Morelos.

Paolu, Pedro Ángel, Morelos. Morir es nada, Planeta, México, 2007, p.

Esta historia es narrada por Jerónima, una de las mujeres con quien Morelos comparte su vida y madre de su hija Guadalupe, quien estaba muy enamorada de él. Ella decide narrar la historia de su amado no para obtener el perdón de Dios, sino para enseñarle a su hija quien y como fué su padre.

Morelos era hijo de Juana Pérez Pavón y Manuel Morelos, éste último carpintero y alcohólico, cuando su papa se marcha a San Luis Potosí, Morelos se queda con su madre quien acusa al papa por abandono, tiempo después decide mandar a Morelos a vivir con su tío Felipe a Tahuejo, donde trabaja de jornalero y después de arriero, su papa fanático a las apuestas vende unas tierras llamadas la quemada, en Valladolid.

Morelos consigue entrar al Colegio de San Nicolás de Valladolid, donde recibe instrucción de Miguel Hidalgo, se ordena sacerdote para tiempo después ejercer su ministerio en Churumuco de Carácuaro y Necupétaro.

Morelos era mulato y tenía la idea de igualdad de personas, sin importar razas y color, usaba una pañoleta en la cabeza que era objetivo de igualdad y libertad, decía que Hidalgo era una fuerza de la naturaleza y también una fábrica de ideas, siempre quería escucharlo ya que se le hacia una persona muy ilustrada.

“Morelos sólo supo entonces una cosa. Pero la supo rotunda, diáfana, agitada y al mismo tiempo serena como las ondas que hace una piedra al entrar en las aguas de un río manso: quería escuchar a Hidalgo, de noche y de mañana, oírlo decirle a él, solo a él, lo que sabía.”

Iniciada la lucha de independencia, Morelos ofrece servirle a Hidalgo, quien lo nombra lugarteniente y le asigna como tarea extender la revolución por el sur. La misión es conseguir la independencia.

En muchas de sus batallas logró derrotar a las fuerzas realistas que combatieron a su ejército. Sus tropas estaban conformadas por campesinos, arrieros y artesanos, quienes se caracterizaron por ser personas convencidas de la necesidad de lucha

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