Meditación. Objetico del hombre más rico de babilonia

Meditación:

Comencé con una  relajación corporal , dejando  a la distancia cualquier sonido que pudiera incomodar la conexión de mi mente  con mi respiración, cuando sentí  mi cuerpo relajado me concentre en la respiración y los pensamientos y los deje  fluir hasta que empecé a  controlarlos con voluntad y así pude  llegar a el estado de tranquilidad en cuerpo y mente , vi mi cuerpo con los ojos cerrados y  una luz que me ilumina de  los  pies a la cabeza , y empecé  a sentir que me hice uno con todo lo que me rodeaba  , inmerso en una paz desconocida note que mi  corazón se aceleraba  , al tiempo mi cuerpo  entumecido y el latir de mi corazón se hicieron uno  , la paz que se generó dentro de mi invadió cada célula de mi cuerpo y deje la existencia terrenal por un momento, no fue largo pero si satisfactorio, olvide todo problema y me enfoque en mis virtudes, fue algo sin igual. Al final de la meditación me sentí renovado, con ganas de querer ser mejor en todo lo que hiciera.  

Esta fue mi experiencia con la meditación.

Objetico del hombre más rico de babilonia

El  objeto  de  este  ensayo  es  conocer  y  comprender,  para  aplicar  en  nuestra  vida  diaria, aquellas  enseñanzas  en  forma  de  reglas  o  leyes  dejadas  a  través  del  tiempo  por  los habitantes  de  la  ciudad  de  Babilonia,  una  de  las  ciudades  más  fructíferas  y  llenas  de riquezas de toda su época. Estas  enseñanzas  nos  hablan  de  aquellos  pasos,  que  seguían  como  si  fueran  leyes,  los habitantes  más  ricos  y  acaudalados  de  esta  prospera  ciudad,  y  como  poco  a  poco  con entusiasmo, determinación y sobre todo trabajo duro fueron haciendo de su fortuna, así pues  convirtiéndose  de  personas  comúnes  y  corrientes  como  cualquier  otro  de  sus conciudadanos  en personas respetadas y  admiradas  por su  gran  determinación  de  ser  y tener algo más en la vida de lo que muchos o incluso ellos mismo se hubieran imaginado llegar a tener. No olvidemos mencionar que estas reglas aún pueden ser y  son  aplicadas en esta época moderna por todas aquellas personas, que al igual que las de esos tiempos, quieren llenar sus  bolsillos,  y  porque  no  en  algún  momento  llegar  a  ser  como  el  hombre  más  rico  de Babilonia.

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