Pensamiento Pedagogico Africano
Enviado por • 19 de Noviembre de 2014 • 429 Palabras (2 Páginas) • 930 Visitas
PENSAMIENTO PEDAGOGICO AFRICANO
1- AMÍLCAR CABRAL (1924-1973) Fue un ingeniero agrónomo y escritor, máximo dirigente revolucionario de la llamada Guinea portuguesa Guinea-Bisáu y Cabo Verde. Fue asesinado el 20 de enero de 1973 por agentes de los colonialistas portugueses que tenían la pretensión de controlar al pueblo para que no hubiera revolución. Al contrario de lo que suponían los organizadores, el pueblo prosiguió la lucha iniciada por Cabral y conquistó su libertad el 24 de septiembre de 1973.
CULTURA Y LIBERACIÓN NACIONAL: podemos considerar el movimiento de liberación como la expresión política organizada de la cultura del pueblo en lucha. La dirección de ese movimiento debe tener una noción clara del valor de la cultura en el ámbito de la lucha y conocer profundamente la cultura de su pueblo, sea cual fuere el nivel de su desarrollo económico.
Este movimiento, representante y defensor de la cultura del pueblo, debe tener conciencia de que es portador y creador de la cultura, y debe comprender el carácter de masa, el carácter popular de la cultura.
La distribución horizontal y vertical de los niveles de cultura tiene una cierta complejidad, porque dentro de una categoría social, hay variaciones significativas del nivel cuantitativo y cualitativo de cultura. Tener en consideración esos hechos es una cuestión de importancia primordial para el movimiento de liberación.
La experiencia del dominio colonial demuestra que el colonizador no solo crea un sistema perfecto de represión de la vida cultural del pueblo colonizado, sino que todavía provoca y desarrolla la enajenación cultural por parte de la población, ya sea por medio de la pretendida asimilación de los indígenas, o por la creación de un abismo social entre las elites autóctonas y las masas populares. Como resultado de ese proceso de división o de profundización de las divisiones en el seno de la sociedad, sucede que parte considerable de la población, especialmente la “pequeña burguesía”, urbana o campesina, asimila la mentalidad del colonizador y se considera culturalmente superior al pueblo al que pertenece y cuyos valores culturales ignora o desprecia. Así se muestra indispensable una reconversión de los espíritus, de las mentalidades, para su verdadera integración en el movimiento de liberación. Esta reconversión puede comprobarse antes de la lucha, pero solo se completa en el transcurso de ésta, en el contacto cotidiano con las masas populares y en la comunión de sacrificios que la lucha exige.
La vigilancia es indispensable, tanto en el plano de la cultura como en el plano de la política. Y una verdad que el movimiento no puede ignorar, es no traicionar los objetivos económicos, políticos, sociales y culturales de la lucha.
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