La tolerancia en palabras sencillas

La tolerancia en palabras sencillas es el dejar vivir a los demás y a uno mismo, esto está muy ligado con la libertad, que es una palabra que aparece inmediatamente al hablar de tolerancia. La tolerancia es un valor muy fundamental en la sociedad, porque permite un mejor ambiente y un mejor trato entre los seres humanos. La tolerancia es respetar los diferentes cultos, religiones y formas de pensar de los demás. Uno de los más grandes problemas que ha tenido la humanidad ha sido la intolerancia, y hoy en día, en pleno Siglo 21, aún hay quienes pretenden imponer credos o religiones a la fuerza y quienes se creen dueños de la justicia y de la verdad.

La paciencia es la facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho, de padecer sin alterarse, de hacer cosas minuciosas, es un valor escaso que atempera y acoraza a aquel que la posee. Rousseau decía que “la paciencia es amarga pero sus frutos son dulces”. La paciencia no es pasividad ante el sufrimiento, no reaccionar o un simple aguantarse: es fortaleza para aceptar con serenidad el dolor y las pruebas que la vida pone a nuestra disposición para el continuo progreso interno. La paciencia deshiela el tiempo congelado de nuestra ansia, mancuerna el afán y las manecillas del reloj de nuestra impaciencia. A veces las prisas nos impiden disfrutar del presente. Disfrutar de cada instante sólo es posible con unas dosis de paciencia, virtud que podemos desarrollar y que nos permitirá vivir sin prisas. Gracias a la paciencia podemos ver con claridad el origen de los problemas y la mejor manera de solucionarlos.

La sabiduría es una habilidad que se desarrolla con la aplicación de la inteligencia en la experiencia, obteniendo conclusiones que nos dan un mayor entendimiento, que a su vez nos capacitan para reflexionar, sacando conclusiones que nos dan discernimiento de la verdad, lo bueno y lo malo.

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