Paradigmas Politicos

Desde hace mucho tiempo asistimos a un país sumergido en guerras los unos contra los otros, Violencia, corrupción, narcotráfico, Generaciones que no conocemos la tranquilidad, ni en los barrios ni en las calles. Como si esto fuera parte de la condición de ser colombiano. Es un país que no mejora en el tiempo….por mas promesas presidenciales de los candidatos de turno y a pesar de la seguridad democrática que nos prometió cambiar el país, hacerlo mas vivible y acabar con la pobreza absoluta. Al terminar su gobierno solo vemos que nos deja un país con menos moral y sin ninguna expresión de la ética.

La dificultad principal para poder superar los múltiples conflictos que padece nuestra sociedad, tiene sus causas en la marginación y la exclusión social, el hecho de que cada vez unos se hacen mas ricos a costa de la miseria de los otros, y lo que es peor a costa de los dineros de la salud de las reformas para el campo, de los prestamos para los mas necesitados. Todo el dinero público yendo a manos privadas enriqueciendo más y más a gente avariciosa que no conoce los limites.

Sumado a esto Las faltas de garantías para la participación. Casi la mitad de nuestra sociedad no participa en la vida política y cuando lo hacen, no hay allí ninguna ética, nos falta cultura política y educación ciudadana vendemos lo más sagrado nuestro derecho al voto por ejemplo; por cosas nimias que nos ofrece el político de turno.

El conflicto representa la expresión pública o privada de muchos intereses y de maneras también de ser diferentes, la verdad es que no podemos referirnos a la ética a la moral, cuando en el mundo entero hemos mitificado el dinero, como única forma de felicidad y de conseguir el respeto. Nuestra cultura paisa esta llena de orgullo y de ejemplos en el lenguaje donde se menosprecia al honrado como al “bobo” es una moral hipócrita donde nos enseñan que el “vivo vive del bobo” “que a papaya puesta papaya partida”. Una cultura paisa que ha elevado a héroe la condición del mafioso.

La resolución de muchos de nuestros conflictos tendría que pasar por la adopción desde los gobernantes de actitudes radicalmente diferentes, que cumplan los postulados de la democracia, hombres y mujeres que representen nuestros intereses y necesidades y no personajes que trabajen solo por sus intereses individuales y por los de las empresas; donde la justicia sea una opción verdadera, pues tenemos un país donde por experiencia cotidiana no creemos en ella y desconfiamos profundamente de quienes la imparten, por esto recurrimos a la justicia privada.

También tendría que provenir desde la educación política y ciudadana, la mayoría de los colombianos ni siquiera conocemos nuestros derechos, ni la constitución política y en ese sentido permitimos continuamente que nos sea cambiada, pues la sentimos inútil ante el peso de la

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