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Manifiesto Comunista


Enviado por   •  5 de Diciembre de 2013  •  3.957 Palabras (16 Páginas)  •  430 Visitas

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.MANIFIESTO COMUNISTA.

I Burgueses y proletarios:

La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases.

La historia de todas las sociedades humanas habidas hasta hoy ha sido la historia de la lucha de clases. Hombre libre y esclavo, patricio y plebeyo, barón y siervo de la gleba, maestro y oficial del gremio, en una palabra, opresores y oprimidos se enfrentaron en perpetuo antagonismo, librando una lucha incesante, a veces encubierta y a veces franca, lucha que se saldó en cada caso con una transformación revolucionaria de toda la sociedad o bien con el hundimiento conjunto de las clases enfrentadas.

La moderna sociedad burguesa, surgida de las ruinas de la sociedad feudal, no ha suprimido los antagonismos de clase. Lo único que ha hecho es establecer nuevas clases, nuevas condiciones de opresión y nuevas formas de lucha en substitución de las anteriores.

Nuestra época, la época de la burguesía, se caracteriza, sin embargo, por el hecho de haber simplificado estos antagonismos de clase. Paso a paso, el conjunto de la sociedad se va escindiendo en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases directamente enfrentadas: la burguesía y el proletariado. El descubrimiento de América y la circunnavegación de África abrieron nuevos caminos a la burguesía en ascenso. El mercado de las Indias Orientales y de la China, la colonización de América, el intercambio con las colonias, el aumento de los medios de cambio y de las mercancías en general dieron al comercio, a la navegación y a la

Industria un auge nunca visto y, con ello, un rápido desarrollo al elemento revolucionario de la sociedad feudal en descomposición.

La hasta entonces imperante explotación feudal o gremial de la industria no podía ya satisfacer las necesidades que crecían con los nuevos mercados y hubo de ceder el puesto a la manufactura. Los maestros gremiales fueron desplazados por la clase media industrial. La división del trabajo entre las diferentes corporaciones desapareció dando paso a la división del trabajo dentro mismo de cada taller. Pero los mercados continuaron expandiéndose y las necesidades creciendo. La misma manufactura resultó ya insuficiente, El vapor y la maquinaria vinieron entonces a revolucionar la producción industrial y la manufactura tuvo que ceder el puesto a la gran industria moderna. El lugar de la clase media industrial lo ocuparon los millonarios de la industria, jefes de auténticos ejércitos fabriles, los burgueses modernos.

en la misma medida en que se ampliaban la industria y el comercio, la navegación y los ferrocarriles, se desarrollaba también la burguesía, aumentando sus capitales y desplazando a un segundo plano a todas las clases originarias de la Edad Media. La burguesía moderna es el producto de un largo proceso de desarrollo, de una serie de transformaciones radicales de los modos de producción

e intercambio. Cada una de estas fases de desarrollo de la burguesía iba de la mano del correspondiente progreso político.

El poder estatal moderno equivale al Consejo de Administración de los intereses generales del conjunto de la burguesía.

La burguesía ha desempeñado en la historia un papel eminentemente revolucionario. Donde quiera que haya llegado al poder, la burguesía ha destruido todas las relaciones feudales, patriarcales, idílicas. Desgarró inexorablemente los abigarrados vínculos feudales que ataban al hombre a sus superiores naturales sin dejar entre los hombres otro vínculo que el del desnudo interés, el del implacable «pago en dinero

contante».

En una palabra, la burguesía ha substituido la explotación envuelta en ilusiones religiosas y políticas por la explotación franca, descarada, directa y adusta.

La burguesía despojó de su halo de santidad a todas las actividades contempladas hasta entonces con piadoso temor como venerables, convirtiendo en sus sirvientes a sueldo al médico, al jurista, al cura, al poeta y al hombre de ciencia.

La burguesía arrancó el velo patético-sentimental que encubría las relaciones familiares reduciéndolas a una mera relación de dinero. La burguesía puso al descubierto que los alardes de fuerza bruta que la reacción tanto admira en la Edad Media, hallaban su adecuado complemento en la más indolente haraganería.

La burguesía no puede existir si no es revolucionando de continuo los instrumentos de producción, las relaciones de producción y, consiguientemente, la totalidad de relaciones sociales.

Todo cuanto era estamental y estable se esfuma; todo lo santo es profanado y los hombres se ven finalmente forzados a contemplar con prosaica frialdad su posición en la vida y sus relaciones interpersonales.

La necesidad de colocar sus productos en mercados cada vez más amplios empuja a la burguesía a los más apartados rincones del planeta. En todas partes tiene que afincarse; echar raíces y establecer relaciones.

La vieja autarquía local y nacional y el aislamiento económico dejan paso a un comercio universal y a una universal interdependencia de las naciones. Y cuanto acontece en el plano de la producción material, resulta también aplicable a la cultural. Los productos culturales de las diferentes naciones se convierten en bien común. La estrechez y cortedad de miras nacionales se van haciendo imposibles con el tiempo y, a partir de las diferentes literaturas nacionales y locales, se va configurando una literatura universal. Fuerza a todas las naciones a hacer suyo el sistema de producción burgués, salvo que prefieran su propia ruina. Las obliga a adoptar para sí mismas la llamada civilización, es decir, a convertirse en burguesas.

En una palabra, la burguesía se crea un mundo hecho a su imagen y semejanza.

La burguesía supera progresivamente la dispersión de los medios de producción, de la propiedad y de la población. Ha aglomerado la población, centralizado los medios de producción y concentrado la propiedad en pocas manos. La consecuencia necesaria de todo ello fue la centralización política. Regiones independientes, apenas aliadas entre sí, con intereses diversos y leyes, gobiernos y aduanas distintos, fueron

integrados en una única nación, en un único gobierno, bajo una única ley y con una única frontera aduanera.

* La sociedad posee un exceso de civilización, de víveres, de comercio. Las fuerzas productivas con que cuenta no parecen servir ya para propiciar el régimen social de propiedad burgués. Son ya, por el contrario, excesivamente poderosas respecto a ese régimen y frenadas por él. Apenas superan ese freno, siembran el desorden en el conjunto de la sociedad burguesa y ponen en peligro la existencia de la propiedad privada. El marco de relaciones burguesas se ha hecho demasiado estrecho

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