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Pedro y el Capitán


Enviado por   •  9 de Abril de 2014  •  Apuntes  •  408 Palabras (2 Páginas)  •  196 Visitas

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Pedro encarna una especie de conciencia enmascarada, oculta, pero presente en el Capitán. Sus diálogos fluyen de una manera pausada. En el inicio es el Capitán el que ejerce un monólogo “conciliador” frente a un ya maltrecho Pedro, para que este le entregue la información deseada. Sin embargo, Pedro se niega. El Capitán no incurre en maltratos físicos, pero cada vez que se entrevista con Pedro lo encuentra más demacrado y dañado. Es en ése instante cuando el Capitán y Pedro comienzan a hablarse con franqueza, ya no del tema que se supone los atañe, sino de cómo realmente son como personas, de sus vivencias. Se produce entonces una abertura humana, en la que el lector ya no difiere entre el “malo” y el “bueno”, sino que se ve frente a un diálogo completamente humano. Finalmente Pedro le hace ver al Capitán su dolor y amargura que lleva dentro y que esquivaba, pero que Pedro desnuda con su honestidad y valentía, valores tan marcados y visibles en Pedro que conmueven hasta al más duro, al torturador.

La obra muestra cómo, en un escenario tan tenso, dos seres humanos llegan a conciliar sus ideas, a compartir y sentirse semejantes, a pesar de ser enemigos. Es una pieza con un profundo contenido ético, y la forma en que la historia es narrada permite un entendimiento rápido y hace que el lector se inmiscuya en ella y que le sea ineludible el deseo de conocer el final.

Podría concluirse que “Pedro y el Capitán” juega, de cierta forma, el rol de un documento histórico aún no develado en Latinoamérica, ya que muestra una de las posibles relaciones entabladas entre víctimas y victimarios, o al menos la idea de que algo parecido pueda haber ocurrido en los distintos procesos de tortura vividos en Sudamérica. Jamás conoceremos los tratos, las conversaciones y las vivencias que experimentan un torturador y su víctima -a menos que tengamos la desgracia de haberlo experimentado- pero Benedetti nos demuestra -dejando a un lado su postura política y el sufrimiento por el que atravesó con su exilio- que detrás de cada rostro, de cada acto o ejercicio, por muy aberrante que este sea, siempre existe un ser humano, y su condición no podrá cambiarse por las circunstancias. Lamentablemente, una vez concebido el crimen, el tiempo no puede dar marcha atrás a pesar del arrepentimiento, que en ocasiones, como sucede en esta historia, resulta ser la peor de las torturas

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