Orientaciones Académicas para la Elaboración del Documento Recepcional
Enviado por Tpap1992 • 25 de Octubre de 2013 • 14.242 Palabras (57 Páginas) • 444 Visitas
Orientaciones Académicas para la Elaboración del Documento Recepcional
Presentación
Este documento está dirigido a los profesores y a las estudiantes1de las escuelas normales que, de acuerdo con el Plan de Estudios 1999, desarrollan las actividades académicas correspondientes a séptimo y octavo semestres de la Licenciatura en Educación Preescolar. Complementa y profundiza lo señalado en los Lineamientos para la Organización del Trabajo Académico durante Séptimo y Octavo Semestres y en la guía de trabajo del Seminario de Análisis del Trabajo Docente I y II.
La elaboración del documento recepcional es uno de los tres tipos de actividades que las estudiantes normalistas realizan durante séptimo y octavo semestres, lo que exige una vinculación estrecha con el trabajo docente y con el análisis de las experiencias obtenidas en el jardín de niños. Mediante la elaboración de este documento las estudiantes normalistas desarrollarán sus habilidades para sistematizar de manera reflexiva sus experiencias de trabajo docente y comunicarlas por escrito.
La estudiante es la responsable de realizar esta actividad y le dedicará el tiempo que sea necesario mediante el trabajo autónomo. El asesor de las actividades académicas de séptimo y octavo semestres brindará a la estudiante las orientaciones necesarias durante el tiempo destinado a las asesorías; en caso necesario, participarán en esa asesoría otros profesores de la escuela normal, cuando las dudas de la estudiante acerca del tema no puedan ser atendidas por el asesor2 de manera suficiente.
Estas orientaciones tienen la finalidad de brindar un conjunto de recomendaciones y criterios en los cuales se basará la elaboración del documento recepcional que las futuras educadoras presentarán para obtener el título profesional, por lo que, conviene aclarar, no se trata de un manual de redacción o de técnicas de investigación.
Las orientaciones académicas que aquí se presentan están organizadas en ocho capítulos.
En el capítulo I se explica el sentido formativo del documento recepcional; se destacan las relaciones entre el trabajo docente, la reflexión, el análisis de la práctica y el estudio de problemas concretos, como tareas fundamentales en las cuales las estudiantes ponen en juego las competencias adquiridas, para que la elaboración de su documento recepcional sea un ejercicio de aprendizaje.
El capítulo siguiente señala los criterios básicos para la elección del tema y el planteamiento del problema que las estudiantes normalistas deberán tomar en cuenta al iniciar la elaboración del documento recepcional; en este capítulo se incluyen ejemplos del tipo de reflexiones que pueden plantearse para los temas correspondientes a cada una de las líneas temáticas en que éstos se inscriban.
Posteriormente, en el capítulo III se describen las características del proceso de elaboración; se señalan los rasgos que lo distinguen como un proceso flexible, centrado en el tema o problema de interés y en las posibilidades reales de la estudiante para analizarlo y aportar los resultados de su experiencia, y no como un procedimiento determinado por una metodología preestablecida. Asimismo, se explica el conjunto de actividades que es necesario realizar para contar con la información suficiente que permita precisar las ideas iniciales sobre el tema de estudio y establecer sus alcances.
En el siguiente apartado se explican los criterios para la recolección de la información; a través de un ejemplo para cada línea temática se orienta la forma en que a través de preguntas centrales se pueden identificar aspectos a analizar, el tipo de información que se requiere y los recursos que ayudan a recopilar tal información.
El capítulo V se dedica a la sistematización y al análisis de la información; se describe en qué consisten la valoración, selección y clasificación de la información obtenida con respecto a las preguntas planteadas al decidir el tema de estudio. Se otorga especial importancia a la descripción, explicación y argumentación como recursos fundamentales para expresar las ideas centrales en relación con el tema.
En el capítulo VI se describen los principales elementos que conforman el esquema de trabajo que cada estudiante elaborará de acuerdo con los criterios y las orientaciones descritas en los capítulos anteriores.
La estructura del documento recepcional se describe en el capítulo VII. En él se exponen las características generales y la estructura que deberá tener el documento recepcional como producto final, a partir del cual la estudiante presentará el examen profesional correspondiente.
En el último capítulo se sugieren algunas fuentes que las estudiantes ya han revisado como parte de sus estudios, pero que tal vez requieran volver a consultar para obtener orientaciones precisas (según las necesidades personales) que le apoyen en la redacción del documento recepcional.
Es conveniente enfatizar que la elaboración del documento recepcional es un proceso formativo y para lograrlo tanto la estudiante como el asesor cuentan con las orientaciones que aquí se presentan. Pero, al mismo tiempo, es necesario evitar algunas prácticas en que generalmente se incurre, las cuales obstaculizan el carácter formativo de un documento recepcional. Entre los aspectos que habrían de evitarse se pueden citar los siguientes:
a) Convertir el documento recepcional en la actividad principal del último grado de la licenciatura. Los propósitos formativos de este último tramo de la formación están centrados en el trabajo docente en los jardines de niños y en el análisis de esa experiencia; estas actividades requieren de tiempo y dedicación para contribuir a la formación de las futuras educadoras, a la vez que aportan los elementos centrales para la elaboración del documento recepcional.
b) Exigir a las estudiantes protocolos minuciosos de “investigación” para justificar o aprobar la realización de sus documentos. Como se indica en estas orientaciones, el documento recepcional es un ejercicio intelectual que requiere rigurosidad, sistematicidad, coherencia y fundamentación de las afirmaciones que en él se expresan; sin embargo, este ejercicio se lleva a cabo de manera flexible y personal, lo cual no le resta importancia sino que exige autenticidad por parte de quien lo elabora, más que sujetarse a reglas estrictas de un protocolo o modelo preestablecido desde fuera del ámbito particular en que se desempeñen las estudiantes o para estudiar problemas ajenos a los que existen en el jardín de niños. Por tanto, debe evitarse exigir a la estudiante la confección de un “marco teórico” o el listado de referencias o bibliografía que no ha consultado, o bien, que no tiene relación alguna con el tema que analiza.
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