PROPULSORES DE LA ETICA

PROPULSORES DE LA ÉTICA.

Algunos de ellos fueron:

Platón: Antes de su teoría ética nos habla del ser humano donde la realidad se integra a dos mundos (intangible y sensible). El sensible es el mundo que habitamos se percibe mediante seres que existen, son cambiantes y perecederos. Y el intangible solo es accesible a la inteligencia, a los seres inmateriales donde las matemáticas y las ideas pertenecen a él.

Su teoría ética habla del hombre integral como hombre y como ciudadano, en otras palabras, el hombre no actúa como individuo y otra como ciudadano. El estado es una institución preocupada por el bien común e individual. El hombre mediante su actuación correcta orientada al bien produce tres virtudes básicas y la cuarta es el resultado de las demás (prudencia, valentía y templanza o moderación).

Aristóteles: En una de sus notas considerada como el primer tratado sobre la Ética llamado Ética Nicomáquea muestra la forma y el estilo de vida necesarios para la felicidad abordando temas como la moralidad, amabilidad, generosidad, magnificencia, justicia, entre muchos otros. Confirma que no es necesario tener algún tipo de riqueza o placer para ser feliz.

Aristóteles define el bien desde el principio en función de la meta que nos proponemos, el pronóstico o el fin al que se encamina una persona o cosa. Se refiere a que toda actividad humana tiene un fin como todos nuestros actos buscan un fin y como actuamos constantemente en realidad son fines para buscar otros fines a fin de llegar a un fin absoluto, donde relaciona la felicidad como el bien supremo el cual se consigue con nuestros actos como ejercicio constante ya que los peores hombres disfrutan de goces sin poder ser felices y los actos virtuosos serán los que lo lleven a la felicidad.

Epicuro: El nombre de la teoría ética de la que fue parte: Hedonismo.

Esta se basa en que el hombre, cuando actúa y elige en su vida cotidiana lo hace buscando la felicidad (eudaimonía). La felicidad se consigue evitando el dolor y buscando el placer (hedoné). Esa búsqueda del placer ha de hacerse de forma inteligente, evitando placeres inmediatos que quizás puedan causar dolor a largo plazo. Los placeres intelectuales (reflexión, diálogo, lectura…), son mejores que los placeres corporales.

Diógenes de Sinope, también llamado Diógenes el cínico. El nombre de la teoría ética de la que fue parte: Cinismo.

Su teoría es que el ser humano, cuando elige y actúa, lo hace buscando la felicidad (eudaimonía). La felicidad se consigue llevando una vida austera y rechazando los convencionalismos sociales (que nos hacen perder la singularidad o individualidad y nos convierten en masa). Diógenes llevó a la práctica sus ideas viviendo en un tonel o barril y poseyendo sólo lo necesario. El que más tiene es el que menos necesita. La mayor riqueza es la del alma, el intelecto.

Santo Tomás de Aquino: El nombre de la teoría ética de la que fue parte: Ética de la felicidad o Ética eudemonista.

 Basada en que el ser humano cuando actúa, lo hace buscando la felicidad (eudaimonía) como fin último. La felicidad consiste en el desarrollo de nuestras facultades más propias (igual que decía Aristóteles), siendo éstas la inteligencia o uso de la razón y la capacidad de adorar y creer en un ser supremo (Dios).

 La virtud intelectual que tenemos que desarrollar es la PRUDENCIA; la virtud moral propia del hombre prudente es la práctica del “justo medio”, es decir, ser equilibrados en nuestras decisiones (no sobrepasarnos ni por exceso ni por defecto); las virtudes teologales consisten en la adoración, gratitud… al Dios creador y necesario que nos dará la felicidad eterna.

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