitas
La metafísica, ciencia libre y liberadora.
Luis David Fuentes Camacho
Metafísica I
Imparte: Pbro. Marco Antonio Ortiz Rodea
A la largo de la historia de la filosofía, más de dos siglos y medio, se han presentado dos posturas frente al problema de ese amante de la sabiduría; por un lado, tenemos la idea de un sujeto sin nada que hacer que se preocupa de aquello que no es práctico y no tiene una finalidad “de provecho” según los cánones de la sociedad, como se dice popularmente alguien sin oficio ni beneficio, y que por ver al cielo no se fija por dónde anda, ciertamente este es también un problema que no hay que dejar pasar inadvertido; por otro lado, se puede ver como la mejor de las ciencias, pues es la más libre de entre todas y libera a quien la practica. Ya al principio del artículo, el autor deja claro estas dos posturas, recordando como desde los comienzos de esta ciencia/arte no pocos contemporáneos de estos primeros filósofos se mofaban de ellos por considerarlos unos inútiles.
Me parece interesante como al presentar la labor de Andrónico de Rodas al compilar y organizar la obra de Aristóteles define el autor a la filosofía, especialmente a la metafísica, como aquello que se ocupa «de las cosas de (no del) más allá»[1], poniendo de manifiesto que lo que el filósofo estudia no es solo lo tangible, sino lo que está más allá de lo sensible, donde claro está incluido este aspecto como el principio del interés por lo que está más allá de lo físico. Su labor es «dar razón del cosmos, de encontrar la physis o naturaleza común a todas las cosas, el arché u origen que hace ser a los entes lo que son…»[2], esto se traduce a buscar algo que pueda explicar la naturaleza de todas las cosas que se encuentra inmanente en cada una de ellas, pues las sustenta, y tiene por característica que es inmutable, permanece sin cambios frente a los que se perciben en el aspecto físico.
Para dar respuesta a esto, los primeros que se preguntaron acerca del origen de todo se fijaron en los elementos naturales, de ahí que se les denomine físicos, pero no con la acepción que se le da modernamente al término, para describir el origen de todo, para algunos fue el agua, para otros el fuego, algunos optaron por el agua, o por todos ellos como uno solo de donde surgieron los entes. Sin embargo, con el paso del tiempo estas explicaciones no fueron suficientes y comenzaron a denominar al origen como el Infinito, el Ser, la Forma, y aquí surgió el verdadero problema de la metafísica, pues como explicar algo de aquello que no es perceptible de manera inmediata, sino que exige algo más para intentar explicar lo que es más allá de lo físico; ya que lo que no es dado por los sentidos es individual, cambiante, accidental, y no no es de utilidad para el conocimiento, por ello debe ser la razón, liberada de los fenómenos, la que nos lleve a comprender y conocer lo universal, tomar los remos de la razón para avanzar y llegar a ese sitio donde se encuentra la verdad y la sabiduría.
A diferencia de otras ciencias, la metafísica debe tener «un diálogo constante y crítico con su pasado»[3], esto para tener noticia de la respuesta que se ha dado, durante la existencia de tal ciencia, a la pregunta que, expresada de diversas maneras, es la misma que originó el problema en un principio. Este diálogo con aquellos que nos han precedido y han tenido la misma inquietud es fundamental en la tarea del filósofo, así se podrá conocer lo que se ha dicho, los problemas que han surgido, los errores que se han cometido, para tratar de resolverlos y acercase aún más al meollo del asunto.
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