La ÉTICA de Kropotkin
Enviado por alex2010op • 6 de Abril de 2015 • 1.461 Palabras (6 Páginas) • 128 Visitas
La ÉTICA de Kropotkin es el último texto del filósofo anarquista; fue escrita
después del triunfo de la Revolución soviética, en el exilio interior al que le
condenaron las autoridades bolcheviques, en la pequeña ciudad de Dmitrov a
65 km de Moscú y en un aislamiento brutal, prácticamente sin libros de
consulta. Al margen de lo correcto o no de su interpretación de Kant, no debe
olvidarse que Kropotkin identificaba su ética con el «darwinismo social de
izquierdas», absolutamente laico. Su crítica a Kant se centra en tres
supuestos que hoy, atendiendo a criterios historiográficos estictos, son poco
defendibles: que malinterpretó a Rousseau (y que subordinó el problema de la
justicia) y que «La Región dentro de los límites de la mera razón» significa
una rendición de la autonomía moral y que –finalmente– se amilanó ante las
consecuencias de la Revolución francesa. Pero su comprensión del conflicto
entre utilitaristas y kantianos (que ha centrado buena parte de la filosofía
moral hasta nuestro días) sigue siendo profundamente vigente. R.A.
Como ya hemos señalado, las doctrinas de los pensadores franceses de las segunda
mitad del siglo XVIII, como Helvecio, Montesquieu y Rousseau, así como también los
enciclopedistas Diderot, D’Alembert y Holbach ocupan un puesto muy importante en la
historia de la ciencia moral. Su negación audaz del origen religioso de la moral, su
afirmación de la igualdad, por lo menos política, y la importancia decisiva que dichos
pensadores atribuyeron al interés personal, entendido razonablemente en la creación
de las formas sociales de vida, todo ello tuvo una importancia tan considerable en la
elaboración de las ideas morales que contribuyó a que se propalara en la sociedad la
idea de que la moral puede estar completamente emancipada de toda sanción
religiosa.
Sin embargo, el terror de la Revolución francesa y la perturbación provocada por la
abolición de los derechos feudales después de las guerras que siguieron a la revolución
empujaron a muchos pensadores a tratar de sentar las bases de la Ética, una vez más,
en principios sobrenaturales más o menos disfrazados. La reacción política y social fue 2
seguida en la Filosofía por el renacimiento de la Metafísica. Empezó este renacimiento
en Alemania, donde a fines del siglo XVIII aparecieron las obras del más considerable
de los filósofos alemanes Emmanuel Kant (1724 –1804). Su doctrina viene a quedar
colocada entre la Filosofía especulativa de los antiguos y la científico-natural del siglo
XIX. Vamos a analizar brevemente las ideas morales de Kant.
KANT se propuso crear una «Ética racional», es decir, una teoría moral
fundamentalmente distinta de la «Ética empírica» cultivada en el siglo XVIII por la
mayoría de los pensadores ingleses y franceses.
El objetivo que perseguía no era nuevo: casi todos los pensadores anteriores
procuraron determinar las bases racionales de la moral. Pero Kant creyó descubrir las
leyes fundamentales de la moral, no mediante el estudio de la naturaleza humana y la
observación de la vida y de los actos humanos, sino por medio del pensamiento
abstracto. Esta característica le distinguió de los filósofos franceses e ingleses de los
siglos XVII y XVIII.
Kant lllegó al convencimiento de que la base de la moral reside en la «conciencia del
deber». Esta conciencia no obedece a consideraciones de utilidad personal o social ni al
sentimiento de simpatía o de benevolencia, sino que constituye una particularidad de
la razón humana. Según Kant, la razón humana es capaz de crear dos clases de reglas
de conducta: unas son condicionales y facultativas, otras incondicionales. Por ejemplo:
quien quiera tener buena salud ha de moderarse. Esta es una regla condicional. El
hombre que no quiere llevar una vida moderada, poco interès puede tener por su
salud. Reglas semejantes no son obligatorias. A ellas pertenecen todas las reglas de
conducta basadas en el interés y que por lo tanto no pueden constituir la base de la
moral. Los postulados morales tienen que tener un carácter de mandamientos
incondicionales, es decir, han de estar basados sobre el «imperativo categórico». Este
imperativo categórico representa la conciencia del deber.
De la misma manera que los axiomas de las Matemáticas no proceden de la
experiencia (así opinaba Kant), la conciencia del deber lleva en sí el carácter de una
ley natural y es propia del entendimiento de todo ser que piensa racionalmente. Es una
actualidad de la «razón pura».
No importa que el hombre jamás obedezca en absoluto al imperativo categórico. Lo
que importa es que el hombre haya llegado al reconocimiento de este imperativo no
recurriendo a la observación o a sus sentimientos, sino
...