NO HAY DOCENCIA SIN DECENCIA
Enviado por • 19 de Junio de 2014 • 1.254 Palabras (6 Páginas) • 461 Visitas
NO HAY DOCENCIA SIN DISCENCIA
INTRODUCCION
El termino discencia como otros en Freire es un neologismo. Se puede entender como el conjunto de funciones y actividades de los discentes, esto es, los educandos.
El acto de cocinar, por ejemplo, supone algunos saberes concernientes al uso de la estufa, como encenderla, como graduar para más o para menos la flama, como lidiar con ciertos riesgos aun remotos de incendio, como armonizar los diferentes condimentos en una síntesis sabrosa y atractiva. La práctica de cocinar va preparando al novato, ratificando algunos de aquellos saberes, rectificando otros, y posibilitando que se convierta en cocinero.
Es preciso, sobre todo, y aquí va ya uno de esos saberes indispensables, que quien se esta formando, desde el principio del mismo de su experiencia formadora, al asumirse también como sujeto de la producción del saber, se convenza definitivamente de que enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades de su producción o de su construcción.
Es preciso, por el contrario, que desde los comienzos del proceso vaya quedando cada vez mas claro que aunque diferentes entre si, quien forma se forma y re-forma al formar y quien es formado se forma y forma al ser formado. Es en este sentido como enseñar no es transferir conocimientos, contenidos, ni formar es la acción por la cual un sujeto creador da forma, estilo o alma a un cuerpo indeciso y adaptado.
No hay docencia sin discencia, las dos se explican y sus sujetos, a pesar de las diferencias que los connotan, no se reducen a la condición de objeto, uno del otro, quien enseña aprende al enseñar y quien aprende enseña al aprender. Quien enseña enseña alguna cosa a alguien. Por eso es que, desde el punto de vista gramatical, el verbo transitivo-relativo. Verbo que pide un objeto directo –alguna cosa- y un objeto indirecto –a alguien.
Enseñar no existe sin aprender y viceversa y fue aprendiendo socialmente como, históricamente, mujeres y hombres descubrieron que era posible enseñar. Fue así, aprendiendo socialmente, como en el transcurso de los tiempos mujeres y hombres percibieron que era posible.
Muchos hombres y mujeres se preguntan para que somos hechos o habernos vuelto. François Jacob afirma que “somos seres programados pero para aprender”
DESARROLLO
Enseñar exige rigor metódico
El educador democrático no puede negarse el deber de reforzar, en su práctica docente, la capacidad crítica del educando, su curiosidad, su insumisión. Una de sus tareas primordiales es trabajar con los educandos el rigor metódico con que deben “aproximarse” a los objetos cognoscibles.
Se percibe la importancia del papel del educador, el merito de la paz con que viva la certeza de que parte de su tarea docente es no solo enseñar los contenidos, sino también enseñar a pensar correctamente. De allí la imposibilidad de que un profesor se vuelva critico si –mecánicamente memorizador- es mucho mas un repartidor cadencioso de frases e ideas inertes que un desafiador. El intelectual memorizador, que lee horas sin parar, que se domestica ante el texto, con miedo de arriesgarse, habla de sus lecturas casi como si las estuviera recitando de memoria –no percibe ninguna relación, cuando realmente existe, entre lo que leyó y lo que ocurre en su país en su ciudad, en su barrio. Repite lo leído con presicion pero realmente intenta algo personal.
Leer críticamente no se hace como si se compara la mercancía al mayoreo leer críticamente no se hace como si se compara la mercancía al mayoreo. Leer veinte libros, treinta libros. La verdadera lectura me compromete de inmediato con el texto que se me entrego y de cuya comprensión fundamental también me vuelvo sujeto. Al leer no estoy en el puro seguimiento de la inteligencia del texto como si ella fuera solamente producción de su autor o de su autora. Por eso mismo, esta forma viciada de leer no tiene nada que ver con el
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