Padres De La Iglesia
Enviado por Michelle_Medina • 2 de Marzo de 2015 • 5.380 Palabras (22 Páginas) • 304 Visitas
Padres de la Iglesia Orientales
San Anastasio
(Alejandría, c. 295 - id., 373) Padre y doctor de la Iglesia, también llamado San Atanasio el Grande o Atanasio de Alejandría. Acudió a Nicea como compañero y diácono del entonces patriarca de Alejandría y contribuyó a definir la consustancialidad del Padre y del Hijo divinos y la condenación de Arrió (325). Elegido patriarca (328), mantuvo contra viento y marea la fidelidad a las decisiones del concilio, lo cual le valió ser condenado, depuesto y desterrado cinco veces a lo largo de su vida, tras ser reintegrado a su sede otras tantas, siguiendo los avatares de tiempos y emperadores, favorables o no al arrianismo. Al fin, logró residir en su sede hasta morir en ella.
Autor capital y admirado en la historia del dogma, escribió numerosas obras sobre las controversias arrianas, como su Discurso sobre la Encarnación del Verbo; es autor también del documento más importante sobre el monacato cristiano, la Vida de san Antonio. Hombre de carácter impetuoso y tenaz, tuvo amigos entusiastas y enemigos encarnizados; en su fe, alimentada por un misticismo fervoroso y por una rígida moral, se preocupó ante todo de defender la realidad de la Redención por la encarnación de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, y la independencia de la Iglesia de la autoridad política. Fue el duro y tenaz luchador que requerían el tiempo y las circunstancias.
Brioso y hábil polemista, Atanasio se mostró muy firme en la defensa de la consubstancialidad del Verbo encarnado en Dios Padre, uniéndose a una naturaleza humana completa en Jesucristo. Por ello se separó tanto de Marcelo como de Apolinar de Laodicea apenas vio el carácter heterodoxo de sus doctrinas, pese a que defendieran también el término "consubstancial"; y, alrededor del 362, se acercó a San Basilio, San Gregorio Niceno y San Gregorio Nacianceno, admitiendo que podían usarse otros términos además de aquel que se discutía, con tal de que quedara claramente establecida la identidad de esencia. Admitió también el uso, en el sentido de "persona", de la palabra "hipóstasis" (en latín "substancia"), empleada por él hasta entonces como sinónimo de "usia" ("esencia"), y sostuvo contra los macedonianos la consubstancialidad del Espíritu Santo con las otras dos Personas divinas.
San Juan Crisóstomo
San Juan Crisóstomo es el representante más importante de la Escuela de Antioquía y uno de los cuatro grandes Padres de la Iglesia en Oriente. Su personalidad nos es bien conocida a través de sus biógrafos: enérgico y de gustos sencillos y austeros, estaba dotado de grandes cualidades oratorias.
Nacido en el seno de una familia cristiana noble, alrededor del año 350, recibió desde su infancia una educación esmerada. Después de ser ordenado sacerdote en el año 386, cumplió el oficio sacerdotal en Antioquía durante doce años; allí recibió el sobrenombre de Crisóstomo (boca de oro) con que ha pasado a la posteridad, a causa del esplendor de su elocuencia. En el 397 fue consagrado obispo de Constantinopla. Desde el primer momento dedicó todos los esfuerzos a elevar el ambiente moral de la sociedad que le rodeaba, lo que le produjo numerosas incomprensiones y, al final de su vida, el exilio. Murió el 14 de septiembre del año 407. Entre los Padres griegos no hay ninguno que haya dejado una herencia literaria tan copiosa como San Juan Crisóstomo. Además, es el único, entre los antiguos antioquenos, cuyos escritos se han conservado casi íntegramente.
Su producción literaria se puede dividir en tratados, homilías y cartas. Según él mismo atestigua, predicaba todos los días. Algunos de los oyentes tomaban notas, que él después revisaba, o no, antes de la publicación: ésta es la causa de que, en ocasiones, nos hayan llegado dos versiones de una misma homilía. Preparaba sus discursos con sumo cuidado, y miraba especialmente al bien de los oyentes, que, en no pocas ocasiones, le interrumpían con aplausos.
El mayor número de homilías conservadas—varios centenares—forman parte de una serie de comentarios a los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento. Las noventa Homilías sobre el Evangelio de San Mateo representan el más antiguo comentario completo sobre el texto del primer evangelista. Su exégesis es de carácter moral, de acuerdo con el método propio de la Escuela antioquena. San Juan Crisóstomo mueve decididamente a la conversión a quienes, siendo cristianos de palabra, no lo son con sus obras y no difunden a su alrededor la luz de Cristo.
Muy importantes son también las ocho Catequesis sobre el Bautismo, descubiertas en este siglo, en las que expone a los nuevos cristianos las exigencias de la pelea espiritual del cristiano; el tratado A Teodoro caído, exhortación a un amigo que había decaído de su anterior fervor religioso; y los cinco libros Sobre el sacerdocio, una de las joyas de la literatura cristiana de todos los tiempos sobre la excelencia y dignidad del sacerdocio cristiano.
San Juan Damasceno
Se le llama "Damasceno", porque era de la ciudad de Damasco (en Siria).
Su fama se debe principalmente a que él fue el primero que escribió defendiendo la veneración de las imágenes.
Era hijo de un alto empleado del Califa de Damasco, y ejerció también el importante cargo de ministro de Hacienda en esa capital. Pero de pronto dejó todos sus bienes, los repartió entre los pobres y se fue de monje al monasterio de San Sabas, cerca de Jerusalén, y allí se dedicó por completo a leer y escribir.
Juan se dio cuenta de que Dios le había concedido una facilidad especial para escribir para el pueblo, y especialmente para resumir los escritos de otros autores y presentarlos de manera que la gente sencilla los pudiera entender.
Al principio sus compañeros del monasterio se escandalizaban de que Juan se dedicara a escurrir versos y libros, porque ese oficio no se había acostumbrado en aquella comunidad. Pero de pronto cambiaron de opinión y le dieron plena libertad de escribir (dice la tradición que este cambio se debió a que el superior del monasterio oyó en sueños que Nuestro Señor le mandaba dar plena libertad a Damasceno para que escribiera).
En aquel tiempo un emperador de Constantinopla, León el Isaúrico, dispuso prohibir el culto a las imágenes, metiéndose él en los asuntos de la Iglesia, cosa que no le pertenecía, y demostrando una gran ignorancia en religión, como se lo probó en carta famosa el Papa Gregorio II. Y fue entonces cuando le salió al combate con sus escritos San Juan Damasceno. Como nuestro santo vivía en territorios que no pertenecían al emperador (Siria era de los Califas
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