Nominalismo y realismo: objetos abstractos y objetos físicos
Enviado por Juli_ana • 27 de Marzo de 2016 • Trabajo • 1.237 Palabras (5 Páginas) • 252 Visitas
Universidad de Cartagena Facultad de Ciencias Humanas Programa de Filosofía Estudiante: Yuliana Baquero Cuadrado
Nominalismo y realismo: objetos abstractos y objetos físicos
Quine concibe la filosofía como una actividad lógica de clarificación y análisis del lenguaje, convirtiendo así, casi siempre, los problemas filosóficos en problemas lingüísticos; asignándole al lenguaje un papel fundamental en sus reflexiones. Quine propone como tesis que aquello que se acepta como conocimiento, creencia justificada y verdadera, no depende totalmente de la estimulación sensorial. Porque, no solo se necesita de los sentidos para conocer, sino también que se necesita de lo que se encuentra físicamente en el mundo. El autor rechaza esa concepción fundacionista del conocimiento, debido a que el conocimiento no solo se fundamenta en la experiencia sensorial; pues, para Quine aquello que se acepta como pensamiento no depende de lo causal, sino, de la creencia justificada el conocimiento, en términos de lo sensorial sería solo la creencia de algo injustificado. Además, considera que no hay conocimiento alguno infalible o no revisable.
Teniendo en cuenta que para Quine aquello que se acepta como pensamiento no depende de lo causal, sino, de la creencia verdadera y justificada, como lo mencione anteriormente, es pertinente preguntarnos ¿Que es una creencia verdadera y justificada?, pero antes de responder el anterior interrogante, es adecuado separar la pregunta en conceptos independientes, para así, llegar a la respuesta. Primero, si aceptamos el contenido de una imagen y la impresión sensorial llegamos a formular un juicio, ello sería considerado una creencia; segundo, para que una creencia sea verdadera tiene que tener una correspondencia en el mundo; y tercero, para que una creencia sea justificada ésta debe tener razones y evidencias a partir de las cuales se pueda alegar la existencia de algo en el mundo. Ahora bien, las creencias verdaderas y justificadas son aquellos conocimientos de los cuales tenemos total certeza, que tienen un referente empírico en el mundo y se puede demostrar su existencia.
Seguido del mismo hilo conductor, Quine nos muestra que el paso de la filosofía y las ciencias especiales dejan un campo infinito de disconformidad acerca de lo que hay, existen desacuerdos acerca de la existencia o no existencia de ciertos tipos de realidades o entidades. Tales como proposiciones, ángeles, unicornios, entre otros. Estos temas suelen dividir a los filósofos en dos grupos; por un lado, los nominalistas quienes dicen que no hay objetos abstractos y, por el otro los realistas quienes han sostenidos que sí los hay.
Es del interés de Quine citar clases, atributos, proposiciones, relaciones y funciones como típicos objetos abstractos y los objetos físicos como objetos concretos por excelencia, y así considerar el problema ontológico en la medida en que afecta a esos casos típicos. Sigue diciendo Quine que los términos que designan objetos físicos pertenecen a un estadio más básico de nuestra adquisición del lenguaje que los términos abstractos. La referencia concreta resulta más segura que la referencia abstracta, porque esta radica en el pasado formativo, y por ello no sorprende que se sienta más confiando en la existencia de objetos físicos que en los objetos abstractos. Los términos que designan objetos físicos suelen aprenderse mediante un condicionamiento directo a efectos estimulativos de los objetos denotados.
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