Museo Kant
Enviado por fervar075 • 4 de Septiembre de 2013 • Tutorial • 8.470 Palabras (34 Páginas) • 340 Visitas
El texto que sigue se publicó originalmente en Perspectivas: revista trimestral de educación comparada
(París. UNESCO: Oficina Internacional de Educación), vol. XXIII, n° 3/4, 1993, págs. 837-854
©UNESCO: Oficina Internacional de Educación, 2001
Este documento puede ser reproducido sin cargo siempre que se haga referencia a la fuente.
IMMANUEL KANT
(1724-1804)
Heinrich Kanz1
En Königsberg/Kaliningrad, ciudad en la que nació, trabajó y falleció Kant, no subsiste hoy, tras su
destrucción en un noventa por ciento durante 1944-45, ni la casa natal ni la casa en que falleció este
filósofo. Existe un Museo Kant en la Universidad y una bien cuidada tumba al final de la catedral de
Königsberg, actualmente en ruinas. Cabe considerar a éstos como lugares de recuerdo y, a la vez,
como un monumento de reconciliación espiritual ante la situación actual que vive el mundo. En
ellos se evoca piadosamente a uno de los más grandes filósofos alemanes desde la época de la
Ilustración. Kant encarna una de las figuras decisivas de la filosofía europea en habla alemana desde
el siglo XVIII.
Los especialistas en historia de la educación denominan al siglo XVIII "el siglo de la
pedagogía". El propio Kant invirtió energías en la materia. Su significación pedagógica, sin
embargo, adquiere plenitud únicamente en el marco de su filosofía. Por eso Kant se inscribe más
bien en la historia de una "filosofía de la pedagogía", o de una filosofía de la educación o de la
formación. Por esa razón, no se halla incluido en la conocida exposición de "Clásicos de la
Pedagogía" de Schleuer, aunque aparece citado en la introducción2, junto a Lutero, Melanchthon,
Friedrich August Wolf y Schiller. Es posible que la mencionada interpretación de los clásicos de la
pedagogía se exceda en su afán por deslindar la filosofía de la pedagogía básica. Otras tradiciones
pedagógicas, sin embargo, se remiten explícitamente a la significación de Kant como pedagogo.
"Kant y la pedagogía" es el tema de un trabajo publicado en 1954 por el conocido filósofo
existencial "pedagógico" Bollnow3, quien ha trazado, con ello, una importante línea de la pedagogía
del siglo XX que remite a Kant.
Una de las tareas de nuestros días es, según parece, el encuentro espiritual de los
continentes. Ello sólo es posible mediante la búsqueda de un perfil y de una identidad histórica de
grupos o de unidades mayores como, por ejemplo, Africa, América, Asia, Australia o Europa. Por lo
que respecta a Europa, ello exige que los europeos se remitan a su interés humano por los demás y
por sí mismos, que renueven su historia y la rectifiquen, tomando en consideración tanto los factores
negativos como los positivos. Por otra parte, cada continente debe aportar también su contribución a
la nueva ética universal, pluralista, individual y concreta. De ahí que, en consonancia, haya que
interrogar a Kant por sus logros espirituales en favor de una Europa integrada, en pie de igualdad, en
la futura sociedad mundial, y aquí, concretamente, en el ámbito de la pedagogía. Así, nuestra
contribución sobre "Kant como educador" se divide en cuatro apartados: 1. Manifestaciones en el
campo de la pedagogía; 2. Métodos; 3. Historia de su influencia; y 4. Logros perdurables de Kant y
concepción de conjunto.
2
Datos biográficos
En el mundo intelectual de nuestros días hay un Kant de los filósofos, un Kant de la divulgación
científica5 y un Kant pedagogo/científico de la educación6. Con objeto de explicitar la competencia
y relevancia de Kant en materia de pedagogía, resultará instructivo conocer los datos de su biografía
profesional que guardan relación con esa disciplina. Nació Kant7 en la ciudad de Königsberg, el 22
de mayo de 1724. Sus padres eran de extracción social humilde. El pequeño fue educado de forma
que pudiese recordar a sus padres y reconocer con la "mayor gratitud" que no hubiera podido tener
una mejor educación moral. Aprendió a leer y escribir en la escuela-hospital de la periferia.
Posteriormente, asistió al Collegium Fridericianum, donde, entre otras materias, estudió latín
(clásicos), griego (Nuevo Testamento) y teología/religión, cuya permanente presencia en la
enseñanza y la vida escolar le resultaba opresiva, pese a que sentó las bases para su posterior
religiosidad personal, de orientación racional. A los 16 años (en 1740), Kant ingresó en la
Universidad de Königsberg (con influencias educativas de la filosofía de Leibniz). En los años que
siguieron, impartió enseñanza y se formó como preceptor/profesor particular para niños de hasta 12
años. En 1755 se licenció en Königsberg, y ese mismo año opositó a la docencia con un trabajo
sobre "Una nueva aclaración de los principios del conocimiento metafísico". En su calidad de
preceptor privado, se interesó por Newton, Hume y, sobre todo, por Rousseau, a quien atribuye el
haberle "enderezado" e iniciado en una "revolución en cuanto al estilo de pensar". Su actividad de
profesor auxiliar, financiada en parte mediante un puesto de ayudante de bibliotecario en la
Biblioteca real de Königsberg, concluyó en 1770 al ser nombrado profesor titular de lógica y
metafísica (la tesis que presentó llevaba por título "Sobre la forma y principios del mundo sensorial
y del entendimiento"). La carrera docente de Kant le llevó a la cima de la lengua intelectual
alemana. A lo largo de su intensa vida de erudito (fue también rector de la Universidad entre 1768 y
1788) redactó las obras filosóficas que marcarían la pauta de su tiempo. Entre ellas cabe destacar: en
1781, Crítica de la Razón Pura (seg. edición de 1787); en 1783, Prolegómenos a toda metafísica
futura; en 1785, Fundamentación de la metafísica de las costumbres; en 1788, Crítica de la razón
práctica; en 1790, Critica del juicio; en 1793, La religión dentro de los límites de la mera razón; en
1795, La paz eterna; en 1797, Metafísica de las costumbres; en 1798, El conflicto de las facultades;
y, en 1798, Antropología desde un punto de vista pragmático.
En discusión con los intelectuales más relevantes de la escena cultural europea de la época
redactó, en 1784, además de otras muchas contribuciones
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