La relación entre la metáfora y el conocimiento

La metáfora no aporta nada al conocimiento, pero es fundamental para la compresión. Evalúe esta afirmación haciendo referencia a dos áreas de conocimiento.

En el presente escrito se podrá ver la importancia de la metáfora para la formación del conocimiento utilizando las siguientes áreas: lenguaje, imaginación y percepción sensorial.

 Las metáforas son nuestra manera de perdernos en las apariencias o de quedarnos inmóviles en el mar de las apariencias. En este sentido una metáfora es como un salvavidas. Y no hay que olvidar que hay salvavidas que flotan y salvavidas que caen a plomo hacia el fondo. Eso conviene no olvidarlo jamás. – Roberto Bolaño

La forma en la que vemos las cosas no siempre suele darse de una manera predeterminada, es decir, en muchas ocasiones se puede entender a algo de distintas maneras. En el momento que aceptamos los hechos tal cual como son, nos quedamos estancados en el conocimiento razón por la cual en muchas situaciones nos es difícil llegar a la compresión de un determinado acontecimiento.

A lo largo de la historia de la humanidad han existido términos los cuales suelen resultar de alta complejidad al momento de su interpretación; ante esto nos hemos visto obligados a buscar métodos y técnicas que permitan ampliar nuestra red de conocimientos hacia la concepción de nuevas significaciones. La aparición de términos desconocidos en nuestro diario vivir es un hecho que se repite de manera frecuente en nuestras vidas puesto que el ser humano se encuentra en un ciclo de aprendizaje continuo, es decir, que aquello que desconocemos supera al conocimiento que poseemos y de esta forma somos atraídos a adquirir conocimientos de por vida.

La utilización del lenguaje como un método para la creación del conocimiento resulta a menudo un factor imprescindible puesto que para conocer se debe primero comprender aquello que se está cuestionando. los conceptos, las categorías del lenguaje y la experiencia están estrechamente unidos y son inseparables. Somos seres corpóreos que nos movemos en el espacio, lo percibimos e interactuamos con él a través de nuestro cuerpo, de tal modo que el cuerpo es el fundamento experiencial del pensamiento. No se pueden concebir los conceptos fuera del contexto de nuestras facultades perceptivas: escuchar, ver, etc., y de nuestra interacción física con el mundo; la experiencia corporal se pone en interacción con el pensamiento para ser integrada al sistema conceptual, relación que el lenguaje pone a su vez de manifiesto, entre otros recursos cognitivos, a través de la metáfora.

Para Soler (2004) “la metáfora es un apareamiento entre dos dominios conceptuales en el sistema conceptual”. Entender y experimentar una cosa en términos de otra, no es entenderla y experimentarla en todos y en cada uno de los mismos, de lo contrario serían una misma cosa: un solo objeto, una misma acción, etc.

 La metáfora propiamente dicha es un disfraz de la realidad mediante el cual podemos establecer vinculos y multiplicar el significado usual de las palabras, para su utilización es necesario un proceso complejo que abarca la imaginación, creatividad, e incluso se podría decir que hasta fantasía para la vinculación no solo de términos sino también de experiencias vividas por el ser humano un ejemplo claro de esto es el de la relación hecha por Franz Kafka en su libro ‘’La Metamorfosis’’ en el cual se ve plasmada la transformación de un hombre en un escarabajo, pero este cambio físico de un ser común y corriente a un insecto, no es más que la manera de expresar el sentir de un hombre el cual ha sido marginado por la sociedad e incluso por su familia lo cual causa la impresión y la figura de un ser aislado como un insecto.

Los conocimientos que se generan de manera particular son en muchas ocasiones difíciles de deducir debido a las diferentes maneras de apreciar o percibir que tenemos, es por esto que no existen conceptos universales sino una tendencia a lo mismo.

Si decimos que aquello que distinguimos determina la apreciación a la que llegamos entonces, ¿En qué medida influye la percepción sensorial en la compresión de conceptos metafóricos?

La metáfora, a diferencia de las expresiones comunes, aunque entrega el significado de modo inmediato, exige una participación activa de quien escucha, si efectivamente quiere darse con aquello que está supuesto en ella, es allí en donde entra en juego la percepción sensorial debido a que las formas de apreciar un mismo hecho son demasiado variadas entre distintos individuos y es precisamente esto lo que resulta una de las cosas más interesantes dentro de la metáfora puesto a que cada persona tiene la opción por así decirlo de interpretar algo de una manera distinta.

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