Mapuches, un grito silenciado

Mapuches, un grito silenciado.

Sangre se ha derramado durante años fusionándose con las lágrimas de dolor y despojo provenientes de miles de raíces arrancadas desde la tierra que les vio surgir desde las semillas.

Señores autoridades, ciudadanos, muy buen día. Las palabras de inicio me ayudan a contextualizar el tema de mi alocución, “La reivindicación de los derechos de los Mapuches”.

Durante todos estos años hemos sido testigos y participes indirectos de un acto tan reprochable donde los principales culpables de esto se han encargado de cubrir toda evidencia y procurando incluso que hasta las propias víctimas queden como incógnitas o agresores.

Estamos ante un acto de insensibilidad, donde la mayoría posee una conciencia de estos acontecimientos, sin embargo nadie hace nada al respecto.

¿Pero a que actos me estoy refiriendo? Pues a lo largo de mi edad he oído en las noticias, muy pocas veces a decir verdad, los actos vandálicos que los Mapuches han cometido como incendiar camiones pero luego todo pasa al olvido, un segundo plano, sin embargo, todo sigue sucediendo, pero esta vez justificare sus actos.

Presentes, ¿ustedes que harían si intentaran quitarles su hogar, simplemente, arrancarlos del lugar que les vio crecer? Sí, eso es exactamente lo que está ocurriendo, aun les intentan quitar sus tierras, borrar su rastro por simple capricho e interés. Están destruyendo lo que un día fueron bosques, historias, creencias, costumbres y aun así luchan y cometen barbaridades con la única etnia que ha dado la lucha por más de 500 años y que estamos seguros que continuara dándola, porque pelearan por sus recuerdos y como ya lo han demostrado, sin importar cuanta sangre corra, cuantas lagrimas se derramen, cuantas almas se mezclen con el viento.

Y lo peor es que están siendo silenciados por el Estado, ¿Por qué nunca muestran como decenas de Mapuches son golpeados frenéticamente? ¿Y qué no miran rostros? No miran los ojos ciegos de ancianos llorando por su hogar quemado, no miran madres desconsoladas rezando porque sus hijos vuelvan sanos y salvos a casa después de luchar, no miran los rostros de niños cubiertos de lodo, llorando sin entender que ocurre. Y lo peor es que la nación no da cuenta de lo que realmente está ocurriendo, de los toques de queda, de cómo cientos de carabineros hacen guardia y no tienen piedad, así notamos que ni siquiera la TV es capaz de enseñar eso, y es obvio, las cadenas televisivas muestran a su conveniencia ya que pertenecen a empresarios de la comunicación con intereses creados. Incluso llega a ser asombrosa la manera en la que han llegado a manipular la información haciendo que el resto de la población crea que los culpables de tanta atrocidad sean las propias víctimas y sí, a pesar de que muchos se vean tan lejanos a esta realidad, es parte de la historia de todos los Chilenos y así mismo es como todos deberíamos comenzar a ayudar a una etnia, quizás no luchar de manera cruda, pero si comenzar a culturalizarnos de esta riqueza, comenzar a valorar las creencias, sus historias,  la sabiduría y costumbres, mientras que para esto debemos dejar de oír la TV, solo apagarla, abrir libros, averiguar e interiorizarnos en las dos versiones, entender los porqués e intentar hacer le cambio, que aunque sea lento no será imposible.

...