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MITO E INFANCIA


Enviado por   •  25 de Mayo de 2014  •  1.693 Palabras (7 Páginas)  •  223 Visitas

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DE MITOS Y LEYENDAS

Occidente –huelga la aclaración evidente- es casi exclusivamente tributaria del pensamiento griego que otorga a nuestra cosmovisión gran parte de su carnadura, origen y dirección.

Pero la historiografía filosófica tradicional ha depositado su análisis primordialmente en un momento de Grecia que se coloca aproximadamente VI siglos antes de Cristo en lo que nomina el pasaje del mito al logos. Esta caracterización canónica confiere predominio explicativo y confiabilidad al pensamiento racional. Consecuentemente, lateraliza, pauperiza, empobrece el rol del mito y la leyenda al momento de constituir sentido social.

Este movimiento de depreciación del relato mítico se vincula directamente con la idea de considerarlo un relato fabuloso, falaz, fantasioso. Por oposición, el logos busca los primeros principios, las causas primordiales, los fundamentos del explicandum.

Los pensamientos, las creencias y preocupaciones que a través del tiempo fueron modulando la relación de los adultos con los niños sin duda han ido cambiando. Las formas habituales de las prácticas de crianza de otros tiempos o de otros contextos hoy pueden parecernos abusivos o crueles. Sin embargo, estas prácticas sociales eran vividas como naturales en ese momento y en ese contexto socio-histórico, existía un consenso que les daba legitimidad y permanencia.

Del mismo modo podemos encontrar que el trato que reciben hoy nuestros niños por parte de los adultos se encuentra en cierta medida sometido al mismo proceso de naturalización y legitimación. Los estudios que historizan acerca del concepto de infancia relatan una serie de abusos cometidos con los niños en todos los tiempos. Muchas de estas prácticas hoy las denunciaríamos como formas de violencia o maltrato. Sin embargo, en aquella época formaban parte de la vida cotidiana de las sociedades y gozaban de aceptación.

Nos toca ahora mirar la relación que establecemos hoy con los niños para comenzar a instalar algunas preguntas acerca de nuestras concepciones, discursos y prácticas con el objeto de evitar el silenciamiento y la legitimación de nuestras prácticas educativas cotidianas naturalizadas.

El presente texto reúne los principales aportes de dos fuentes bibliográficas que a mi entender son relevantes para comprender nuestras prácticas educativas - familiares y escolares - desde una nueva perspectiva, aquella que nos permita ver cuál es la concepción de infancia que heredamos, cuál es la que sostenemos y cuál es la que queremos.

Mitos, leyendas e imaginario social

¿Cómo se organiza nuestra vida social? ¿Por qué las personas en un determinado contexto comparten una manera particular de vincularse unos con otros? ¿Por qué los miembros de una sociedad se sienten ligados entre sí? ¿Cómo ocurre que experimentamos subjetivamente la sensación de pertenecer, de formar parte de un colectivo social?

¿Cómo se mantiene la unidad de una sociedad en el plano de la subjetividad colectiva? Esta unidad social se mantiene a través de la consolidación y reproducción de sus producciones de sentido. Estas producciones de sentido conforman lo que se ha dado en llamar el imaginario social que aporta los sentidos organizadores de la vida en una sociedad.

El imaginario social es lo que mantiene unida a una sociedad en la medida en que produce significaciones colectivas. Por ejemplo: qué es un hombre, qué es una mujer o qué significa ser un ciudadano, lo que está bien, lo que está mal. Las cosas son según las significaciones que, en forma compartida, le adjudican los miembros de una sociedad.

Para comprender mejor el concepto de imaginario es importante abordar algunas cuestiones acerca del mito. El mito es una construcción que se elabora con el objeto de dar sentido a lo inexplicable. Por ejemplo, los griegos elaboraban mitos para explicar los fenómenos de la naturaleza. No sólo existen los mitos creados en el pasado, y que hoy conocemos en forma de cuentos o relatos, todas las sociedades construyen sus mitos. No hay sociedad sin mito.

Los mitos son cristalizaciones de significaciones que una sociedad establece y que operan como organizadores de sentido en el accionar, pensar y sentir de los hombres

Es decir que estas creencias se instalan, se cristalizan, e instituyen en forma colectiva una manera de hacer y sentir.

Tomemos por ejemplo, las creencias que se desarrollan alrededor de la idea de locura: el mito del "loco peligroso". Se cree que las personas que padecen sufrimiento psíquico son peligrosas. En coherencia con esta idea, se instala una práctica social de tratamiento del enfermo mental: el encierro. Aunque las estadísticas lo contradicen señalando que la mayor parte de actos delictivos y violentos, son llevados a cabo por personas "normales" que no son enfermos mentales diagnosticados.

El mito tiene eficacia en la medida en que gobierna nuestras formas de pensar, de hacer y de sentir. Si se nos acerca un loco sentimos miedo, nos asusta.

La fuerza de los mitos, su grado de penetración en nuestras vidas es tan intenso que organiza nuestras relaciones y la vida social aunque no nos demos cuenta. Habitualmente percibimos estas creencias o significaciones como hechos naturales más que como construcciones sociales. Esto hace que sean tan difíciles de modificar.

La naturalización de las producciones culturales implica que concebimos como naturales (propios de la naturaleza humana) hechos que en realidad son culturales. Lo natural alude a aquello

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