MANIFIESTO COMUNISTA
Enviado por pericia • 16 de Septiembre de 2013 • 18.609 Palabras (75 Páginas) • 382 Visitas
Karl Marx y Federico Engels
MANIFIESTO DEL
PARTIDO COMUNISTA
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Manifiesto del Partido Comunista www.infotematica.com.ar
PRÓLOGO DE MARX Y ENGELS A LA
EDICIÓN ALEMANA DE 1872
La Liga Comunista, una organización obrera internacional, que en las circunstancias de la época huelga
decirlo- sólo podía ser secreta, encargó a los
abajo firmantes, en el congreso celebrado
en
Londres en noviembre de 1847, la redacción de un
detallado programa teórico y práctico,
destinado
a la publicidad, que sirviese de programa del
partido. Así nació el Manifiesto, que se
reproduce
a continuación y cuyo original se remitió
a Londres para ser impreso pocas semanas
antes
de estallar la revolución de febrero. Publicado
primeramente en alemán,
ha sido reeditado
doce
veces por los menos en ese idioma en Alemania,
Inglaterra y Norteamérica. La edición
inglesa
no vio la luz hasta 1850, y se publicó en el Red Republican de Londres, traducido por
miss
Elena Macfarlane, y en 1871 se editaron en Norteamérica
no menos de tres traducciones
distintas.
La versión francesa apareció por vez primera
en París poco antes de la insurrección de
junio
de 1848; últimamente ha vuelto a publicarse
en Le Socialiste de Nueva York, y se prepara
una
nueva traducción. La versión polaca apareció en
Londres poco después de la primera edición
alemana.
La traducción rusa vio la luz en Ginebra en
el año sesenta y tantos. Al danés se tradujo
a
poco de publicarse.
Por
mucho que durante los últimos veinticinco años hayan cambiado las circunstancias, los
principios
generales desarrollados en este Manifiesto
siguen siendo substancialmente exactos.
Sólo
tendría que retocarse algún que otro detalle. Ya el propio Manifiesto advierte que la
aplicación
práctica de estos principios dependerá en todas partes y en todo tiempo de las
circunstancias
históricas existentes, razón por
la que no se hace especial hincapié en las
medidas
revolucionarias propuestas al final del capítulo
II. Si tuviésemos que formularlo hoy, este
pasaje
presentaría un tenor distinto en muchos
respectos. Este programa ha quedado a trozos
anticuado
por efecto del inmenso desarrollo experimentado
por la gran industria en los últimos
veinticinco
años, con los consiguientes progresos
ocurridos en cuanto a la organización política
de
la clase obrera, y por el efecto de las experiencias
prácticas de la revolución de febrero en
primer
término, y sobre todo de la Comuna de París,
donde el proletariado, por vez primera, tuvo
el
Poder político en sus manos por espacio de dos meses. La comuna ha demostrado,
principalmente,
que “la clase obrera no puede limitarse
a tomar posesión de la máquina del
Estado
en bloque, poniéndola en marcha para sus propios
fines”. (V. La guerra civil en Francia,
alocución
del Consejo general de la Asociación Obrera
Internacional, edición alemana, pág. 51,
donde se desarrolla ampliamente esta idea) . Huelga, asimismo, decir que la crítica de la
literatura socialista presenta hoy lagunas, ya que sólo llega hasta 1847, y, finalmente, que las
indicaciones que se hacen acerca de la actitud de los comunistas para con los diversos partidos
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Manifiesto del Partido Comunista www.infotematica.com.ar
de la oposición (capítulo IV), aunque sigan siendo exactas en sus líneas generales, están
también anticuadas en lo que toca al detalle, por la sencilla razón de que la situación política ha
cambiado radicalmente y el progreso histórico ha venido a eliminar del mundo a la mayoría de los
partidos enumerados.
Sin embargo, el Manifiesto es un documento histórico, que nosotros no nos creemos ya
autorizados a modificar. Tal vez una edición posterior aparezca precedida de una introducción
que abarque el período que va desde 1847 hasta los tiempos actuales; la presente reimpresión
nos ha sorprendido sin dejarnos tiempo para eso.
Londres, 24 de junio de 1872.
K. MARX. F. ENGELS.
II
PROLOGO DE ENGELS A LA EDICION
ALEMANA DE 1883
Desgraciadamente, al pie de este prólogo a la nueva edición del Manifiesto ya sólo aparecerá mi
firma. Marx, ese hombre a quien la clase obrera toda de Europa y América debe más que a
hombre alguno, descansa en el cementerio de Highgate, y sobre su tumba crece ya la primera
hierba. Muerto él, sería doblemente absurdo pensar en revisar ni en ampliar el Manifiesto. En
cambio, me creo obligado, ahora más que nunca, a consignar aquí, una vez más, para que quede
bien patente, la siguiente afirmación:
La idea central que inspira todo el Manifiesto, a saber: que el régimen económico de la
producción y la estructuración social que de él se deriva necesariamente en cada época histórica
constituye la base sobre la cual se asienta la historia política e intelectual de esa época, y que,
por tanto, toda la historia de la sociedad -una vez disuelto el primitivo régimen de comunidad del
suelo- es una historia de luchas de clases, de luchas entre clases explotadoras y explotadas,
dominantes y dominadas, a tono con las diferentes fases del proceso social, hasta llegar a la fase
presente, en que la clase
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