La mirada inteligente

Caracas, 01 de julio de 2016.

     Para hablar de “la mirada inteligente”, concepto expresado por el filósofo Jose Antonio Marina en su libro “Teoría de la Inteligencia Creadora” (1993), se hace necesario ubicarnos previamente en la definición de inteligencia que desarrolla el autor en su obra. En tiempos anteriores, la inteligencia se relacionaba con el entendimiento, con una facultad humana exclusiva que nos hacía racionales colocándonos por encima del resto de los seres vivientes; las operaciones mentales, inteligentes, eran entendidas como facultades de inteligencia susceptibles de medirse en tests.

     La inteligencia, según Marina, es una modalidad específica del funcionamiento humano que revela lo que el ser humano puede ser, es el modo como pueden llegar a funcionar todas sus diversas capacidades; no es una realidad dada, es una posibilidad que puede ser desarrollada cuya principal característica es dirigir el comportamiento para inventar fines, elaborar proyectos, descubrir posibilidades sobre las propiedades de la realidad que se amplían y resultan transformadas al integrarse en un proyecto creador. Si intentáramos resumir lo expuesto por Marina, diríamos que la inteligencia humana es una inteligencia animal transfigurada por la libertad y que obra haciendo proyectos, siendo la humanidad el más inteligente y arriesgado proyecto del hombre.

Es dentro de este contexto donde se analiza la mirada inteligente. Cada momento estamos sometidos al estímulo porque no podemos ver lo que queremos, nuestro sistema visual se limita a reaccionar frente a ondas electromagnéticas, esta luz visible  extrae información de la realidad, por tal motivo sin estímulo no hay percepción, pero esta percepción es compleja y el estímulo no responde a esta complejidad.

     Mediante la mirada extraemos datos de la realidad, donde percibimos y cogemos de nuestro alrededor lo que nos interesa motivado por nuestros deseos y proyectos.  Dichos deseos han permitido la invención de instrumentos que dejan ver lo invisible, dándonos la oportunidad de ampliar nuestras facultades.

     Monet tenía serios problemas a la hora de pintar un paisaje, él expresaba ¿Cómo puedo trabajar al ritmo del sol? Cada 3 o 4 minutos las luces, los colores y las sombras cambian. Esto demuestra que no podemos estar seguros  de la percepción de otras personas.  El ser humano complementa lo vistos con lo sabido, facilitando la interpretación de datos, es decir vemos desde el significado y es así que funciona la mirada inteligente: anticipa, previene, utiliza información conocida, reconoce e interpreta.  La mirada inventa posibilidades perceptivas en las propiedades reales del estímulo, como por ejemplo: la botella estará medio llena o medio vacía.

Una de las posibilidades de la mirada es ser creadora, esta actividad hay que analizarla en sus manifestaciones más elementales, son actos tan comunes y extraordinarios. Se caracteriza por aprovechar con suprema eficacia los conocimientos que posee, dirige su actividad mediante proyectos, esta estructura básica es creadora.   Los artistas no hacen más que prolongar la capacidad de buscar las posibilidades perceptivas que tenemos todos, el secreto está en saber mirar para encontrar la belleza libre de las cosas, encontrarlo y verlo es inventarlo.  El arte es una bella forma de expresar el deseo por medio de un proyecto dirigido a la mirada de cada quien.

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